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Ruido blanco. En el país cuyo presidente ha pasado miles de horas en la televisión repitiendo consignas, arengando a un pueblo que trata como tropa, tratando de desmontar agendas mediáticas mediante la imposición de una propia, hubo una desconexión y lo que quedó fue ruido blanco. Cualquier persona del exterior debe entender que en Venezuela esto significa quedarse un poco huérfano, fuera del aire, sin referente de control ni del destino.

Hugo Chávez ha trabajado mucho por ser imprescindible y peligrosamente lo ha venido logrando. Se erige como dios del caos, capaz de contener la ira popular con su sola presencia. Ahora una afección de salud lo tomó desprevenido sin tener un tren de ministros competentes y con iniciativa, le subió la fiebre y ni siquiera tenía un partido político institucionalizado, serio y con relevos que puedan seguir guiando los destinos del país. Chávez disolvió los partidos que le apoyaban para conformar uno único y amorfo, el PSUV, y con él intenta cumplir su fin épico de salvar al mundo… y quedarse muchos años más en el poder para hacerlo.

Cuando cualquier persona de América Latina piense en el presidente Chávez, debe romper sus esquemas lógicos de representatividad política, división de poderes y alternancia en el poder. Él es el alfa y el omega. Así ha querido que fuese en 12 años de mandato, y allí reside la crisis de esta coyuntura lamentable.

 

Ética

Nos mintieron. El presidente presenta afecciones de salud muy seguidas desde el mes de enero y sobre todo en mayo. La ausencia de Chávez como protagonista de su propio reality show se hizo manifiesta debido a una “gripe” por varios días. Luego anunciaron que sería operado en la rodilla, pero lo dijeron tarde, mal, con prisas, sin preguntas de por medio. La cultura militar detesta las dudas, la deliberación, la transparencia y la autonomía de pensamiento. Ni bien se había recuperado de la rodilla y pidió permiso para irse de gira a Brasil, Ecuador y Cuba. Se fue un 5 de junio y pasaron más de 10 días para que nuevamente se anunciara al país, mal, a medias y sin repreguntas, que el Primer Mandatario fue operado de emergencia. Pasaron más días y fueron justamente los días de apagón informativo, de blackout, de ruido blanco en ChávezTV.

La conexión que ha logrado el líder con su pueblo militante y adversario no puede ser sustituida por monigotes, mucho menos por informes propagandísticos de un sistema de medios públicos que se nutría de su única voz y que se vieron vacíos durante días. Nos mintieron. Nos dijeron que era leve, que el país lo sabría todo… que ni de vaina era cáncer. Esto último, la palabra maldita, surgió porque ante el hermetismo oficial algunos periodistas sacaron información a riesgo de ser penalizados, perseguidos o atacados. Ya es costumbre. Para vergüenza de la revolución, el ministro de información durante esta crisis no ha sido el mediocre Andrés Izarra, sino el periodista opositor Nelson Bocaranda, con algunas fuentes que resultaron ser muy buenas.

El presidente del Parlamento aseguró que no era cáncer. Pero igual los poderes públicos nos mintieron hace un par de semanas cuando informaban que el Contralor General de la República, Clodosbaldo Russian, se estaba mejorando satisfactoriamente de un ACV también en Cuba (para algo tiene que servir todo el petróleo que enviamos a la isla de los Castro). Russian regresó en un ataud. La contraloría no supo dar cuentas ni de su propia gestión.

El ruido por la ausencia de Chávez ha servido incluso para reducir el impacto de informaciones de altísima importancia para el país como la intervención de la cárcel de El Rodeo, donde los privados de libertad llevan días resistiendo a sangre y plomo a la Guardia Nacional que intenta reestablecer el orden dentro de un caos que ellos mismos crearon traficando y vendiendo un arsenal de guerra a los presos.

Chávez salió esta semana y tuvo que dar él mismo la noticia: en un escenario improvisado, con un discurso mal escrito para él y con el anuncio de que a pesar de la gravedad seguiría al mando.

 

Estética

Chávez perdió más kilos. Se ve más flaco y demacrado. ¡Se le ven los ojos! Allí donde en los últimos años sólo había dos rayitas, de lo gordo que estaba, volvía a haber ojos. Era más o menos la misma contextura de su candidatura en 1998, desinflada de aplausos diarios y con apariencia incómoda de seguridad. No es menor el detalle:  comparar los kilos, la papada y el quiebre de se voz en cada uno de los videos que nos muestran en televisión, nos dice que las fechas no cuadraban, que nos muestran refritos, que había tomas de apoyo hechas previamente. ¿Habrá quimioterapia? Eso significaría entonces un alejamiento más férreo de las cámaras. El presidente quiso dar una imagen de seguridad y más bien mostró el cansancio que su reposo exige. ¿Por qué sencillamente no se dedica a descansar? Si es el único eficiente en el poder que ha sabido obrarse, se necesita en máximas condiciones. El chandal plástico se parece al de Fidel Castro. Fidel, el que sustituye la ausencia de padre. Fidel, el que se recuperó de sus propias dolencias y ahora cuida con celo a su gallinita de los huevos de petróleo. Alguien asesoró muy mal al Presidente y no ha sabido construir la imagen de la gestión de crisis. Pero el país se conforma. Habló el protagonista del cuento, hizo su propio The King’s Speech con deficiencia, y desmintió los sucesivos desmentidos que su gobierno hizo a la prensa.

 

Lenguaje

Quien haya sido el escritor fantasma que llenó de florituras su discurso de 15 minutos merece algún castigo. Nuestra generación, que se ha criado únicamente con Chávez como presidente y líder, lo ha visto hablar al aire, sin guiones ni teleprompter durante 7 horas seguidas, sin ir al baño (¿por eso será el fallo en la próstata?), siendo jovial, cercano, simple con el pueblo más humilde, contagioso, carismático con sus buenos y fiero con los que considera enemigos de la patria. El Chávez del papel leído fue monocorde, tembloroso, incómodo en un traje mal tejido, con demasiadas referencias a las cavernas, los abismos y las caídas. Quiso representar una obra de reconstrucción y regreso épico del héroe. Asumió su responsabilidad por no hacerse chequeos médicos (esa no me la creo). Nombró a Dios, Fidel y Bolívar como su nueva trinidad salvadora… y afortunadamente nombró a Elías Jaua. Hizo mención a Jaua, el vicepresidente, como encargado de poner orden estos días. No es gratuito ni obvio, debería calmar las ansias de poder de tantos milicos en su gobierno, el ansia de protagonismo de algunas facciones radicales de su partido, incluso la de su hermano Adán. Sin embargo el suyo sigue siendo un gabinete descabezado. Chávez insiste en que puede gobernar desde Cuba, ya no como telepresidente sino además transmitido en diferido. También podría ir y venir mientras hace su reposo. Más allá de las discusiones de si es legal o constitucional: se ve feo. Posiblemente se valga del paréntesis de popularidad que le representa esta ausencia, porque no es una factura a su nombre. Estar enfermo hace que todo el país comprenda que hay que dar un tiempo. Sin embargo la factura de gobernabilidad no puede ser igual de prorrogada. Hay promesas qué cumplir y 2012 es año electoral.

 

Política

El poder envilece, y la insistencia de Chávez en no delegarlo ni siquiera a su vicepresidente es una manera de acapararlo. Es el problema de sentirse el elegido, el portador del anillo, el héroe de esta segunda gesta independentista. Es una manera de no desaparecer de su latencia en la vida del país y de poseer la omnipresencia aún desde el Olimpo cubano.

Obviamente se le abre una brecha a la oposición política, generalmente dispersa y mezquina para lograr acuerdos. Independientemente de la salud presidencial, la oposición tiene unos moribundos que se niegan a ceder espacio y unos tísicos que se sonríen con el enfermo de la camilla de al lado. Es un momento interesante para mostrar otros rostros, las capacidad de los liderazgos regionales ganados a pulso en elecciones y que han sufrido hasta ahora el saboteo del poder central y el recorte presupuestario.

Por el lado del PSUV, el partido de gobierno demostró que en realidad no existe. Que su mejor propaganda es la coptación de políticas públicas estatales y que ni siquiera toda la plataforma de medios le sirve para imponer la confianza, una de las muchas cosas que no se implanta por decreto. Incluso el vago intento de sancionar al canal privado Globovisión por su cobertura de la crisis carcelaria, una movida para desviar la atención del país, no llenó el vacío de discurso que la falta de líder impone.

 

Twitter

Twitter era una herramienta del imperialismo para aterrorizar, desestabilizar y conspirar contra el Gobierno desde Internet. Obviamente era una empresa de la CIA, manipulada por Washington y el FBI. Todo eso era Twitter en el lenguaje gubernamental en 2008.

Tuvieron que entregarse y en 2009 @ChavezCandanga empezó a existir en digital, lo que también trajo a su séquito de subordinados. Sin embargo una cosa es estar en la plataforma comunicacional y otra que el gobierno dependa de ella. Su pésima comunicación oficial ha tenido que recurrir a la comodidad del mensaje breve, al goteo y el ensayo Goebbeliano en un país-laboratorio.

Twitter tiene en Venezuela entre 500mil y un millón y medio de usuarios, así de precisos somos. Cuentas activas, hay menos. Sin embargo son suficientes para conformar el canal rápido de la opinión pública nacional. Twitterzuela es un campo de batalla simbólico donde se reparten espacio los bandos en pugna y la polarización también es popular.

Por Twitter el Presidente ha dicho “hola”, como si eso fuese suficiente, y por Twitter la gente le responde. Por allí nos anunciaron ayer, antes de que se publicara el decreto, que se iba a dar el lunes 4 de julio libre, eso nos da un puente largo porque el próximo 5 julio es fecha patria. El país va a celebrar el Bicentenario de su gesta independentista, y como Chávez se encargó de ser el protagonista de la fiesta, ahora harán notar aún más su ausencia.

Por el efecto Justin Bieber, los “temas del momento” (trending topics) en Twitter no son solamente las palabras populares, sino las que están en ascenso. Por eso Bieber, Obama, China o Chávez no aparecen en el Top10 de lo más hablado, porque son un continuo: siempre se les menciona. Por eso las etiquetas han debido variar y, por ejemplo, la militancia chavista optó por usar el #palantecomandante o #benditochavez para posicionar su mensaje en la plataforma. Por el otro lado surgió una cosa interesante y es que se rompió el tabú del respeto al enfermo, por eso cosas como #jodetechavez y “justicia divina” también llegaron al trending topic. Un logro de la polarización. En Venezuela hay presos que tienen cáncer y otras dolencias y el Estado no garantiza su acceso a la salud y tratamientos médicos. Como algunos de estos presos son adversarios del Gobierno, con más saña se les condena a la negligencia. Parte de esas deudas salieron en espacios como Twitter, que se parecen a la calle y no piden permisos para opinar ni intentan ser políticamente correctos. Es el subconsciente colectivo, una traducción simultánea y sincericida del discurso oficial.

 

Destino

Venezuela es la telenovela más importante del continente. Las informaciones de su situación política y social son un gran producto de exportación, por lo que tenemos atención garantizada. Nadie quiere perderse el siguiente ciclo de una historia en la que el galán, después de 12 años de prime time, se pierde unos días.

El país merece mejor información, claridad sobre quién lo gobierna, qué capacidad de atención se tiene o si definitivamente estamos a la buena de la improvisación y el sálvese quién sepa. En el chavismo no hay quien herede un movimiento con semejantes aspiraciones históricas, y en la oposición hay todo un camino a resolver si desea llegar al poder, porque debe esperar a 2012 y hacerlo por la ruta electoral. El problema es hoy, ¿Qué se hace con un pueblo huérfano que, a decir de Rómulo Gallegos, “sufre, espera y ama”? ¿qué hacen quienes se le oponen si sienten los escozores del síndrome de Estocolmo? ¿Entramos todos en stan-by? Ya veremos.

 

 

No perderse:

Libro: Los telepresidentes, con dos capítulos dedicado a Chávez (PDF)

Documental: FANtasmo, dedicado a la omnipresencia del Presidente.

 

Luis Carlos Díaz

Caracas, Venezuela. Coordinador del Área de Comunicación y Redes del Centro Gumilla en Caracas. Experto en Redes sociales, Ciberactivismo, Infociudadanía, Política 2.0, TICs para periodistas y ONG’s. Escribo cada domingo en el diario Tal Cual una sección llamada Hoguera Digital: Infociudadanos alrededor del fuego, en la que exploro los usos sociales de los medios electrónicos. @LuisCarlos

One Comment

  • Lilián López dice:

    Luis Carlos: no sé por dónde empezar. Hace mucho que no me emocionaba así con un texto. Le decía ahora mismo a Jordy por Gtalk que empecé a leer y al párrafo, no, al párrafo no, con un par de frases, ya me tenías. Ese primer bloque es el inicio de la novela que García Márquez ya no escribió. Preguntaba Jordy que si sobre Chávez, pero no, no sería sobre Chávez en particular. Sería sobre el dictador-líder de un país latinoamericano ficticio en el que conviven todos los arquetipos. Esto que está pasando en Venezuela es una nueva mitología y creo que tienes razón en decir que la telenovela más importante en América Latina es la venezolana. Qué increíble el poder de este hombre que, bien lo dices, mantiene una conexión profunda tanto con sus seguidores como con sus detractores. El poder de Chávez reside en eso: lo amas o lo odias, there’s no middle ground. Estás con la revolución chavista o no estás con ella.
    Qué increíble porque creo que nunca me había detenido a analizar este fenómeno que apenas pude ver cuando estuve UNOS días en Venezuela, de pasada casi, viviendo una vida en la Caracas políticamente correcta (y la parte segura, además, la parte del metro y de los restaurantes deliciosos y los supermercados y las plazas comerciales y las “merengadas”), y sin embargo intuir esa otra Caracas y esa otra Venezuela, y aunque estuvieras en las partes seguras, me parecía pasmoso estar en un país con una consciencia política tan honda, no me refiero consciencia en el sentido del valor sino en el simple discernimiento, en el conocimiento común, de lo que está pasando en su país. Qué figurones Chávez y Castro, qué disección psicológica haces de ellos, del primero sobre todo. Un hombre aferrado, un caudillo con delirios de persecución, un personaje como de Chéjov, pero en el siglo XXI. Aunque también todo es un poco orwelliano a la inversa (el partido no es el partido sin su líder). ¡Y los héroes! El periodista Bocaranda, el vicepresidente Jaua. Cualquiera que no esté familiarizado con lo que sucede en Venezuela, cualquiera que piense que es raro que haya un canal que transmite puro Chávez, y que es verdad que los domingos está su rostro en la televisión todo el día, podrá leer esto como ficción y pensar que es increíble. Pero lo asombroso es que es la realidad.

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