En la vía pública de Mar del Plata, se multiplican las esvásticas y los cabeza rapada. A 400 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, es el principal balneario turístico de la provincia. Allí prospera el culto a Adolf Hitler, junto con el odio a gays, travestis, trabajadoras sexuales, extranjeros, punks y feministas.
“Puto de mierda”, le gritaron integrantes de grupos neonazis a un activista gay, mientras lo golpeaban con caños de cemento y pvc. Era una noche de diciembre de 2015, uno de los tantos ataques de odio y discriminación de los últimos meses en la ciudad.
Las denuncias datan desde 2011: pintadas xenófobas, provocaciones durante marchas feministas, amenazas de muerte y ataques físicos a activistas. La ideología de los skinhead es fascista y nacionalista, y tienen por enemigo a quien no piensa ni actúa como ellos.
Se han identificado cinco grupos neonazis, el más importante: el Foro Nacional Patriótico. Su líder, Carlos Pampillón, está imputado por la justicia local por ataques xenófobos. Mientras una comisión de fiscales investiga los atentados neonazis, Carlos Arroyo, el intendente de una municipalidad de Mar del Plata, es vinculado por organizaciones sociales con el líder fascista.
Más información sobre el juicio a Pampillón en Página 12.