Aunque la constitución política vigente en Nicaragua lo prohibía, Daniel Ortega será presidente por tercera vez, segunda consecutivamente, y, ahora, con su partido a la cabeza de la asamblea legislativa.
Texto de Ernesto Valle Moreno. Ilustración de Monera Tanlla.
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Aunque la constitución política vigente en Nicaragua lo prohibía, Daniel Ortega será presidente por tercera vez, segunda consecutivamente, y, ahora, con su partido a la cabeza de la asamblea legislativa.
El domingo 6 de noviembre, Nicaragua vivió unos comicios electorales que presentaron muchas anomalías e irregularidades: boletas incompletas según la ley electoral, sin las dos firmas correspondientes a los presidentes de las Juntas Receptoras de Voto (JRV) y sin sello numerado. Se imprimieron, además, 5.5 millones de boletas, cuando el padrón electoral es de 3.3 millones de personas. Esto quiere decir que hubo 2.2 millones de boletas extras.
Los días previos a las elecciones, en el centro y norte del país ya se estaban dando roces violentos por la no entrega y retención, presuntamente partidista, de cédulas de identidad en manos de los Consejos Electorales Municipales (CEM). Varios CEM fueron tomados por ciudadanos que reclamaban sus documentos, dejando varios policías y civiles heridos, y hasta vehículos quemados. En la capital, Managua, fiscales del Partido Liberal Independiente, PLI, protestaban por la incompleta, deficiente e impuntual entrega de las acreditaciones de estos por el Consejo Supremo Electoral (CSE).
Las elecciones
Las votaciones transcurrieron en aparente paz. De 13000 juntas receptoras de votos, sólo 18 fueron impugnadas. En actos vandálicos para medios oficialistas, y de resistencia ciudadana para otros, 4 juntas receptoras fueron quemadas por habitantes de unos poblados del norte del país. Sin embargo, han salido a la luz del día resultados de JRV que superan las 500 boletas, cuando según la ley electoral, 400 votos es lo máximo que puede recibir una JRV.
El primer dictamen sobre los resultados, a las 11:30pm, ya dictaminaba la victoria de Daniel Ortega con 65% de los votos: sin embargo, ya desde una hora atrás, simpatizantes sandinistas se volcaban a la calle en buses, camionetas y motos, celebrando la victoria, acogidos con la bandera rojinegra. Se han reportado casos de fiscales opositores que fueron amenazados de muerte.
Con 100% de los votos contabilizados, sólo el Frente Sandinista de Liberación Nacional, FSLN, quien resultó ganador con 62.5% de los votos del padrón electoral, ha aceptado los resultados. En un segundo lugar, el Partido Liberal Independiente, liderado por Fabio Gadea, logró 31% (un poco más de 770 mil votos a su favor). Con 148,507 votos, Arnoldo Alemán, ex presidente de Nicaragua (1997-2002), figuraba en un tercer lugar con 5.91% de la votación. Con menos de 1% sumado, Alianza Por La República, APRE, y Alianza Liberal Nicaragüense, ALN, figuraban abajo en el informe.
Los 4 partidos opositores (PLI-MRS, PLC, APRE, ALN) reclaman votos, una revisión junta por junta, tildan los comicios de fraudulentos y malversados por los magistrados del CSE. El nivel de abstención y nulidad de votos sumados es de 31.40% (más de 780 mil personas).
La “Oposición”
Desde el 7 de Noviembre, ciudadanos indignados por el supuesto fraude han salido a las calles en diferentes lugares del país, proclamando el no-reconocimiento de las elecciones, la renuncia de los miembros del CSE, y la entrega real de los resultados de los comicios.
El primer día, en enfrentamientos de la población contra la policía en La Concha, un poblado al suroeste de la capital, 32 personas que protestaban fueron arrestadas. En los días venideros, mientras líderes del Partido Liberal Independiente se pronunciaban por la lucha y resistencia cívica y pacífica por el fraude cometido contra el pueblo de Nicaragua, en Cusmapa, al norte del país, Josué Sael Tórrez Cruz, Elmer Tórrez Cruz, Mercedes Pérez Tórrez, fueron las primeras victimas de muerte de estas elecciones. Luego, el secretario político del Frente Sandinista en Siuna, otro poblado del norte, sería asesinado.
Sobre el futuro de Nicaragua
Daniel Ortega Saavedra no tendrá que ceder la banda presidencial a nadie con el piso electoral de más de 1 millón 500 mil personas que lo apoyaron. Su mandato se alargará por 5 años más. Según el presidente, este período será “Más de lo mismo, pero mejor”: sus proyectos cristianos, socialistas y solidarios continuarán.
Los resultados a la Asamblea Legislativa favorecen de igual manera al partido gobernante: son 62 diputados de la bancada del FSLN, 26 para el PLI y 2 para el PLC. ¿Qué significa esto? Según la Constitución, para aprobar leyes ordinarias, se requiere de mayoría simple, es decir la mitad más uno de los diputados nacionales (47), y para reformar parcialmente la Constitución, se precisa una “mayoría calificada”, es decir 56 legisladores. Por otro lado, para convocar a una Constituyente y hacer una reforma total a la Carta Magna, se requiere el apoyo de dos tercios de los diputados, es decir 62 diputados, justo lo que tendría el FSLN en el Congreso.
Estamos de cara a la posible implantación de una dictadura.