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Texto y fotografías por Amaranta Viteri

Monterrey, Nuevo León.- El centro de la ciudad se pintó de negro. Cientos de ciudadanos, activistas y familiares de las mujeres desaparecidas en el estado se manifestaron contra la violencia de género, que persiste y que cala profundamente hasta los huesos.

La marcha comenzó en las escaleras de la Procuraduría del Estado con destino al Palacio de Gobierno, y convocados por Feministas Nuevo León, los manifestantes caminaron en completo silencio por las calles empedradas de la ciudad. Con denuncias escritas en pancartas, se exigió justicia para las 549 mujeres desaparecidas hasta septiembre del 2015, según cifras del reciente informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

78 cruces color rosa y con nombres escritos se visualizaron durante todo el recorrido. Éstas representaban a cada una de las niñas, adolescentes, mujeres y mujeres transexuales asesinadas en el Estado de enero de este año a la fecha, durante la actual administración encabezada por Jaime Rodríguez Calderón.

Se avanzó en silencio, la causa no fue el luto, fue un acto de repudio a la cultura machista que radica en Nuevo León y de fortaleza frente a la impunidad que las autoridades mantienen ante los casos de desaparición y violencia. Una posición valiente para asegurar el bienestar de todas las mujeres en el presente y futuro.

“Ni una menos: vivas nos queremos”

A dos escasas cuadras de llegar al palacio el primer grito del contingente se deja escuchar “ni una menos: vivas nos queremos”. Los manifestantes comienzan a liberar sus exigencias, la marcha vibra de exaltación y no importan las miradas de los transeúntes ni los sonidos de los claxons impacientes y llenos de intolerancia. La solidez estaba presente, las marchantes tenían el control. Lograron respaldar a las desaparecidas, que en su momento, no tuvieron protección alguna.

Como era de esperarse no había rastro del gobierno en el Palacio Estatal. Las líderes de los diferentes colectivos feministas se agruparon en las escalinatas y pronunciaron un posicionamiento en el que exigieron al Congreso del Estado una reglamentación urgente para prohibir el odio y la violencia hacia las mujeres, a la Procuraduría Estatal le demandaron capacitación urgente para quienes atienden a las mujeres víctimas de violencia y no más impunidad, al gobernador le exigieron promover los derechos humanos en vez de hacerse promoción con fines personales, a los medios de comunicación les pidieron no reproducir la cosificación de las mujeres y a la sociedad en general, una reflexión sobre el machismo y sus víctimas.

Para cerrar, se realizó un acto en memoria de todas las mujeres asesinadas en Nuevo León en lo que va del año, una a una fueron nombradas y la portadora de la respectiva cruz se recostaba en el suelo, al tiempo que se gritaba “No debió morir” al unísono. Un espacio muy amplio del suelo fue cubierto por los cuerpos de estas mujeres.

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