Una brillante mañana de domingo prometía una tarde igualmente bella. Por sorpresa, no fue lo que pasó. Una tempestad violenta tomó la ciudad. En pocas horas todo se convirtió en un infierno. Las calles estaban inundadas, los coches incapacitados para circular, quien podía se abrigaba bajo una lona, mientras otros corrían entre las aguas furiosas. Fueron aproximadamente tres horas de lluvia intensa. Después de la precipitación, la región cercana al Tietê (principal río de la ciudad de São Paulo) estaba tranquila, pues debido al cierre de algunos accesos vehiculares por parte del agua, los coches ya no podían seguir circulando. Es un tipo de tarde que se ha vuelto recurrente en São Paulo, pues los veranos de la ciudad son marcados por las lluvias cotidianas. No es una novedad que habrá inundaciones, pero aun así, poco se ha hecho para evitar sus pérdidas. De hecho, las intervenciones gubernamentales han acentuado mucho este problema.
Los diversos ríos de São Paulo están, casi en su totalidad, canalizados y tapados. La población camina sobre ellos sin darse cuenta. Hasta los años 1940 la relación de la ciudad con los ríos era muy distinta. Los ríos componían el cotidiano de los habitantes de la ciudad, sobre todo de aquellos que vivían en barrios cercanos a sus riberas. Todavía circulan relatos de la comida que era vendida en la ciudad preparada con pescados sacados del río Tietê, además de los clubes de regatas, nadadores, pequeñas embarcaciones familiares y puertos barriales que estaban presentes en el trayecto ya urbanizado del río. Estos ríos estaban cercados de barrios a los que se integraban en sus dinámicas cotidianas. Sus inundaciones también hacían parte del cotidiano. El río también producía conflictos, y era, sobretodo, una limitación a la llegada del capital inmobiliario a determinadas regiones de la ciudad. Con la canalización de las aguas, la población fue privada del uso de los ríos. Estos dejaron de ser parte de las comunidades y pasaron a ser apenas fuentes de conflicto. La rectificación del curso del Tietê contribuyó para que sus alrededores fueran ocupados por grandes construcciones y para que la ciudad creciera más para allá del cauce del río. Hoy, la relación de São Paulo con sus cursos de agua es calamitosa. Con las lluvias intensas de verano, se forman enormes flujos de agua y las calles se convierten en drenajes. Los ríos surgen devuelta impidiendo la circulación urbana. Los ríos y las lluvias se han convertido en monstruos urbanos, y han comenzado a exigir grandes inversiones para sanarlos.
A su vez, el aumento de las lluvias tiene relación directa con el crecimiento desesperado de la ciudad y no solamente con fenómenos naturales. A pesar de que el calentamiento global influye en la frecuencia e intensidad de las lluvias[1], éste no es el único factor. Según Augusto José Pereira Filho, profesor del Instituto de Astronomía, Geofísica y Ciencias Atmosféricas de la Universidad de São Paulo, el incremento de la temperatura durante el periodo 1936- 2007 en la región tropical fue de 0,5º C, mientras la variación en el interior de la ciudad fue de 2,1º C. El especialista vincula el aumento de temperatura a un fenómeno conocido como “isla de calor”, que consiste en la dificultad de la disipación del calor, consecuencia del crecimiento de la ciudad, el aumento de área construida, y la destrucción de la vegetación cercana y al interior de la zona urbana. La diferencia entre las temperaturas del centro de la ciudad y del área externa abre camino para que el aire húmedo venga desde el océano y genere lluvias fuertes y vientos violentos.
Aunque hay cierto consenso de que la impermeabilización es contraproducente para la ciudad, nuevas estructuras viales son construidas, de forma que mantienen el actual modelo de desarrollo urbano. La municipalidad invirtió 810 millones de dólares en la construcción de la tercera pista paralela al rió Tietê (una en cada margen) con extensión de 23,5 Km.[2] en 2009. A fines del mismo año, para evitar que la avenida se inundara [3], la EMAE (Empresa Metropolitana de Aguas y Energía), órgano estatal que cuida de las presas y diques, cerró las compuertas del Tietê, antes de que el rió llegara a zonas mas céntricas. Parecía una idea buena en tiempos de elecciones, si no fuera por las familias pobres que viven después de la presa. Diversos barrios fueron inundados, y así permanecieron durante meses.
Coincidentemente o no, en el mismo periodo, el gobernó municipal empezó a retirar a la gente que vivía por las zonas afectadas, para iniciar la construcción de varios parques alrededor del río. Esta zona, en la periferia este de la ciudad, siempre olvidada por las inversiones públicas, tenía ahora un grande proyecto de mejoramientos, con la construcción de grandes parques, pero que excluyen a la gente más pobre.
Por el Tietê se entra a la ciudad desde el aeropuerto internacional, y por él también pasa una de la carretas que van a Río de Janeiro, la segunda ciudad en dimensiones y fuerza económica de Brasil. Es necesario recordar que Brasil acogerá los Juegos Olímpicos en 5 años y el Mundial de Fútbol en tres. No es tampoco coincidencia que se anunciara la construcción de un nuevo estadio cercano al río. En esta zona se han revaluado los precios de la tierra, atrayendo el interés del mercado inmobiliario, lo que significa mayor crecimiento de la área construida de la ciudad, y probablemente nuevos problemas con los ríos y con las lluvias.
Mientras, el gobierno municipal y los órganos de prensa siguen culpando los fenómenos naturales por las tragedias humanas. La construcción desordenada de la ciudad por parte de los sectores inmobiliarios sigue, apoyada por este mismo poder que se supone público, que hace muchas inversiones en las zonas más afectadas por las inundaciones, pero que poco ayudan en su solución. São Paulo es una ciudad donde llueve mucho, y siempre ha sido así. ¿Hasta cuándo un modelo que privilegia el capital inmobiliario en detrimento de otros sectores de la ciudad y que pone en riesgo la vida de personas seguirá rigiendo el crecimiento de la ciudad?
[1] ttp://www.bbc.co.uk/portuguese/noticias/2011/02/110216_chuvas_saopaulo_jf.shtml (27/02/2011)
[2] http://www.estadao.com.br/noticias/cidades,motorista-economiza-10-minutos-no-primeiro-dia-util-da-nova-marginal,531251,0.htm
[3] http://noticias.uol.com.br/cotidiano/2009/12/17/ult5772u6678.jhtm