Pereza, desfachatez, sentido de impunidad y una gran deshonestidad son rasgos de similitud entre el presidente de México, Enrique Peña Nieto, y el dictador chileno Augusto Pinochet, dijo el periodista Juan Cristóbal Peña, quien expuso un plagio cometido por el general andino en su libro La Secreta Vida Literaria de Augusto Pinochet, publicado en 2013.
“Yo veo algunos rasgos de similitud paralelos entre un personaje y otro. Creo yo que primero hay una pereza, digamos evidente, del camino fácil a cualquier costo. Luego hay una desfachatez también, sobre todo cuando son plagios tan evidentes, que ni siquiera hay un empeño por simularlos. Hay un sentido de impunidad también y, finalmente, hay sobre todas las cosas, creo yo, una gran deshonestidad”, dijo el también director de la Escuela de Periodismo de la Universidad Alberto Hurtado en entrevista vía Skype para Distintas Latitudes, luego que Aristegui Noticias publicara un reportaje sobre el plagio de Peña Nieto en su tesis de licenciatura.
Augusto Pinochet, quien gobernó Chile luego del golpe militar efectuado contra el presidente Salvador Allende en 1973 y hasta 1990, plagió una conferencia magistral que dio su profesor de Geografía, Gregorio Rodríguez Tascón, en 1949 para utilizar el contenido en su libro Geopolítica, publicado en 1968.
“Estamos hablando de párrafos completos, digamos, páginas completas copiadas textualmente y yo creo que hay bastante ingenuidad (…) de otro modo no se explica que Pinochet, incluso, luego de haber ‘escrito’ este libro, o copiado, o transcrito este libro, haya tenido la ocurrencia de mandárselo al mismo profesor que plagió y pedirle que le escribiera un prólogo. Y, bueno, este profesor, sorprendido de que el libro que firmaba Pinochet con su nombre era plagio a otros escritos anteriores, pues le devolvió a Pinochet el libro”, dijo el chileno Peña.
Además, el resto de los libros escritos por el dictador antes del golpe de Estado no tienen referencias bibliográficas ni citas. “Son plagios a algo, de algún lado sacó todo Pinochet, todo eso que pone en sus libros, porque evidentemente no se le ocurrió todo a él”, agregó.
Pinochet jamás enfrentó alguna consecuencia por este plagio, “pero cometió cosas mucho más atroces que copiarle un libro a su profesor de las cuales tampoco pagó, o sea, la impunidad es absoluta, digamos, y en eso hay paralelos evidentes con México, con el caso de Peña Nieto, dijo el periodista.
Un descubrimiento de este tipo también “ayuda a entender al personaje y ayuda también a entender los actos políticos, el resto de los actos políticos como son los robos, las apropiaciones y los crímenes, en ese sentido creo interesante también hacer el paralelo con lo que hoy se sabe de Peña Nieto. El personaje que es capaz de plagiar luego es capaz de todo y hay también una ambición desenfrenada y hay un complejo intelectual que también puede ser, guardadas las proporciones, similar en los casos que estamos comentando”, añadió.
Juan Cristóbal Peña también dijo que la deshonestidad y la corrupción no son exclusivas de los gobernantes, que ellos son un reflejo de la sociedad.
Entrevistado vía telefónica por separado, el profesor peruano Otoniel Alvarado, quien sufrió el plagio completo de un libro suyo a manos del excandidato presidencial César Acuña, dijo que los partidos políticos deben ser “escuelas de civismo, escuelas de moral, de sensibilidad”, por lo que no hay garantía de un buen gobierno si el candidato es un plagiador.
“Tras de eso subyace la terrible moral de la persona, porque a ese nivel, plagiar, es muy delicado (…) detrás está la raiz psicológica de la persona, el perfil psicológico, y de eso nadie se ocupa. Entonces, si tienes personas mentirosas, si tienen personas que adulteran las situaciones, que te engañan fácilmente, compran voluntades, no son honestos, no son honrados, solamente ven sus intereses”, dijo
El excandidato presidencial de la Alianza para el Progreso, César Acuña Peralta, se apropió en su totalidad del libro Política Educativa: Conceptos, Reflexiones y Propuestas, escrito por el profesor Otoniel Alvarado Oyarce en 1991. En la Biblioteca Nacional del Perú y en la Biblioteca de la Universidad de Lima se encuentra el mismo libro pero se consigna como el autor a César Acuña, quien habría mandado imprimir esos materiales en 2002 en la imprenta de la Universidad César Vallejo, de su propiedad.
El plagio fue descubierto por el diario El Comercio y publicado el 5 de febrero de 2016. En junio pasado la Fiscalía peruana formalizó la denuncia penal realizada por el profesor Alvarado contra Acuña.
El 29 de julio pasado la Comisión de Doctorado de la Universidad Complutense de Madrid informó que detectó irregularidades en la tesis doctoral que César Acuña presentó en 2009, en otro caso de plagio protagonizado por el mismo personaje. “La tesis doctoral analizada incurre en deficiencias e irregularidades al incorporar, en algunas partes, textos sin aplicar los criterios de citación y de reconocimiento de la autoría ajena que son exigibles en la metodología científica”, de acuerdo con una nota de prensa de la universidad.
Acuña fue denunciado penalmente en España por la Asociación para la Prevención y Estudios de Delitos, Abusos y Negligencias en Informática y Comunicaciones Avanzadas, de acuerdo con La República, pero el hijo del político dijo a El Comercio que están muy tranquilos pues el delito ya prescribió.
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Enrique Peña Nieto ha sido criticado por episodios como el de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2011, donde el entonces candidato presidencial no pudo mencionar tres libros que lo hubieran marcado durante su vida. El dictador Augusto Pinochet jamás se mostró como un intelectual cuando estaba en el poder, más bien se comportó como un bruto que llegó a decir que era admirador de los señores Ortega y Gasset como si fuesen dos, dijo el periodista Juan Cristóbal Peña.
Pero hay algo en lo que, tal vez, Pinochet superó a Peña Nieto. El periodista mexicano Julio Scherer citó en su libro El perdón imposible un fragmento de Camino recorrido, las memorias del dictador chileno: “La primera vez que abrí una Biblia fue cuando entré en el ejército. Es bien larga la materia para leerla, pero la leí”.
Peña dijo en Guadalajara: “no me leí toda la Biblia, pero sí leí algunas partes”, cuando le pidieron mencionar tres libros que lo hubieran marcado.
Si Pinochet superó a Peña en el hábito lector y pudo leer la Biblia entera, o si lo superó en desfachatez al querer hacer pensar eso a los lectores de sus memorias, quedará como un misterio.
Aquí puedes leer el reportaje Viaje al fondo de la biblioteca de Pinochet, publicado en Ciper por Juan Cristóbal Peña, con el que ganó el Premio de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano en 2008.
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