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La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL, 2010) señala que el PIB en el Perú alcanzó una tasa de crecimiento del  6.7%, ubicándose entre los 5 países con mayor dinamismo en América Latina (después de Brasil, Uruguay, Paraguay y Argentina). Además, desde el 2004 el Instituto Nacional de Estadística e Informática del Perú (INEI), señalaba que  la economía peruana crecía en promedio cerca de 6.4% al año y con ello la pobreza se reducía en 13.8 puntos porcentuales.

Pese a las estadísticas, este crecimiento no trajo consigo de manera automática la reducción de la pobreza entre quienes ya la sufren. Es decir, existe una pésima distribución de los ingresos, reforzada por una baja inversión en el gasto social por parte del Estado. Así, el gasto total del sector social ha sido de alrededor de 8,5% del PBI desde los noventa hasta el 2005. De este porcentaje, alrededor del 3% corresponde a educación, 1,5% a salud y el resto, 3.5%, a protección social. Sin embargo, más del 85% de este último rubro se destina al pago de pensiones, quedando menos del 1% del PBI como gasto destinado a programas de lucha contra la pobreza o de asistencia social. Siendo, además, bajo en comparación con otros países y menor a la mitad del promedio de América Latina (de acuerdo con cifras del 2005 estimadas por el Banco Mundial el gasto medio de la región destinado a asistencia social es de 8%, muy superior al gasto peruano en este rubro).

Pese a lo anterior, para el 2011 el Ministerio de Economía y Finanzas menciona que el gasto social en los últimos años ha contado con mayores recursos, los cuales han contribuido a reducir la tasa de pobreza y a mejorar la cobertura en materia de salud, educación, comunicaciones, vivienda y saneamiento, especialmente en zonas rurales y urbanas marginales. Sin embargo, el mismo informe señala que la pobreza supera el 50% de la población de 9 regiones de 24 del total del país llamando la atención la pobreza que viven las regiones de Huancavelica 77.2%, Apurímac 70.3%, Huánuco 64.5%, Ayacucho 62.6% y Puno cuya pobreza alcanza al 60.8% de su población total.

Como lo señalan diversas agencias internacionales como el PNUD y la OEA (2010) América Latina es la región más inequitativa del planeta, reflejada en grandes desigualdades existentes en nuestros países. Aquí, por ejemplo, el 10% del sector más rico de la región recibe en promedio el 37% del ingreso total, lo que representa tres veces más de lo que recibe el 40% más pobre. Según la CEPAL (2010) en América Latina, la incidencia de la pobreza alcanzó un 33,1% del total la población de la región, incluido un 13,3% en condiciones de pobreza extrema o indigencia. Perú, a pesar de sus tasas positivas en el crecimiento del PIB, no ha quedado fuera de estas estadísticas terribles sobre pobreza y desigualdad.

 

Según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (2009) El Perú es todavía una sociedad con enormes brechas en el acceso a lo más básico para acceder al desarrollo humano. Un país pobre, cuya pobreza afecta en mayor medida y con mayor profundidad a las poblaciones pluriétnicas y multilingües del interior del país, donde aún persisten graves brechas y disparidades según su lugar de residencia, origen étnico, género, edad, etc. Como se señala en el informe “Pueblos indígenas, pobreza y desarrollo humano en América Latina” (2005) ser indígena en Guatemala, Bolivia, Ecuador, México y Perú aumenta las posibilidades de un individuo de ser pobre. En el Perú, por ejemplo, afecta al 55% de la población indígena con el doble del promedio de pobres a nivel nacional.

 

Si bien el Estado es la institución social superior depositaria del poder político de nuestra sociedad, ejecutor de las políticas públicas para promover el desarrollo económico y social, pareciera no estar cumpliendo su rol;  las valoraciones ético – sociales de los criterios de distribución y financiamiento público tampoco están respondiendo a los intereses y visiones nacionales, señaladas en el caso de Perú en el Acuerdo Nacional. En este documento se plantea un compromiso político, social y económico de corto plazo, así como un plan nacional de superación a la pobreza. Al no verse estos compromisos reflejados en la práctica, se sostienen índices calamitosos de desigualdad y exclusión lo cual tiene por efecto el debilitamiento de las instituciones democráticas.

 

Ante lo mencionado existe una crítica severa al Estado, en especial al funcionamiento y aplicación de las políticas públicas, pues sus fallas son evidentes, graves y enmascaran situaciones inaceptables de injusticia; existiendo una alta proporción de la población del país sin un piso mínimo de bienes materiales y de acceso a servicios públicos, por lo que no pueden ejercer sus derechos civiles y sociales básicos ni alcanzar el desarrollo humano esperado. ¿Qué crecimiento hemos conseguido si aún no llega a los más necesitados del país?

 

 

 

Bibliografía:

Comisión Económica para América latina y el Caribe CEPAL (2010), estudio económico  de América Latina y el Caribe 2009 – 2010. Santiago de Chile.  Publicación de las Naciones Unidas.

______(2010) Panorama social de América Latina 2010. Santiago de Chile.  Publicación de las Naciones Unidas.

 

Fondo de Naciones Unidades para la Infancia (UNICEF);  Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI); (2010) “Estado de la niñez indígena en el Perú” Lima, Perú.

 

Organización de Estados de Americanos, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo,  (2010) “Nuestra democracia” México.

 

OXFAM América,(2010), “Informe Perú 2009 – 2010: Pobreza, desigualdad y desarrollo en el Perú” Lima – Perú.

http://www.mef.gob.pe/contenidos/pol_econ/marco_macro/MMM2011_2013.pdf

http://confiep.org.pe/facipub/upload/publicaciones/1/1525/5_agenda_pendiente_en_politicas_sociales.pdf

 

 

 

Lidia Sihuacollo Mamani

Profesional de ciencias sociales, de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Perú, actualmente sigue estudios de Maestría en Políticas públicas Comparadas en Flacso – México.

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