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Cuando pregunté a Horacio Blanco, fundador de la legendaria banda Desorden Público (la única sobreviviente del “big three” del rock nacional completado en los 80 y 90 por Sentimiento Muerto y Zapato 3) por la situación actual del rock nacional, me contestó que estaba pasando “por un buen momento”. Justo después, afirmó que si en el país se diese un crecimiento económico muy grande, “esto estallaría”.

El rock venezolano (o eso que engloba el “rock venezolano” que incluye además bandas de ska, funk, fusión y hasta reggae) SIEMPRE está pasando por un “buen momento”. Al menos eso es lo que la mayoría de los músicos, periodistas y entusiastas responderán casi como un acto reflejo, al ser interpelados al respecto. Sin embargo, justo después, así como Horacio Blanco, empezarán a enumerar problemas y obstáculos que terminarán demostrando que el “buen momento” no lo es tal.

La revista LaDosis de Diciembre 2011 hizo un buen compendio de esas razones que tienen estancado a nuestro rock, tras entrevistar a figuras claves de la movida. Unos señalaron falta de promoción, infraestructura, managers e identidad. Otros señalaron el exceso de divismo. Otros, los mas frontales pero también los mas entraditos en años, le echaron la culpa a CADIVI[1] y a la inseguridad. Otros, mas desafiantes, exclamaron que lo que le faltaba al rock nacional eran “bolas”.

De las respuestas recopiladas, creo que quien mas dio en el clavo fue Reynaldo Goitía, de la agrupación Tomates Fritos cuando sentenció: “tenemos que dejar de ser un culto”. Eso es el rock venezolano. Un culto. Un ente independiente cultural para unos pocos.

Veamos. La Vida Boheme es en la actualidad la banda de rock venezolana mas popular. Tiene un tema en el gran videojuego de fama internacional FIFA 12, tuvo nominaciones al Grammy latino y el gringo (ese premio que todos despreciamos excepto cuando nominan a uno de los nuestros), sale en MTV gringo (en el MTV latino, cuya M al parecer significa “Mexico”, ya han salido muchas bandas venezolanas, cuando no pasaban realities o programas de bromas pesadas) y ya tienen hasta un documental que narra sus dos primeros años de vida. Sus conciertos, ergo, son llenos totales asegurados. Esto último suena maravilloso, hasta que constatas que no estamos hablando de estadios de fútbol o recintos con aforo mediano como el Teatro Teresa Carreño o el Poliedro de Caracas, sino de pequeños locales y/o bares.

Temiendo equivocarme, creo que las únicas bandas venezolanas que pueden vivir exclusivamente de su música son Desorden Público, Los Amigos Invisibles, Dame Pa’ Matala y Caramelos de Cianuro. Unos por cobrar en fiestas y eventos privados. Otros por participar en toques patrocinados por alcaldías y gobernaciones. Otros por tener además un moderado espacio en el mercado internacional.

La enorme mayoría de las bandas nacionales no viven de vender discos. Tampoco viven de girar por el país en numerosos conciertos. El dinero obtenido por la venta de sus discos (por lo general vendidos en los mismos toques) o por la entrada de sus conciertos por lo general son solo para “quedar tablas” o reinvertir. La enorme mayoría de músicos tienen su “trabajo serio”. Son “los rockeritos” de su oficina. Otros logran ser sus propios jefes, pero en trabajos relacionados. Otros se van a otro país buscando conseguir lo que aquí no pudieron. La música es sin duda su vida, pero en la mayoría de los casos, las circunstancias reducen concretamente la pasión a un hobby.

El venezolano es musical, casi por definición

Las emisoras de radios y a veces hasta la TV tienen programas especializados, pero lo que reina en los medios nacionales, ademas del obvio reggaeton y el pop pagado por la mafia mayamera de los Estefan, es ese sonido pre-fabricado que ahora es denominado “pop nacional” y que ha sabido cubrir la cuota obligatoria de “talento nacional” impuesto por la Ley RESORTE. Baladas hiperglucémicas con cantantes promedio, canciones “moviditas” con ese instrumento de contrabando como lo es el acordeón, acompañado siempre de unas trompeticas alegres y fiesteras. Música de Meridiano TV como cortina de partido de fútbol de la vinotinto. Tonaditas efectistas para que las parejitas se las dediquen y redediquen o para que muevan sus caderas en las fiestas, mientras se muerden los labios y entrecierran sus ojos. O eso que hace Caramelos de Cianuro ahora, por ejemplo.

En este pequeño culto, sin embargo, lo mas jodido de conseguir está logrado. La calidad es innegable. La damos por sentado. No hay espacio para músicos regulares o mediocres. O mejor dicho, sí lo hay, en el eterno sonido de la banda regional de pequeña ciudad, con guitarra distorsionada torpemente y batería aburrida, que nunca surgirá pero que logrará agitar una que otra cabeza con covers y par de temas “originales”.

Ejemplos hay muchos. ViniloVersus se montó a telonear a Nine Inch Nails ante la predisposición de todos, y con su hard-rock mascachicle muy bien hecho, se ganaron el respeto. Cuando Cunaguaro Soul y Chucknorris existían, solían dejarnos maravillados con sus descargas e inventos sonoros. Las fusiones de Los Amigos Invisibles, Bacalao Men y El Quinto Aguacate (bandas muy distintas entre sí) logran que bailemos una sabrosa salsa mientras sentimos (y sabemos) que estamos rockeando poderosamente. Candy 66, Distrust y Dischord hacen lo suyo en diferentes espectros del metal. Discos clásicos de Claroscuro, La Misma Gente, Spiteri y Vytas Brenner sólo siguen generando admiración. Aún hoy el aporte de Cayayo (fallecido en 1999) en Sentimiento Muerto, Dermis Tatú y P.A.N. inspira a cientos. Bandas sólidas como Alfombra Roja, La Vida Boheme, Los Humanoides, Feel the Blade,  Dias de Septiembre, Tan Frío el Verano, Los Mesoneros y Americania, entre muchas otras, están apenas comenzando su trayectoria. Y Hasta en terrenos algo distante al rock (pero no tanto como se podía pensar), la Movida Acústica Urbana y el Sistema Nacional de Orquestas son otros buenos ejemplos de nuestro potencial musical. El venezolano es musical casi por definición.

Sin embargo, este pequeño culto (el del rock) es uno centralizado. Los discos de las bandas no se consiguen fácil, ni originales, ni pirateados. Para saber de los toques, es casi obligatorio tener una cuenta en twitter o darle “like” a tu banda predilecta en facebook, si es que tiene pagina. No hay espacio para los rockstars, fans o groupies, pues el culto es tan reducido que muy probablemente esos músicos que tienen ese proyecto que tanto te interesa, se conviertan en tus amigos personales, colegas de trabajo, amantes o novia(o)s.

Sí, faltan managers, propuestas y eliminación de mafias culturales y mediáticas. Falta mas apoyo de las empresas privadas, mas allá de posicionar su agendita de marketing y ya. Falta que los entes oficiales sean menos conservadores y promocionen aún mas las propuestas emergentes y consolidadas. Falta que MTV deje de pasar Jersey Shore y a niñitas quinceañeras celebrando sus cumpleaños. Mejor, hacen falta nuevos canales que se caguen en MTV.

Ciertamente también falta, en algunos casos, “bolas” para asumir una postura clara. Desorden Público está sufriendo esto. Las bandas tienen derecho a su “ninismo”, pero el centrar su propuesta alrededor de la obsesiva neutralidad, no genera lealtad de nadie sino desconfianza de muchos. Ni siquiera de los estoicos. Ante la coyuntura, el huir despavorido NO es ni será nunca la solución.

¿Es posible tener una postura política clara en Venezuela y seguir haciendo música?

Paul Gillman, leyenda indudable del metal venezolano, ha manifestado desde hace años su total apoyo a Hugo Chavez. Esto le ha generado, lógicamente, nuevos detractores y admiradores. Pero su aporte a la música es y será siempre respetado. Además, cada año organiza los ya populares GillmanFest donde miles de personas asisten y observan diferentes bandas nacionales e internacionales, sin distinción ideológica alguna. Sí es posible. No hay nada determinado. El power trío Atkinson, ideológicamente, podrán ser unos viejos quejones malcriados cuartorepublicanos y dramáticos. Sin embargo, respeto el que no anden con medias tintas a la hora de expresar sus mensajes. Son viejos zorros con un buen sonido. He pagado por su música y los he visto en vivo. También lo he hecho con Dame Pa’ Matala, ideológicamente más afines, aunque muchas de sus letras sean conservadoras, abuelosas y tecnofóbicas. Ahora es que hay libertad y democracia para que todos nos expresemos sin problemas y sin temor a quedar aislados.

Y aunque suena paradójico -pues ciertamente el rock nacional sufre bastante-, pareciese que mas que bolas, lo que hace falta es pelabolismo (venezolanismo para “pasar trabajo por tener pocos recursos”). El músico pelabolas de hoy no es como el de los años ochenta, que se compraba instrumentos de segunda y hacia honor al garaje. El músico urbano con poco dinero, hoy en día, pareciese preferir el Hip-Hop, el reggaeton o la música electrónica porque se conecta mas con su espíritu y accesibilidad.

El rock nacional actual no se ha ganado su fama de “sifrino” (fresa, de “hijito de mamá”) en vano. No hay calle, aventura o sangre, sino chicles mascados, poses, niños lindos, subsidios paternalistas o elevados sueldos que costean un hobby. Esto no influye necesariamente en la calidad de la ejecución, pero sí en el sentido de pertenencia que pretenden crear. Mas allá del determinismo clasista, el pelabolismo es necesario para que nadie “juegue a seguro”. Las bandas pareciesen estar más interesadas en “no quedar mal con nadie” (como esa canción de los chilenos Los Prisioneros) y ser “bien chéveres”, que en realmente dar su opinión y aporte.

El resentimiento debe dejar de ser percibido como un antivalor. Nacido de la sed de justicia (por subjetiva que ésta sea) es uno de los elementos fundamentales del rock. Sólo así, ya sea mascando chicle o malandreando, mandando a bailar o retando al poder, los mensajes serán contundentes, reales e, indignándola o alegrándola, conectarán mucho más con la gente. Ésa que mayormente sigue refugiándose en lo primitivamente entretenido del mal pop prefabricado.

Sólo así podremos lograr, a mediano plazo, que el “trabajo serio” de los músicos sea su propia pasión. Sólo así, el rock nacional dejará de ser un culto.

 

Nota del editor: en este texto se mencionan bastantes bandas venezolanas. Es justo, sobre todo para aquellos lectores no venezolanos, hacer un set de videos de algunas de ellas.

Desorden público. Valle de balas

 

La vida boheme. Radio Capital.


Caramelos de cianuro. Sanitarios.

 

ViniloVersus. Amnesia invocada

 

Chucknorris. Malabares.

Chucknorris – Malabares (HD) from Gregory David Escobar on Vimeo.

 

Dame pa matala. Tú crees.


[1] CADIVI es la Comisión de Administración de Divisas de Venezuela, creada por decreto presidencial en 2003 para supervisar el control cambiario y la salida de capitales.

Gregory David Escobar

Caraquista, caraqueño e izquierdoso. Licenciado en Comunicación Social por la Universidad de Los Andes, Venezuela.

20 Comments

  • Mon_index dice:

    Muy buen ensayo, gracias por las aportaciones musicales. Una pregunta: con el inicio del gobierno de Chávez, ¿hubo algún cambio en la creación y accesibilidad al rock venezolano?

  • Reindertot dice:

    Saludos Mon_index: Tomo como cierto lo que me dijo Horacio Blanco (vocalista de Desorden Publico, víctima de la censura en los años 80), pues siento lo mismo. Ahora hay mas libertad de expresión que antes, en cuanto a la posibilidad de criticar o tener mensajes subversivos contra el gobierno. El gobierno ha incrementado los espacios y apoyado nuevas propuestas, pero aún le falta mucho. Sigue siendo, en cuanto a cultura, muy conservador. Horacio comenta que la represión del estado funciona de otras maneras mas subrepticias, no dándole espacio a las bandas abiertamente anti-chavistas a eventos que ellos organicen, por ejemplo. Algo normal en la política, si me lo preguntas. No he visto a Obama organizando un toque con Rage Against the Machine, por ejemplo. Sin embargo, debo decir, aún tomando como ejemplo a Horacio Blanco / Desorden Público, que los he visto a ellos tocar en eventos organizados por el gobierno, en el cual letras como “yo quisiera que los politicos fueran paraliticos” o “el presidente pal sanatorio” estan presentes (ambos temas fueron compuestos en la era pre-Chavez, pero igual son cantados en la actualidad y varios miembros de Desorden Público son abiertamente antichavistas).

    El estado, con la ley Resorte, ha fomentado que las emisoras de radio (y otros medios, pero estamos hablando de música) pongan mas contenido nacional. No habla especificamente de “rock”, por lo que, como comento en la pieza, ese espacio se ha cubierto con pop que bueh, le da de comer a algunos artistas nacionales, pero que en mi opinión son propuestas sin riesgos y que no han beneficiado como debería a ese bojote de bandas independientes.

  • Reindertot dice:

    Por sugerencia del pana @ald:twitter paso este link donde podrán conseguir mayor información (y descargarse material) de bandas de rock venezolanas: http://rockzuela.blogspot.com/

    Plus, el link a musica de El Quinto Aguacate: http://www.myspace.com/quintoaguacate

  • Reinaldo Iturriza dice:

    Buen artículo pana. Estoy completamente de acuerdo: falta calle, aventura, sangre. Eso que uno sentía cuando escuchaba a Dermis Tatú, por ejemplo.

  • Excelente artículo, sin duda. Sólo debo comentar que, desde el punto de vista de alguien que ha estado del lado corporativo que trabaja en marketing y con consumidores, veo que la gran mayoría de las bandas no ven la parte de mercadeo para nada, sólo siguen la fórmula de tocar en festivales y en locales (toques que son altamente elitistas dada las restricciones que tiene el público general para asistir en términos de horario, costo de entrada y/o costo de transportación), lograr sonar en radio y tener una presencia en redes sociales, esperando que el público venga por si solo.

    Digo, no ven (ni miden) quienes los siguen, cuales segmentos del público están atrayendo, qué está funcionando o no, no reclutan activamente a seguidores en sus presentaciones, no tienen material para que el público se lleve (o adquiera) su música, no están dentro de los hábitos de escucha de música del público (presencia en celulares), etc, etc, etc.

    Hoy en día es importante esto porque no sólo estás compitiendo con otras bandas (algo que bandas como vinilo, ni la vida, ni los mesoneros no tuvieron que hacer en sus inicios), sino con bandas extranjeras, pop nacional (en el que incluyo el estilo “urbano”, aka reggetón, aka nuevos merengueros), música latina, jazz, flamenco (de la que existe una escena impresionante en el país), ni con toda la gama de opciones recreativas que los propios locales están montando (stand up, teatro, etc).

    No es necesario gastar mas dinero, sino enfocar debidamente los esfuerzos: conocer las fortalezas de tu propuesta musical, y buscar nuevos públicos acordes con dicha propuesta; quizás finalmente dejar de pensar que “el rock no sube cerro” y ver que – por ejemplo – la mayoría de los metaleros de este país no vienen precisamente del country club.

  • Ariday Hernandez dice:

    Para el músico “pelabolas” es muy difícil hacer rock en este país, cuanto te cuesta una guitarra, un bajo y una batería? En cuanto está la hora de grabación en un estudio?

    El rock venezolano actualmente está dominado en su mayoría por bandas indiscutiblemente buenas, peeroo, formadas por niños ricos que no se tienen que preocupar por como sobrevivir a la quincena… por lo tanto, ese es el público que más rápidamente se identifica con ellos.

  • Estanislao Pérez dice:

    Buen texto. Pero quedó sin mención un acto importantísimo dentro de la escena del rock actual. Hablo de Domingo en llamas, proyecto solista de José Ignacio Benítez (ex Master Gurú, ganadores del FNB del 2004) que desde el 2005 ha editado, sin interrupciones, ocho discos de estudio, grabados “artesanalmente”, pero de calidad impresionante. Discos que además son colgados gratis en internet por su mismo autor para su descarga gratuita. Dentro de la música venezolana actual no hay letrista como él, en donde el imaginario poético ocupa todo el espectro de expresión. Y, además, es un guitarrista endemoniado. Brutal y extremádamente disciplinado. Y todo menos un hijito de mamá (es decir, un músico “pelabola”, que no vive de su música, y que se construye sus propios pedales por necesidad)

    Domingo en llamas es nuestro Leonard Cohen. Un trovador en la modernidad. Le hace falta es más atención (cosa que él no parece buscar, pero que, irremediablemente, llegará).

  • Reindertot dice:

    Estanislao: Es cierto, me faltó al menos hacerle mención a esa notable excepción como lo es “Domingo En llamas”. En descargo de mi karma, mi amigo Ernesto Cazal (al cual le propuse escribiese aquí) escribió aquí un texto donde lo menciona. Saludos. Buen aporte, indiscutiblemente.

  • Juan Litio dice:

    Leí esto porque un amigo me invito a hacerlo, pero tuve que parar donde decía Paul Gillman “nada personal”  es solo que la cosa estaba fuerte para mi. en lo personal fue algo así como un mal libro o una mala película. falta “realismo” y cuando hablo de realismo hablo de Gente Real que sude la música y que de verdad sea un amante de la música sin importar su estatus Social o su estatus dentro de la farándula. usted editor, escritor o como se haga llamar. usted nunca aportara “Nada” realmente útil al progreso y la evolución musical. por la razón de no indagar más en las propuestas y el deseo de las personas antes mencionadas “Gente Real” gente simplemente; amante de la música.
    me dolió un poco tener que leer eso de (rockeritos con Trabajo estable) le digo que no hace falta vivir de la música para sentirla Señor. le daré un ejemplo bastante aislado pero relacionado como lo es el AMOR. ¿usted dejaría a su esposa por su trabajo o viceversa? el gran Poeta y escritor de libros Charles Bukowski era un repartidor de cartas y eso no le quitaba su gran talento y pasión por su “trabajo”, y tan cierto es esto como su cantidad de obras realizadas ¡dignas de admiración!. ahora, yo como Músico mediocre, Artista, Hombre con bolas o como usted desee llamarme. le digo que la Gente Real existe y no son precisamente todos los antes mencionados en este texto. hay gente allá fuera sintiendo cantidades de cosas “muy lejos de ustedes” y pienso que es mejor así. porque gracias a ello tuve la oportunidad de compartir el escenario con bandas como Blackstone, Natastor, Yatu y La Misma Gente, tuve la oportunidad de tener en frente al Señor Petete mientras empuñaba mi guitarra y gritaba como loco y al terminar cansado, tuve la oportunidad de ser elogiado por el mismo, siendo una cosa que no me enaltece para nada. y no solo por el, también he sido elogiado internacionalmente “Francia, Italia, Usa, Argentina, Perú, México ¿entonces…? ¿donde quedo el realismo? “en mi mierda” ¡señores! ¡en mi mierda!!!

    Juan Litio y grito en mi mierda de banda Kaos Litio.

    ¿Quieren entrevistar a gente real? 

    T H E, Pharmacy, Destruye Pony´s, Material Toxico, La Misma Gente, Blackstone, Grupo  3, Niño Nuclear, y a mi banda. porque no? ¡pero les va a costar una bola! 

    Les dejo un vídeo

    http://www.youtube.com/watch?v=s1wx9B6FLik 

     

    Comienza citando lo siguiente: No soy como tu… 

    Adiós…

  • Reindertot dice:

    Juan: Ese es el resentimiento necesario. Gracias por compartir el link y hasta el divismo asociado a la actitud verdadera del rock. Ojalá se le de la difusión que necesites. Con respecto a lo de “rockerito con trabajo estable” (yo he sido uno), la cadencia peyorativa-condescendiente no se la daba yo sino la manera como, lamentablemente, son percibidos muchos músicos en sus entornos laborales y que si les encantaría vivir exclusivamente de su pasión (que es de hecho, creo, el concepto de felicidad plena, en esta realidad) y tienen que rebuscarse o desarrollar labores paralelas.

    Lamento no haber podido nombrar a todas las bandas que lo merecen, pero no pido ni pediré JAMAS disculpas en absoluto por nombrar a las que nombré. Son exponentes importantes del rock nacional. No todos son mis favoritos, muchos de ellos ni se acercan a serlo, pero su aporte/influencia/marca es innegable. Este es un portal latinoamericano, me pareció ademas importante nombrar los exponentes mas reconocidos. Sin embargo, incluí muchos que “fama” no tienen nada. TODOS ellos son reales, no me jodas, existen. ¿Que la existencia de alguno de ellos te indigne? eso es otra cosa. Intenta destruirlos con música si tan ficticios te parecen. Es lo necesario. 

    Saludos.

  • Juan Pablo Toledo dice:

    Están buscando subversión donde no la hay, el rock en Venezuela está vendiendo su imagen para publicidad de pepsi, juguetes, comidas, entre otras; es obvio que la mayoría de lxs muchachitxs que escuchan rock son altos sifrinos o desclasados. Si quieren música que esté en sintonía con los intereses del pueblo no vayan a buscar entre los géneros que se pueden mirar en MTV.

    En Venezuela se hace raspacanilla, soca de Güiria, changa y salsa de la forma en que todos quieren que se haga el rock, autogestionando y pelando bolas ¿No es esto evidencia suficiente para convencernos de que en mi país el rock no interesa? 

    El rock no representa los intereses del pueblo, representa los intereses de lxs muchachitxs que buscan una rebeldía inofensiva que no amenace el status quo, quieren rebeldía pero no son capaces de llevarla a la realidad, sino que la suscriben a la superficialidad: una forma de vestir, de hablar, de bailar, de peinar. Jamás van a ver unx rockerx trabajando en su Consejo Comunal para que su descontento con el mundo se convierta en CAMBIOS para el mundo.

    Puro mamagüebeteo esta paja del rock venezolano, si buscan música venezolana con tripas (los géneros que antes les mencioné) van a encontrar contenido y profundidad en todos los niveles, pero si se empeñan en buscar eso en el rock van a quedarse donde están: una discusión interminable sobre nada.

    La única banda de rock nacional seria que conozco se llama Perversuus Su.

  • Reindertot dice:

    Hola Juan Pablo: Comparto mucho de tu punto de vista, pero en otros aspectos, tengo algo que decir. SI HAY musicos y rockeros trabajando en Consejos Comunales. Yo conozco varios. Se que es un solo ejemplo puntual el que das, pero el punto es que tambien se de bandas y músicos que no se quedan en la parte efectista y superficial, no puedo quedarme callado ante una afirmación tan radical esa. Ahí si debo estar en total desacuerdo contigo. Tampoco comparto la afirmación “el rock no representa los intereses del pueblo”. CUALQUIER género musical puede representar el interes de un colectivo (sea el que tu llamas “pueblo” o el que tu consideras no lo es, pero que en todo caso, TAMBIEN es pueblo). Ciertamente, comparto contigo que los máximos exponentes del rock nacional en la actualidad viven en una burbuja clase media-alta (creo eso afirmas), pero de allí a renegar a todo un género y reducirlo a un corte de pelo o traje, es, en mi opinión, errado e innecesariamente intolerante. La salsa, changa y cualquier otro género tiene tambien su carga superficial en el peinado, la manera de vestir y la manera de bailar. La rebeldía puede llevarse a la realidad de cualquier manera. 

  • Juan Litio dice:

    Reindertot: No es resentimiento y mucho menos a causa de la
    mucha o poca difusión que pueda tener mi banda, ya que
    mantenemos la línea independiente y nunca pero nunca le hemos pedido nada a ningún medio,
    simplemente es mi opinión fuera de “su” culto. No me indigna
    la existencia de nadie, me parece que todos tienen el derecho a manifestar de
    alguna u otra forma su “realidad” a los niveles que deseen, pero cuando
    hablas de “Música Rock” de verdad me dan ganas de
    llorar… He visto el rigor en la sangre amigo. en la sangre latinoamericana
    que no tiene un espacio “simplemente” por ser diferente a ustedes.
    “suciedad corporativa” OJO así lo veo 100% desde este lado de la baranda y
    como te dije; me contenta mucho estar de este lado. los invito a salir a la
    calle en vez de estar reescribiendo una y otra vez la historia del Rock
    Venezolano.

    ¿hasta cuándo lo mismo una y otra vez? la juventud necesita diversidad y yo me
    encargo de crearla en algunos lugares con mi música… no necesito
    destruir NADA como me “sugeriste hacerlo” porque empecé a
    hacer música cuando descubrí que con mi guitarra no le hacía
    daño a nadie y comencé a escribir cuando comprendí que de
    alguna u otra forma siempre “seguíamos dañando algo” y
    como diría Luciano Pavarotti: Quien
    sabe hacer música la hace, quien sabe menos la enseña, quien sabe menos todavía
    la organiza, y quien no sabe la crítica. ¿Lo deseas ilustrado por Norman Rockwel? nótese la palabra Rock entre su apellido 😉 http://0.tqn.com/d/detroit/1/0… Me encanta esta pintura porque veo carne muerta.

  • Reindertot dice:

    Si, la completa asunción de “banda independiente” y “todero”. Quizás a corto plazo el darle toda esa carga al marketing pudiese funcionar. Pero siento que ese debería ser solo una manera de concreta de batallar por atención. Para crear sentido de pertenencia y lograr mas espacio en el imaginario criollo hace falta mas que eso.

    Me parece genial eso de “no es necesario gastar mas dinero, sino enfocar debidamente los esfuerzos”. Ese debería ser el punto de partida para esta solución concreta.

  • Reindertot dice:

    Juan Litio: No tengo la mas puta idea de en donde me colocas a mi repetidas veces (hablas de barandas, aceras, lados). Luego nombras “corporaciones”. De todas maneras, yo me siento mas cercano a ti que de la “suciedad corporativa” de la que hablas. No se si es que crees que represento a un medio, o a una banda. Nada mas lejano a la realidad. Querias difusión, por eso pusiste el link a tu banda. Eso está bien, no niegues tus propios actos. No te indigna la existencia de nadie, pero te dan ganas de llorar con los exponentes que seleccione mencionar como “rock”. No entiendo. Solo veo a alguien negando casi reaccionariamente todo lo que afirmo y bueno, eso es rock tambien. Rock malcriado y prepotente que considera que nadie mas “sale a la calle”, pero rock al fin. Algo de eso tambien hay en mi propio texto.

  • Juan Litio dice:

    No quería difusión, solo me pareció una dedicatoria bastante oportuna a la falta de diversidad en tu texto. claro obviamente de alguna manera se está difundiendo, pero ¿para eso son estos portales no? debatir, plantear y presentar propuestas, etc. ¿o crees que tienes el poder de este medio? y eso me coloca en la posición de “Pedir”… hasta donde se (no he pagado un solo Bolívar) por expresarme con todos mis argumentos “incluyendo mi material de video”  ¿Mi Lugar, lado o detrás de…? es el independiente y hasta donde logro recordar no le he quitado nada a nadie.  Bueno si, tal vez te quite un poco de tu tiempo, y te pido disculpas por ello. ¡Prometo no joderte más!

  • fermin rivero dice:

    hermano con la mirada en el piso acepto que es verdad todo lo que usted dijo!! y no por mi!! que es lo que mas me molesta

  • Juan Pablo Toledo dice:

    Épale R, fino que viste de una que lo que escribí es un derroche de subjetividad y no lo agarraste tan serio. No tengo datos del instituto nacional de estadística para soportarlo, pero sinceramente veo que la cultura del espectáculo se comió al rock, nacional e internacional, eso le quita fuerza e identificación con los problemas inherentes al pueblo. Que no te quepa duda esa proporcionalidad estictamente inversa.

    Incluso fuera del rock, se puede ver que hasta los ritmos de barrio más arrechos y malandros del mundo están siendo cooptados por productores de “artistas” internacionales como: black eyed peas, gloria estefan y shakira. 

    Todo tiene precio y nada significa nada bajo esas condiciones, no podemos pensar que el mismo estilo musical que hace que gene simons sea un súperMillonario esté en favor de la igualdad social. Me prodrías dicir que depende de qué mensaje se dé con las canciones, pero no podemos creer que los mensajes son independientes del medio que usan para transportarse, sería muy inocente pensar que existen diferencias entre músicos profesionales que se preocupan sobre los problemas del pueblo y músicos profesionales que no. 

    El artista profesional no existía antes del capitalismo (ni existirá después), Calle 13 y Britney son la misma cosa, veo a Gillman odiar el reguetón pero no he visto cómo va a hacer para superarlo con un discurso clasista y un festivalucho que, si nos ponemos serios, resulta siendo aún más alienado e impertinente para nosotros que el mismo reguetón.

    Habló un ex-roquero.

    http://rufian.tumblr.com/post/9101983770/la-formula-para-hacer-conciertos-en-venezuela-y-el-mito

  • Reindertot dice:

    No entiendo el punto, Juan Pablo. O mejor dicho, sí, pero no puedo seguir ese tren de pensamiento tan irrevocablemente cínico. No siempre el precio es monetario.

    Sólo otro comentario subjetivísimo y pedante: no existe tal cosa como un “ex-rockero”. Eres o nunca lo fuiste.

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