Un empleado de una empresa distribuidora de energía eléctrica en El Salvador intentó huir para salvar su vida. Sin embargo, se convirtió en un registro más dentro de los 1.537 homicidios que han azotado a ese país centroamericano desde inicios del año. El elevado número de asesinatos ya fue catalogado como una oleada de violencia que aterroriza a muchos ciudadanos salvadoreños, quienes piden que se declare un “estado de emergencia nacional”.
En este contexto, el país ha alcanzado un promedio de 22.8 homicidios por día solamente para el mes de marzo. Es así como El Salvador se ha convertido uno de los países más violentos del mundo. La población ciudada exige medidas para atender esta violencia, ya que estos no se encuentran seguros desde el momento de salir de sus hogares. El presidente Salvador Sánchez Cerén, presionado por buscar una solución eficaz, indicó que no está seguro de declarar un estado de emergencia nacional. Según la Constitución salvadoreña, bajo emergencia, el Estado puede suspender por 60 días o menos, los derechos a la libertad de expresión, la libre movilidad, de asociación y la inviolabilidad de correspondencia.
Se señala que muchas estas masacres fueron dirigidas por líderes criminales de centros penales, lo cual es común en El Salvador, en las dinámicas de operación de las pandilla. Si quieres saber más puedes leer el texto Sánchez Cerén: “Aunque algunos digan que estamos en una guerra, no queda otro camino” de Nelson Rauda para El Faro.