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Por Natalia Gutiérrez (@jemapellenatali) y Carlos Algarra (@tatatoto)

En tierras sudamericanas han nacido varios de los mejores equipos de futbol del mundo, lo que también convierte al cono sur en la madre de fanaticadas fieles y apasionadas por sus equipos, como los hinchas de Argentina, los eufóricos brasileros, e incluso los fanáticos de Colombia, Chile, Uruguay, Paraguay y Ecuador. Para desentonar, es quizá Venezuela uno de los pocos países en el que  identidad nacional y futbol no son sinónimos.

La selección venezolana, mejor conocida como la Vinotinto, no es reconocida internacionalmente por su destreza en este deporte rápido y, aunque claro que forma parte de los 200 países que han participado en las rondas clasificatorias para la competencia más importante del mundo futbolístico, la Copa Mundial de la FIFA, no ha tenido éxito para llegar a ella.

Si se habla de béisbol la historia es diametralmente opuesta, porque es en este deporte que los venezolanos son mundialmente conocidos por sus habilidades y medallas. Sin embargo, la pasión y popularidad que el futbol también desata en el territorio son claras. Pero, ¿por qué será que la llamada “cenicienta de la CONMEBOL” no puede alcanzar los mismos logros en fútbol que en béisbol? Existen argumentos desgastados, como la posición geográfica desfavorable que la lleva a jugar contra los grandes: Argentina, Brasil, Uruguay, Chile e incluso Ecuador y Colombia, quienes también están creciendo futbolísticamente hablando. Sí, para cualquier equipo es un reto ganarle a estas leyendas. Sin embargo, ¿será razón suficiente para no crecer, para no haber clasificado a un mundial, para no pasar de la primera fase en otro tipo de torneos internacionales –básicamente sólo la Copa América?

Va de cuento…

La selección nacional fue fundada formalmente en 1926. En sus comienzos, disputó juegos a nivel internacional obteniendo resultados variables; algunos buenos, otros no tanto. Sólo a mediados de los años sesenta Venezuela logró participar en las eliminatorias de la Copa Mundial de Futbol (FIFA) y de la Copa América. Esto da la idea de una selección venezolana considerablemente joven a comparación de  la argentina fundada 1893, la uruguaya que remonta a 1900, la brasileña que vio la luz en 1914, la chilena que data de 1895 e incluso el Tri Mexicano fundado en 1927. Sin lugar a duda, la Vinotinto es un equipo que se tardó en organizarse y, como cualquier equipo joven, poco a poco ha ido dando pasos para ser tomado en serio nacional e internacionalmente reconociendo que, indudablemente, aún existe mucho camino por recorrer.

El gran duelo: España vs. Venezuela

Ese camino por recorrer se vislumbra perfectamente en el último gran partido que aconteció en Venezuela y puso en crisis nerviosa al país.

¡Vengan todos de VINOTINTO! Con esas palabras los jugadores de la selección nacional hicieron un llamado a la fanaticada para apoyarlos en el encuentro realizado en la ciudad de Puerto la Cruz en contra de los mismísimos hombres que  se alzaron con la copa mundial hace menos de un año. Un equipo plagado de estrellas y trofeos tanto a nivel de selección como a nivel de clubes, que provoca euforia y pasión, mueve masas y no en vano es conocido como “La Furia Roja”, listo para jugar contra otro que ha llorado sangre –sin parafrasear a Hugo Sánchez- para surgir en el mapa futbolístico y quitarse el ya mencionado título de “La Cenicienta de la CONMEBOL”.

Todo un espectáculo se avecinaba, pero para sorpresa de pocos el estadio José Antonio Anzoátegui no estaba lleno de amarillo, azul y rojo, menos de vinotinto. Muchos hinchas sobresalían por su particular vestimenta blaugrana o merengue escudándose en sus antepasados, en su pasión por los dos clubes más grandes de España o simplemente en su falta de identificación con los colores patrios. La historia se volvía a repetir, sólo que en esta oportunidad el albiceleste y el verdeamarelho habían dado paso a los colores de la madre patria. El resultado ya todos lo conocen: 0-3.

En el presente, este mal no es exclusivo del fútbol, puesto que el venezolano toma actitudes similares en cuanto a música y costumbres se refiere. Como claro ejemplo está el amor que muchos sienten por el Vallenato, música típica de Colombia. No queremos decir que el nacionalismo sea inexistente, tampoco que el gentilicio no se identifique con los colores, sonidos y sabores del país; sin embargo no es secreto que la identidad venezolana se alimenta de la maravilla de sus paisajes, la riqueza de sus recursos naturales, el prestigio de la belleza de sus mujeres, las expresiones artísticas y el lenguaje. Y, a diferencia de muchos países de la región y del mundo, su equipo de futbol no es uno de esos rasgos identitarios.

Es sabido que Venezuela no es el único país del continente donde sin importar quién se corone campeón en algún deporte, las calles  se desbordan en alegría y celebración por la victoria ajena. Siendo su gentilicio utilizado a discreción. Ahora bien, ¿Es posible que a ochenta cinco años de la creación del equipo nacional de futbol, los venezolanos se comiencen a identificar con los colores patrios? Al parecer si es posible.

La fanaticada venezolana todavía renuente a aceptar su realidad futbolística ha empezado a apoyar a su selección, en las buenas y en las malas pero el camino es largo y falta mucho por hacer. El haber sido país sede de la Copa América 2007 dejó como herencia una gran infraestructura que no se puede perder. Encima, los gritos de gol todavía retumban en los oídos de todos y apenas se han escrito las primeras páginas de esta historia cuando todo indica que no será tan monótona como algunos pronosticaron. Esta historia tiene aires de cambio.

Mientras escribimos estas palabras, se lleva a cabo la Copa América 2011 en Argentina. Lo inesperado está sucediendo y Venezuela no ha perdido ningún partido. Todos los medios lo han reportado como “la sorpresa vinotinto” dejándonos boquiabiertos, llenos de esperanza a todos y hablando del respeto que se merecen al igual que cualquier otro equipo participante. La vinotinto es un equipo que se ha tardado en madurar, pero lo está haciendo y se está mostrando al mundo cual quinceañero lleno de vitalidad, en estreno ante la sociedad.

(Miles de personas, en todas las ciudades de Venezulea, se apostaron en parques y plazas públicas para ver la semifinal Venezuela-Paraguay)

La Vinotinto ha logrado clasificar a semifinales, siendo su mejor resultado desde 2007 cuando llegaron a cuartos de final. Junto con Chile y Ecuador, es el único miembro de CONMEBOL que no ha podido coronarse en una Copa América. Los dedos cruzados de los venezolanos alrededor del mundo y la determinación que muestra la selección, llevan a creer que este año dejarán de ser parte de éstas estadísticas. De hecho, ya la Vinotinto ha roto sus propios esquemas y con sus juegos ha logrado que esa sociedad, tan divida, se haya unido en todo el país y a lo ancho del mundo para celebrar el futbol como nunca antes se había podido hacer. Construyendo con un balón y con esa determinación, un sentimiento nacional sin tintes políticos, que tanto nos hacía falta, una construcción de pertenencia.

La era en que se exigen atajadas de Julio César, despejes de Burdisso, gambetas de Neymar, goles de Suazo o la magia de Messi, está llegando a su fin. Es momento de confiar en Vega, Rey, Orozco, Rondón, Arango y compañía, quienes de la mano de César Farías hicieron magia con sus botines para conseguir el mejor papel en la historia de  Venezuela superando los cuartos de final conseguidos en la pasada edición del certamen. Es cierto, la vinotinto no ha generado gran identidad porque su aparición en el panorama futbolístico fue tardada, pero la pasión y la euforia de la fanaticada se están desencadenando, como lo acabamos de ver en esta Copa América 2011. Selección, juego y corazón que llegaron para quedarse.

Con información obtenida de:

www.es.fifa.com

www.federacionvenezolanadefutbol.org

www.wikipedia.com

 

Natalia Gutiérrez Ávila

De papá colombiano y madre mexicana no sabe por qué razón terminó radicando diecisiete años en “la tierra del sol amado”; Maracaibo, Venezuela. No cree mucho en eso de las nacionalidades y menos en estos tiempos sin fronteras diferenciadas. Estudia Sociología en la UNAM. @JemapelleNatali

5 Comments

  • Patton dice:

    La pasión llegará de la mano de los triunfos. Están dando sus primeros pasos, y toda esta generación brillante que pasó por primera vez a segunda ronda en una Copa América en 2007, la que eliminó a Argentina de un mundial juvenil, la misma que no solo clasificó por primera vez a un mundial sino que pasó a octavos de final…. ya no son los últimos en las eliminatorias al mundial, son octavos y con toda seguridad en estas eliminatorias estarán peleando la clasificación al mundial a la par de sus compañeros de confederación.

    Ya no son sopresa, hace cerca de una década suramérica saben que para ganarle a venezuela hay que esforzarse, y mucho. Tienen la mala fortuna de estar en la zona donde están los mejores del mundo, pero eso no fue impedimento para meterse en semifinales y haber merecido estar en la final.

    Es un proceso, y el fútbol está lleno de injusticias, de frustraciones, de desilusiones. Yo los veo como unos adolescentes ingenuos y soñadores que creen tener todas las respuestas y quieren tenerlo todo de una vez. Ya perderán la inocencia, -como en la vida- a punta de golpes, como esa dolorosa derrota con Paraguay. Con el tiempo llegará la madurez y más victorias.

    Y con ellas la pasión. 

  • Luis Galaviz dice:

    “La Vinotinto ha logrado clasificar a semifinales,
    siendo su mejor resultado desde 1967” querida Natalia, fué en el año 2007 cuando Venezuela consiguió su mejor resultado en la competición(cuartos), hasta esta vez que llegaron a semis…

  • Claudia Guerra dice:

    Ansiaba terminarlo de leer para comentarlo… Acabando de ver la llegada de la selección a Plaza Venezuela en vivo y leer esto no me queda mas que emocionarme y llenarme de ganas de ver otro partido de nuestra vinotinto. Muy bueno el texto!!!! Este Algarra tiene mucho que decir, espero leer más material de él… que le siga dando una mano a Natalia… 
    Gracias por el texto, muy interesante!!

  • Natalia G. dice:

    Así es Patton, toda esta década ha madurado el futbol venezolano. Aun así, no veía tan creyente de esto a la población hasta esta Copa América. Hubo un crecimiento no sólo en el equipo futbolístico, si no también en el orgullo del venezolano por éste. Por ejemplo, yo nunca había celebrado unos goles tan llena de emoción. Confío en que vengan más. Y por supuesto, la pasión crecerá.  La clasificatoria al mundial va a ser muy interesante de ver. 
    Gracias por leernos! 

  • Natalia G. dice:

    El cambio fue hecho. Muchas gracias por tu comentario Luis. ¡Saludos!

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