Yo vive con su madre, dueña de un restaurante de carretera. Yo juega con monedas en el piso hasta que lo mandan a matar los pollos que se van a guisar. Yo aguanta las burlas de la gente, que lo miran como el tonto del pueblo. Yo dice tener quince años pero su cuerpo es de un hombre mayor. Yo conoce a Elena, una niña que va con él a las cascadas. Yo vive la contradicción entre su mente infantil y las necesidades sexuales de su cuerpo adulto.
Yo es la película más reciente de Matías Meyer (Los últimos cristeros) y mereció el Premio a Largometraje Mexicano en el Festival Internacional de Cine de Morelia de 2015. Es una adaptación libre del cuento homónimo de Jean-Marie Gustave Le Clézio, que viene en el libro Historie du pied et autres fantaisies. Cuenta Meyer: “el cuento me atrapó desde la primera palabra hasta la última, me gustó ver a este personaje desde su propio punto de vista, junto con la ansiedad que provoca, te hace preguntar cuándo va a girar a la tragedia, las imágenes rayan en el surrealismo y también está el tema de cómo es la sexualidad de personas con discapacidad.”
Yo comparte las coordenadas minimalistas de cineastas contemporáneos como Amat Escalante (Los bastardos, Heli), Michel Franco (Crónica) o Lucrecia Martel (La mujer sin cabeza). Espacios desolados, más alusión que argumento, tensión anticlimática entre la inocencia del personaje, el prejuicio del espectador y la perversión del entorno.
“Escogí un restaurante aislado para que el personaje se sintiera más aislado todavía, es la carretera de México a Querétaro, la de más flujo vehícular”, explica Meyer. “Por aquí entra la mercancía para la Ciudad de México, no pasan treinta segundos sin que pase un coche, es interesante contrastar este flujo incesante con el estancamiento de Yo. Todos se mueven y él está detenido, con ausencia de padre, quiere darle todo su cariño a su mamá y ella está cansada de este hijo tan demandante; quiere un marido, no un hijo-marido.”
Para Yo, Meyer también decidió trabajar con actores no profesionales. Por ejemplo: al protagónico, Raúl Silva, lo encontraron en metro Coyoacan.”Yo es un personaje discapacitado pero un ser humano como cualquiera”, dice Silva. “Lo que sucedió con Yo es que muchas cosas que le pasan yo las pasé, yo tuve problemas del habla cuando estaba creciendo, tengo depresión, he sufrido violencia por mi estatura y complexión, para mí fue fácil entregarles estas cuestiones al personaje.”
Con Yo, Meyer sugiere que la mirada es la perversa; los hallazgos sentimentales de Yo se difuminan entre los prejuicios y la monotonía, ávida de fenómenos para la exhibición. Entre el drama rural, la educación sentimental y el tremendismo minimalista, Yo trasciende el tema de la discapacidad mental y alcanza esas zonas donde se preserva o pierde la inocencia.
Yo (México-Canadá-Suiza-Holanda-República Dominicana, 2015) Dirección de Matías Meyer; con Raúl Silva, Elizabeth Mendoza, Ignacio Rojas, Isis Vanessa Cortés. Guión de Matías Meyer y Alexandre Auger, adaptación libre de “Yo” en Histoire du pied et autres fantaisies de J.M.G. Le Clézio. Fotografía de Gerardo Barroso Alcalá. Edición: León Felipe González. Música: Galo Durán y Chac Mool. Sonido: Alejandro De Icaza y Raúl Locatelli.