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A dónde va mi pensión es una investigación regional para conocer a dónde han ido los 500 mil millones de dólares que han ahorrado los trabajadores de América Latina y el Caribe.


 

Alrededor de 500 mil millones de dólares han logrado ahorrar los trabajadores de nueve países de América Latina. ¿El objetivo? Sus jubilaciones. Este dinero es administrado en cuentas individuales por firmas privadas en su gran mayoría. Las conocen como AFP en Chile, Perú, Colombia, El Salvador y República Dominicana; como AFAP en Uruguay; Afore en México; y OPC en Costa Rica. Reciben cada mes un porcentaje del sueldo del trabajador, y una comisión por rentabilizar los fondos de jubilación a través de sus decisiones de inversión. Un mecanismo cuya diseminación por la región empezó en Chile hace 40 años y que solo en Panamá no implicó el ingreso de firmas privadas.

¿Dónde han invertido el dinero exactamente? ¿A quiénes han financiado los trabajadores por años? A dónde va mi pensión, una investigación regional ejecutada por periodistas, especialistas en fondos de inversión, actuarios y programadores, arrancó con esas dos preguntas centrales y hoy ofrece una herramienta para que cualquier ciudadano fiscalice la ruta de su dinero.

En esta investigación participaron 32 periodistas y 13 medios de toda América Latina y el Caribe, incluyendo a varios integrantes de la Red LATAM de Jóvenes Periodistas de Distintas Latitudes. 

Del análisis de los números, lo primero que se identificó fueron dos patrones en los perfiles de inversión. Por un lado, un bloque sudamericano, compuesto por Chile, Perú y Colombia, que ha colocado el dinero de las pensiones fundamentalmente en el sector privado local y extranjero; y por otro, uno centroamericano, conformado por El Salvador, Panamá, República Dominicana y Costa Rica, que se ha dedicado reiterativamente a comprar deuda pública local, convirtiéndose en financista clave de sus gobiernos. 

Otro bloque más pequeño, Uruguay y México, representa un punto medio en cuanto a la inversión entre los sectores público y privado pero una postura sin medias tintas en contra de la transparencia de las inversiones. Bajo su concepto, la ruta del dinero de millones de sus trabajadores es confidencial.

A dónde va mi Pensión revela casos de empresas que probablemente no habrías querido financiar de poder decidirlo: infractores ambientales, laborales o empresas investigadas por corrupción; y devela el rol de los trabajadores como financistas forzosos de sus gobiernos y las secuelas más tempranas de ello. Mientras tanto, allí donde el sistema ha cumplido cuatro décadas, las pensiones no solo no alcanzan, sino que fueron un reclamo crucial durante el estallido social de 2019 y hoy protagonizan el proceso de reescritura de la Constitución chilena.

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Aquí los contenidos: 

Sin saberlo, los fondos de pensiones de trabajadores de Chile, Colombia, Perú y Costa Rica terminan en inversiones que violan derechos humanos. ¿La responsable? La administradora de fondos más grande a nivel global, cuyo poder avanza rápidamente entre las pensiones latinoamericanas.

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A dónde va mi pensión fue realizado con el apoyo del Pulitzer Center on Crisis Reporting y el Instituto de Prensa y Sociedad. Créditos

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