Skip to main content

Estamos Listas es el movimiento político feminista que se prepara para llegar al Senado en Colombia este 13 de marzo y en sus propuestas se encuentran: buscar transición democrática, justicia económica, social y ambiental, y un futuro en paz en el país.


Texto: Tatiana Rojas Sánchez (Colombia)

 

Estamos listas es el primer y único movimiento político feminista en Colombia que se prepara para llegar al Congreso de la República y convertirse en partido político el próximo 13 de marzo. Conformado por once candidatas, feministas, mujeres, afros, lesbianas, activistas, mamás, campesinas, compañeras, defensoras y diversas: Liza García Reyes, Jessica Obando Correal, Jessica Pereira Hooker, Magaly Belalcázar Ortega, Lorena Bautista Riquett, Lorena Robayo Cárdenas, Miyu Alarcón, Mayra Gómez Castañeda, Rocío Nieto Alarcón, Cindy Navarro Arzuza y Elizabeth Giraldo Giraldo.

“Listas, Estamos Listas, listas vamos a ganar… ¡Colombia!”, dice la cumbia de este movimiento feminista que nació en Medellín a raíz de la ‘plebitusa’, ese sentimiento de despecho y tristeza por la perdida del plebiscito por la paz el 2 de octubre de 2016. Un año después, varias mujeres se organizaron rápidamente y decidieron darle otra vuelta a ese dolor para llegar a ocupar cargos de representación política como sujetas con capacidad de acción y de decisión. Para ellas, había llegado el momento del tiempo de cambio y su proyecto era la respuesta a eso que siempre ha dicho la política patriarcal: “Y, ¿ustedes sí están listas?”. Su nombre confirma y es una consigna de que no existen las ciudadanas de segunda y que están listas: ¡Listas para gobernar!

En el contexto actual, donde Colombia vive un escenario histórico electoral, por primera vez, según distintas encuestas, la izquierda tiene la oportunidad de llegar al poder en las próximas elecciones presidenciales. Gana relevancia una colectiva de mujeres que poco a poco se ha ganado un espacio en la opinión pública, llegando a convertirse en un fenómeno nacional porque recolectaron 94 mil 209 firmas (79% fueron válidas) que les permitieron conseguir el aval de la Registraduría Nacional para su lista cerrada del Senado. 

Su proyecto ha roto la forma tradicional de hacer política. En otras palabras, la han ‘despatriarcalizado’, transformándola, sin financiadores políticos, ni alianzas, trabajando desde la autogestión, independencia y construyendo colectivamente, pero, también, enfiestadas y gozando. Porque para Estamos Listas hacer política feminista, también significa bailar y perrear solas, compartir con amigas, compañeras y tejer redes de igualdad con las alas abiertas, como una Buha su logoque vuela alto por todo Colombia. Asimismo, en su agenda feminista se destacan iniciativas como #BuscarlasHastaEncontrarlas y #NiUnaMenos; la primera consiste en presionar a  las instituciones para que se activen alrededor de las desapariciones de niñas y mujeres en la ciudad, y la segunda ​​para poner el foco en los feminicidios y la violencia contra las mujeres.

Desde Distintas Latitudes tuvimos la oportunidad de conversar con Elizabeth Giraldo Giraldo,  historiadora, especialista en Estudios Urbanos y con maestría en Urbanismo, quien ocupa la cabeza de la lista para el Senado.

Elizabeth, ¿cuál es la razón principal para estar hoy aquí?

Estamos Listas nació desde el año 2017 con un grupo de mujeres feministas de la ciudad de Medellín con diferentes trayectorias, que evidencian que después de la pérdida del plebiscito necesitábamos otro tipo de vías para lograr la transformación social. Esa pérdida que llamamos la ‘plebitusa’ fue un momento que muchas personas recordamos con el corazón roto y una desilusión muy grande de país; pero estas compañeras dicen no, lo que necesitamos es llegar al poder, no solo la exigencia de derechos o solo movilizarnos y denunciar, sino que necesitamos llegar a los espacios de poder para que las cosas se transformen y, por ejemplo, existían cosas tan importantes para la sociedad como la paridad, ¿cierto?, entonces con y desde esa fuerza nace.

Estamos Listas nació primero como un secreto y fue creciendo a través de esos lazos de confianza con mujeres cercanas, del movimiento de mujeres, insisto, feministas, que se fueron sumando y sumando mientras diseñamos la estrategia, el método de crecimiento, nuestros principios y manifiesto para llegar al Concejo de Medellín. Este fue el primer lugar político que imaginamos, con el que nos probamos y también demostramos a las y los medellinenses que funcionaba nuestro método y forma de organización porque efectivamente ganamos. Fuimos muchas mujeres en ese momento, recogimos firmas, también votamos y constituimos la lista al Concejo, fue una metodología cercana a la que implementamos para el Senado solo que a nivel local.

¿Qué ha sido lo más difícil de enfrentarse a la política patriarcal, hegemónica y tradicional que ha gobernado las últimas décadas en Colombia?

Yo creo que es complejo, es difícil de asumir y de entender que todavía estas figuras tengan respaldo ciudadano. Igual sabemos que el voto libre no necesariamente está allá, que hay un voto cooptado, un voto que mueven las maquinarias y todo eso, pero, también tienen niveles de legitimidad. También hay un debate: para que primero haya más votaciones, debe disminuir la abstención en Colombia, que es altísima la mitad no votan, y que empiece a  haber una inclinación del voto hacía el interés por lo público, por lo común. No validar más esas estructuras y esas personas que lo que quieren seguir es sacándole al Estado todo, solo para seguir con sus privilegios.

Muchas veces es un reto, como en cada escenario político… Es como imaginar otras salidas y ahí no lo veo como una dificultad sino como un reto que es apasionante y es la razón por la que estamos en la política. Es móvil, hay coyunturas, hay asuntos inesperados, no todo lo puedes planear. Tenemos unos principios, una proyección, pero siempre en la política se moverán las cosas y ante esas cosas nuevas que emergen, es bueno ver cómo nos vamos a posicionar, cómo es una mirada de poder feminista, cómo le hablamos a la ciudadanía para que vea que sí se puede abrir el campo de lo político más allá de lo que hemos tenido.

Pero, ¿qué significa hacer política feminista?

Para nosotras un movimiento feminista y política feminista es la que pone en el centro a la vida y el cuidado. En nuestra propuesta programática de agenda de control político y legislativo al Congreso proponemos una serie de acciones en las que le estamos diciendo al país que es el momento de que, por un lado, la vida esté en el centro y sea el principio ordenador de la ejecución de los recursos de Estado, de la presencia e institucionalidad. Y al mismo tiempo trasladar la mirada porque hay distintas visiones de cómo la economía puede ser mejor. Entonces están las posturas desde el crecimiento y acumulación, están otras que solo son distributivas y nosotras proponemos la redistribución, pero también proponemos que sea el trabajo reproductivo el que nos permita entender cómo se mueve la economía. ¿A quién se favorece y a quién no? ¿Cómo se genera la riqueza? ¿A quién y cómo se le distribuye la riqueza construida entre todas y todos?

Para nosotras también plantear la política feminista es lograr la representatividad de la diversidad colombiana y eso pasa por la paridad, por supuesto, pero también por la representatividad de personas y comunidades disidentes de género y sexuales, de las personas afros, negras, raciales, de la periferia del país, por ejemplo, que finalmente son una visión de la distribución del poder.

En otra parte también es muy importante para nosotras proponer un proyecto feminista para las mayorías del país. Nosotras consideramos el feminismo como un proyecto social, político, humano, en el que todas, todes y todos tenemos un lugar y es una esperanza de futuro y que, desde mi perspectiva  por supuesto , ningún otro proyecto político tiene hoy. No quiere decir que sea el único modelo y que se va a agotar todo en el feminismo, no, nada de eso. Pero sí es hoy un gran medio para caminar hacía que, por ejemplo, las colombianas y los colombianos, por lo menos sintamos que tenemos posibilidades en este país y que estemos en unas condiciones de igualdad y democracia.

¿Cómo fueron seleccionadas las 11 candidatas al Senado 2022? ¿Por qué representan la diversidad que Colombia necesita?

Fueron semanas de trabajo y de imaginación política de cómo podíamos definir una propuesta de composición y ampliación nacional que sí respondiera a esas formas en que hacemos la política, rompiendo con un esquema de exclusión, con una arbitrariedad, con algo que niega la democracia porque es desde ahí donde lo pensamos. Pensando en eso fue que dijimos hay una subrepresentación, hay ciudadanías, grupos, segmentos de la sociedad que hemos sido históricamente subrepresentados y excluidos de los espacios de poder, entonces el 8 de marzo del 2021 lanzamos una convocatoria nacional para que nuevas compañeras de todo el país llegarán al movimiento y se escribieran.

Vamos a estar a nivel nacional, vamos a llegar al Senado y cualquiera que esté lista y quiera se puede postular. Esa lista tenía cuatro cosas que para nosotras iba a permitir romper esa exclusión histórica. Ahí entra el tema de los porcentajes que construimos de la siguiente manera: 20% de las mujeres representarán a la comunidad LGBTIQ+, 20% para mujeres afrocolombianas, 20% de mujeres de departamentos subrepresentados y el 40% restante fue para un sin grupo, pensado en las mujeres de las áreas urbanas, que quizá no han tenido los mismos impedimentos para participar como el resto. Porque si bien las mujeres hemos sido excluidas y hemos vivido esas brechas de representatividad no es lo mismo para todas y eso aquí lo reconocemos.

Nosotras tuvimos el proceso de postulación, hicimos correrías, caminamos por Colombia, conversamos con amigas, rotamos el formulario, fue un momento muy lindo, de crecimiento, nuevas mujeres que estaban llegando y que estaban esperando que Estamos Listas por fin decidiera estar a nivel nacional. Luego vinieron una serie de postulaciones de muchas partes, y hubo un proceso de selección. Nosotras mandamos nuestras hojas de vida, fuimos entrevistadas, debíamos tener un aval de un grupo de compañeras que nos conociera por lo menos diez personas del movimiento, también buscando la legitimidad de cada una, tu primera gestión es buscar compañeras dentro del movimiento que te respalden. Y allí hubo un primer filtro, luego todos los siguientes.

Teníamos en la plataforma de gobierno abierto un perfil por cada una con un video desarrollado de forma individual, las mismas condiciones para todas. Cada una tenía el derecho a cuatro votos y así fue como se conformó la lista. En septiembre nos dimos cuenta cómo había quedado, donde sale que quedé como la cabeza de lista y fue un momento tan bonito, nos abrazamos y lloramos, eso fue muy hermoso. Somos un grupo muy bacano, nos extrañamos, como estamos en partes distintas: Caquetá, Boyacá, San Andrés, Quindío, Cundinamarca, Santander, Antioquia y Atlántico.

Si llegan a ganar las elecciones este 13 de marzo, ¿cuáles son los objetivos principales que quieren cumplir?

Ha sido un trabajo de conversación y liberación, y definimos cinco puntos: transformación democrática, justicia económica, justicia ambiental y social y un futuro en paz. Y en esos cinco titulares cada una tiene unas acciones, obviamente están entrelazadas.

Nosotras también hablamos de la importancia de poner la mirada en la diversidad, insistir en esto tanto por la representatividad como por la garantía de derechos. Una de las leyes que está más clara para nosotras es tener una ley LGBTIQ+ que pueda amparar integralmente el conjunto de derechos de las comunidades de disidencias sexuales y de género. También nos interesa mucho cuando hablamos, por ejemplo, de la redistribución de las personas cuidadoras, tener un sistema de jubilación y pensión para las mamás.

Y creo también que somos el único movimiento que está ahorita hablando de salud mental después de la pandemia, aunque todas sabemos que lo que hizo la pandemia fue evidenciar varias cosas y nos los puso más nítido, el tema de la salud mental sigue siendo visto con mucho prejuicio y desde una perspectiva muy patologizante, incluso, moralizante y es una realidad tan extendida entre colombianas y colombianos con muchas desigualdades. Quienes pueden acceder a acompañamiento, a tratamiento, son personas que tienen dinero; mientras que en el mundo del servicio público de salud es una cosa casi que inexistente, precaria, limitada. Cuando hablamos nosotras de un Estado cuidador, es un Estado que atiende en igualdad la salud mental de colombianas y colombianos.

Hablar de cómo se prepara un estado para la vida y no para la guerra, y es la desmilitarización del estado colombiano que es, por supuesto, menos dinero para la guerra, un punto básico que implicaría más recursos para la vida, pero también como la transformación del espíritu de las instituciones y el carácter de justicia. Esto es super importante en esa perspectiva de nosotras de un futuro en paz y es que dejen de existir los grupos armados y las confrontaciones, es que tiene que dejar de existir un Estado represivo, castigador, persecutor. Nos soñamos con que se acabe el servicio militar obligatorio, ese es otro factor de desigualdad tremenda que pone a los hombres jóvenes y empobrecidos en una obligatoriedad de las armas.

En estos años, los cambios y el avance hacia la igualdad han sido evidentes para las mujeres aunque todavía queda mucho camino por recorrer.  ¿Y los hombres? ¿Dónde están situados en Estamos Listas?

Por un lado, están los hombres de la lista, que son cinco compañeros. Tenemos que recordar que para cumplir con la cuota de género, si bien el espíritu de la ley es que las mujeres tengamos mayor participación, como quedó redactada la ley es viciada porque dice 30% del otro género, entonces en el caso de una lista de mujeres el otro género son los hombres.

¿Qué hombres son ellos? Son nuestros aliados, son hombres que conocemos, han pasado también por un proceso de selección pero distinto al de la votación, porque ellos no son militantes del movimiento, ellos no están inscritos en el movimiento, sino que acogen nuestro proyecto político.  Son hombres en los que confiamos, sobre los que ese fue un acuerdo al que llegamos ninguna puede tener como conocimiento que ese hombre ha acosado, por ejemplo. Y si lo tiene, puede decir no lo valido y no es aceptado. Así fuimos haciendo la selección de estos hombres con los que todas nos sintiéramos tranquilas porque una de nuestras razones de existencia también es contra la violencia al interior de los partidos tradicionales, esa violencia misógina y machista que de muchas maneras se expresa en los partidos mixtos y nosotras, por supuesto, no queríamos tener el mismo problema para nuestro movimiento.

Son compañeros que salen a recoger votos, van a los recorridos, viven orgullosos de Estamos Listas y son conscientes de que van al final de la fila. Ya como más allá de la lista, nosotras insistimos en que nuestro proyecto político es para todas, todos y todes, nuestras dos casas de campaña están abiertas, no son espacios separatistas. Para nosotras eso está claro, por eso hablamos de un proyecto político para las mayorías sociales y de igualdad hacia hombres, mujeres y todas las expresiones e identidades de género.

Estamos Listas respalda y apoya la candidatura de Francia Márquez de Soy Porque Somos en la consulta del Pacto Histórico. ¿Para ustedes que significa que una mujer afro, abogada, defensora de los DDHH y medioambiental, feminista y de territorio pueda llegar a ser Presidenta?

Nosotras votamos en nuestra plataforma interna y casi el 90% de nuestras militantes votamos respaldar su candidatura y lo que ella es, lo que encarna, y somos claras en que es un respaldo a Francia Márquez, pero no al Pacto Histórico.

Para nosotras, para mí también, es la valentía. Es como si fuese la síntesis o el zumo de la fuerza con la que hemos logrado sobrevivir todos estos años. Hay una dignidad que se ha mantenido en el tiempo a pesar de estas condiciones de opresión y exclusión, como que hay una gran fuerza en cada una de nosotras y nosotros por haber sorteado la vida en un país que es tan terrible para la gran mayoría. Ella reúne y recoge toda esa fuerza y toda esta lucha y la quiere llevar al poder y eso es impresionante. Tiene la capacidad, al mismo tiempo, incluso de acoger otras luchas que quizá no son directamente las suyas, pero su propio entendimiento y lo que es la emancipación, la liberación y el romper las cadenas, como ella lo nombra. No le teme al poder instituido, ella lo sabe leer, ella sabe dónde están las fisuras, sabe lo que cada quien le debe al país. Eso me parece impresionante.

Muchas colombianas y colombianos que se encuentran en la diáspora han manifestado sentirse en un segundo plano al no ser incluidas/os en las políticas del país.  ¿Desde Estamos Listas cómo van a tejer redes para que las personas colombianas, migrantes, exiliadas y en situación de asilo se sientan parte de está política estando tan lejos?

Nosotras tenemos círculo internacional, mujeres inscritas que viven por fuera del país y hacen parte del movimiento. Lo primero es pertenecer al movimiento, poderte inscribir, participar de las votaciones inscritas. En este momento son 20 países donde tenemos compañeras, por ejemplo en: Canadá, Estados Unidos, España, Bélgica, Ecuador, Argentina, entre otros.

Una de las cosas que nos gustaría desarrollar aún más cuando tengamos los recursos es pensar, por ejemplo, en la red internacional de cuidados. Ese es uno de los puntos que es muy interesante, cómo la economía colombiana en buena parte se mueve por las remesas, pero esas remesas pertenecen al trabajo reproductivo y de cuidado que, principalmente, las mujeres hacen en otros países. Esa es una perspectiva internacionalista del feminismo y hace parte de, ojo: cómo esto se redistribuye, cómo pensamos en qué condiciones están las mujeres realizando esos trabajos afuera, cómo Colombia se encarga de eso  a veces se preocupa más por los criminales que por la gente que está trabajando, y qué pasa una vez que esos dineros llegan al país, que muchas veces es para poder continuar con esa red de cuidados.

Creo que puede haber una perspectiva muy interesante de desarrollo de política internacional, que toca fibras muy distintas a las que usualmente se tocan y, vuelvo e insisto, pone en el centro la vida, las personas, el trabajo, la redistribución.  

¿Perrean solas?

Sí, somos unas bichotas. Nosotras celebramos, festejamos, bailamos y el reggaetón es de la música más recurrente en nuestros encuentros, más bueno. Porque el feminismo también se trata de disfrutar. 

Nuestra consigna es: por un país en el que valga la alegría vivir, que nos lo sollemos (disfrutar), que le quitemos miedo al poder, que le dejemos de dar tanto lugar a los varones eternos del poder, que cuando una los mira, se da cuenta que están ahí por muchas razones, pero no por su particular talento. Entonces, también disfrutémonos esto que es nuestro, nuestra democracia.

¿Cómo se animan y cuidan entre ustedes?

Nosotras tenemos una comisión del cuidado. Es un conjunto de compañeras que tienen esa gran capacidad de cuidar, no solo en un sentido maternal. Más que eso, es la disposición tan grande en la escucha, en la palabra, en el ritual, en lo simbólico y esa comisión de cuidados es muy importante.

Es para cualquiera de nosotras, pero creo que se activa principalmente para las personas que tenemos lugares de mayor responsabilidad, es súper chévere nuestra comisión de cuidado. Es de las cosas más acertadas que hemos hecho, porque es atendernos y atender también cuando hay conflictos, por ejemplo, de manera distinta. Lo otro es que nosotras tenemos amigas, como el movimiento nace desde los lazos de confianza, yo creo que los círculos de confianza y las personas cercanas que te acompañan en el movimiento son importantes en ese aliento, pero también para poder echar cantaleta porque es importante decir eso, las militancias cuestan, no siempre nos tenemos el mismo ritmo; entonces poder decir: hey, compañera, ¿qué te pasa?

¿Estamos Listas llegó para quedarse?

Claro que sí, cuando tengamos nuestro partido, para quedarnos; pero ampliando democracia, no para quedarnos quietas, sino moviendo esta Colombia.

 

Diseño de portada: Rocío Rojas
mm

Colombia (1996). Periodistas. Ha escrito para medios nacionales e internacionales sobre temas de migración, política, derechos humanos, género y conflicto colombiano. Ha estado nominada a premios regionales de periodismo. Fue integrante de la 3ra Red LATAM de Jóvenes periodistas de Distintas Latitudes. Ganó la beca para cubrir temas de migración otorgada por la FNPI y OXFAM. Hoy es periodista freelance y migrante en Barcelona, España, desde allí se dedica a narrar a la Latinoamérica migrante.

Deja un comentario