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Mateo Salvatto creó Háblalo, una aplicación inclusiva para ayudar a personas con dificultades para comunicarse. El joven argentino de 21 años, después creó su propia empresa, Asteroid Technologies.


 

No solo amaba la tecnología. No solo había sido campeón internacional de robótica con 17 años. Mateo Salvatto (Buenos Aires, 1999) quería más. Deseaba usar la tecnología para solucionar los problemas que revelaba en su vida cotidiana. Un día, después de terminar el secundario como técnico en electrónica, decidió que su casa era el lugar ideal para crear una aplicación para ayudar. 

Háblalo es una app para que personas con dificultades para comunicarse puedan sortear esas barreras. ¿Cómo? Lo que uno tipea en el teléfono es emitido en voz alta de manera instantánea. Y, a su vez, subtitula el mundo para las personas que no pueden escucharlo. Para sorpresa de su joven creador, Háblalo no solo fue agradecida por los sordos, sino que empezaron a utilizarla personas con parálisis cerebral, afasia, apraxia y otras dificultades. 

Después de crear la app que revolucionó el mundo de la inclusión, creó su propia empresa, Asteroid Technologies. Con Háblalo como prioridad, la idea es llegar a la mayor cantidad de personas con alguna discapacidad del planeta, la búsqueda está en compatibilizar tecnología y sociedad. 

Con 21 años, pero cara de niño, sale a los escenarios del mundo entero a impulsar a otros a emprender, a hacer del mundo un lugar mejor, con la tecnología como aliada estratégica. 

Mateo Salvatto conversó con Distintas Latitudes sobre su trabajo, sus proyectos y otros temas.

¿Qué te llevó a crear Háblalo?

Fue muy natural. Mi mamá es profesora de sordos hace como 30 años, tengo amigos y amigas sordos. Me crié viendo cómo ellos no podían hacer nada solos, tenía que acompañar a mis amigos de 30 años a la farmacia. Me molestaba un montón y veía la potencialidad de la tecnología. Podíamos hacer robots e ir al espacio, pero un sordo no podía hacer un trámite, así surgió Háblalo. Cuando les mostré la aplicación a mis amigos con sordera les encantó la idea. 

¿Crees que siempre la tecnología es una herramienta para incluir? 

La tecnología durante la historia de nuestra especie siempre fue una herramienta que derivó en la inclusión en general, porque le da muchas oportunidades a las personas con discapacidad. Los aparatos de lectura en narración para personas ciegas son buenísimos, pero hay ciertas discapacidades que son olvidadas. Cuando terminé la secundaria, lo que me chocaba era pensar “¿cómo puede ser que cualquier pibe con una compu y conexión a internet  puede hacer una app, pero nadie haga nada?”. Mil millones de personas en el planeta tienen discapacidad y requieren herramientas adaptadas. Háblalo fue traer a las personas con discapacidad al diálogo. 

¿Cómo fue el salto de ser un desarrollador de tecnología a crear tu podcast, dar charlas y convertirte en un showman?

Yo era malísimo en la secundaria, me ponía nervioso, no me gustaba hablar en clase, pero el deseo de que Háblalo llegue lejos fue lo que impulsó todo esto. Estoy terminando de editar un libro sobre tecnología con mi hermano, hay un montón de cosas que no conocía y podía hacer. Quería comunicar algo que le quede a las personas, mi vida se dividió entre hacer tecnología e impulsar a otros a que también se animen a emprender. Argentina tiene una potencialidad tecnológica tremenda que no estamos terminando de ver, muchos creen que estamos lejos, pero Coursera eligió a nuestro país como el que más capacidades tecnológicas tiene del planeta. Tenemos cinco empresas unicornio con 40 millones de habitantes, si incorporamos la tecnología como política de estado podemos lograr ser una potencia tecnológica. 

¿Cómo es dar charlas a personas más grandes que vos?

Es más complejo, pero el efecto sorpresa de estar en una conferencia y que aparezca un chico que parece de 14 años hace que presten más atención. Los jóvenes tienen más potencialidad para aggiornarse (actualizarse) en un trabajo de tecnología, pero las personas de unos 40 también pueden incorporarla y entenderla de otra manera. Hay que desmitificar que la tecnología es mala y adictiva, que es un jueguito o un robot que te saca el trabajo, la tecnología tiene la potencialidad de mejorar la calidad de vida del mundo. 

¿Qué problema que ves hoy en día en Argentina te gustaría poder resolver desde tu expertise?

Podrías combatir la corrupción en el Estado usando blockchain, también tener seguridad en el gasto público, evitar la eliminación o modificación de datos; la tecnología se puede incorporar en todos los ámbitos. En Argentina hay que dejar de pensar todo como un River-Boca, dejar de pensar que no podemos y decir “hagámoslo”. Nos va a ir muy bien. 

¿Y, a vos, cuál es el avance tecnológico que más feliz te hizo?

Lo que más uso a diario es la tecnología de carga inalámbrica, porque odio los cables. Y el reloj inteligente, hay mucha gente que dice que no sirve para nada, pero a mí me salva la vida todo el tiempo.

¿Tenés algún hobby que no tenga nada que ver con tecnología?

La música. Toco la guitarra y a veces escribo canciones que nunca van a salir a la luz porque son malísimas. Mi banda favorita por escándalo son The Beatles.

Si no se te ocurriera ningún desarrollo tecnológico más,¿en qué profesión te imaginas?

La comunicación siempre hubiera tenido que ver conmigo, me encanta hablar con la gente y debatir ideas. Si no, ingeniería biomédica. 

Si en tus giras por el mundo pudieras estar acompañado de algún famoso, ¿de quién sería?

Paul McCartney, pero no sé si él daría una charla conmigo. Si no, con un astronauta de la NASA que se llama Chris Hadfield y dio la mejor charla que escuché en mi vida, te hace sentir en el espacio, terminás casi llorando. 

La tecnología se sale de control y empezamos a vivir en una de esas terribles películas de ciencia ficción, ¿en cuál sería?

¡Son todas feas! “Yo, Robot” sería la que más pega con mi personalidad porque soy competidor de robótica y siempre me preguntan si los robots nos van a matar a todos, pero ¡prometo que no va a pasar! 

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Ilustración: Alma Ríos.

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Argentina (1993). Periodista y estudiante de Comunicación Social. Trabaja en elMinisterio de Educación de Buenos Aires y colabora en revistas escribiendo sobre tecnología, gastronomía y cultura. Feminista, intento de vegetariana e incursionista en el cuidado del medio ambiente. Leer y ver películas, le salva. Descubrió en Instagram, un lugar para contar.

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