El pasado 10 de diciembre de 2020 se discutió, otra vez, el aborto legal en Argentina. Desde Distintas Latitudes queremos explicarte cómo se llegó a esta discusión, y cómo, tras su aprobación, influiría en esta lucha a través de toda América Latina
Texto: Juliana Quintana (Argentina), Natalia Luján (México), Camila Nicole Albuja (Ecuador), María Jesús Vallejo (Venezuela)
El 17 de noviembre, el presidente de Argentina, Alberto Fernández, presentó al Congreso de la Nación un proyecto de ley para legalizar la interrupción voluntaria del embarazo y otro que instituye el “Programa de los mil días”, que busca fortalecer los cuidados de la mujer embarazada y de los primeros años de vida de los niños y niñas.
El debate por la legalización del aborto empezó el 10 de diciembre, cuando ambos proyectos se presentaron en sesión en la Cámara de Diputados y al día siguiente, tras veinte horas de discusión, se aprobaron para pasar al Senado.
El 29 de diciembre, el Senado se reunió para discutir la ratificación de estos proyectos y, en un hecho histórico, tras más de un día de discusión y miles de pañuelos verdes esperando el resultado en las calles argentinas, ambos proyectos fueron aprobados la mañana del 30 de diciembre, convirtiendo a Argentina en el segundo país a nivel latinoamericano en legalizar el aborto.
Pero, ¿cuál fue el camino de la marea verde en Argentina para llegar a esta aprobación?
En Argentina, abortar era un delito penado con hasta cuatro años de cárcel, excepto en caso de violación o riesgo para la vida o la salud de la madre. Pese a esta legislación, según el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), en Argentina se practican entre 460 mil y 600 mil abortos clandestinos cada año.
El movimiento a favor del aborto tuvo su origen en la Campaña por el Aborto Seguro, Legal y Gratuito. Una organización que se creó en marzo de 1988 en Argentina bajo el nombre de la Comisión por el Derecho al Aborto.
En 1990, en el marco del Encuentro Feminista Latinoamericano, la Comisión por el Derecho al Aborto designó el 28 de septiembre como Día Latinoamericano para la Legalización del Aborto (C28). A este encuentro asistieron mujeres de Brasil, Uruguay, Chile, República Dominicana, Nicaragua, Colombia, y Bolivia.
En 2005, como resultado de las protestas de miles de mujeres en distintos puntos del país y producto de los Encuentros Nacionales de Mujeres, el aborto legal tomó fuerza como una de las exigencias centrales del movimiento feminista.
Luego, el 28 de mayo de 2007 se presentó el primer proyecto de interrupción voluntaria del embarazo que pretendía despenalizar y legalizar el aborto hasta las doce semanas de gestación y, en 2008, este proyecto ingresó con apoyo de diputados y diputadas, pero no obtuvo suficientes votos para su aprobación.
Dos años después, en la presidencia de Cristina Fernández en 2010, se volvió a presentar el mismo proyecto y alcanzó solamente 50 firmas.
Tras muchos intentos y movilizaciones, en 2018 se presentó por séptima vez el proyecto de ley por la Interrupción Voluntaria del Embarazo. Durante la gestión de Mauricio Macri, por primera vez, el proyecto tuvo media sanción, pero fue rechazado al llegar al Senado, 31 votos a favor, con 38 en contra y 2 abstenciones.
Sin embargo, abortar de manera segura y digna sigue siendo ilegal en prácticamente el resto de los países en Latinoamérica.
¿Cómo es abortar en América Latina?
En Venezuela, por ejemplo, el aborto es ilegal a menos que esté en peligro la vida de la gestante y se sanciona con una pena privativa de la libertad de entre 6 meses a dos años. En Ecuador, ni siquiera las niñas víctimas de abuso sexual pueden decidir sobre sus cuerpos, y el aborto está despenalizado únicamente si representa un peligro para la mujer o es consecuencia de una violación a una mujer con discapacidad mental.
Paraguay, junto con Venezuela y Ecuador, son los únicos países en Sudamérica que mantienen una penalización casi absoluta. Salvo que la vida de la mujer esté en riesgo por el embarazo, la legislación paraguaya castiga el aborto con penas de entre cinco a ocho años de cárcel.
En México, el aborto voluntario es legal hasta las 12 semanas de embarazo solamente en Ciudad de México desde el 2007 y el estado de Oaxaca desde el 2019. En teoría, también es legal en el resto del país, pero por distintas causales. Sin embargo, aún hay estados que lo penalizan con cárcel, como Querétaro y Guanajuato. En Haití, Nicaragua y El Salvador, el aborto está prohibido bajo cualquier circunstancia y es penado hasta con 50 años de cárcel.
El movimiento en Argentina y la sanción de la ley no solo impactará positivamente en las mujeres y personas gestantes de este país, sino que marca una pauta importante para los países vecinos. Por ejemplo, el congreso de Chile empezó a discutir la despenalización del aborto tan solo dos semanas después de la aprobación de la ley. Sin embargo, este es solo un primer paso, ya que el 97 por ciento de las mujeres de la región vive en países que prohíben el aborto o lo permiten solo en ciertas instancias.
Este fue el ejemplo del movimiento en Argentina, pero la lucha por el aborto legal, seguro y gratuito aún tiene un largo camino por recorrer. Se espera que con el efecto dominó que dejó la marea verde, el resto de los países en la región se sumen a garantizar este derecho en sus territorios.
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Este contenido fue parte de un reto periodístico asignado a la 5ta generación de la #RedLATAM de Jóvenes Periodistas. Aquí puedes leer toda la cobertura relativa al #AbortoLegal2020.
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Fotografía de portada: Julieta Bugacoff.