Por: Diego Pérez Damasco (Costa Rica) y Florencia Luján (Argentina)
Con aportes de: Isaías Morales (Guatemala) e Itzel Rodríguez (México)
América Latina es una de las regiones más biodiversas del planeta. En ella está, por ejemplo, la selva amazónica, considerada el pulmón del mundo. Sin embargo, esta riqueza natural está en riesgo, pese a los mecanismos y acuerdos que se han puesto en marcha a nivel mundial en favor del ambiente. Entre 1990 y 2015, la región perdió en total 96,9 millones de hectáreas de bosque, de acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) analizados por Distintas Latitudes.
Durante ese período, de 25 países o territorios latinoamericanos, solo 6 aumentaron su cobertura forestal, mientras que otros 6 perdieron más de 20% de los bosques que tenían.
Los seis países o territorios que han incrementado el porcentaje de cobertura forestal (porción de territorio cubierta por bosque), con respecto al que tenían en 1990 son Chile, Costa Rica, Cuba, Puerto Rico, República Dominicana y Uruguay.
Los restantes 19 países, han perdido cobertura forestal con respecto a la que tenían en 1990, en diferentes proporciones. Los seis que más han perdido son Honduras, Nicaragua, El Salvador, Paraguay, Guatemala y Argentina, que está en emergencia forestal según Greenpeace.
El país que más ha incrementado su cobertura forestal, como porcentaje de la que tenía en 1990 es Uruguay, con un aumento de más de 130%. A pesar de esto, sigue siendo uno de los países latinoamericanos con menor cobertura forestal como porcentaje de su territorio, con apenas el 10,47% en 2015.
Cabe destacar que, por mucho, Surinam y Guyana son los países con la mayor cobertura forestal de América Latina, con una cobertura de 93,6% y 76,8%, respectivamente.
¿Qué han hecho bien Chile y Costa Rica?
En su informe “El estado de los bosques en el mundo” (2016), la FAO resalta como casos de éxito en cuanto a rescate de la cubierta forestal en América Latina a Costa Rica y a Chile.
Según este informe, los organismos gubernamentales en Chile se han centrado en fomentar la restauración de los suelos degradados y mejorar los sistemas de riego. Además se han impulsado plantaciones forestales dirigidas al suministro de beneficios ambientales, como la protección de los suelos mediante subvenciones a la forestación, un requisito para replantar tras la explotación.
De esta forma, Chile encontró un equilibrio en sus políticas, respecto a las áreas de agricultura y actividad forestal, que generó conciencia respecto a los diversos usos que se le da a la tierra.
En el caso de Costa Rica, la FAO considera que las políticas en materia forestal, agrícola y alimentaria han sido importantes para el gobierno, y de ahí los avances. A través de una serie de controles jurídicos lograron evitar el cambio del bosque natural por otros usos relacionados con la tierra.
También fomentaron una financiación estable destinada a los bosques, que tiene como principales requisitos proteger todo tipo de bosque y cuencas hidrográficas, como así también la conservación de la agroforestería y todos los sistemas que integren pastos, árboles y la reforestación de todas las especies nativas. En la práctica, esto significa que quienes mantengan bosques en sus propiedades pueden recibir un subsidio para no utilizar ese territorio para otro fin productivo.
El camino de la deforestación
¿Cuáles han sido los motivos en el otro extremo? Según José Graziano da Silva, Director General de la FAO, la agricultura es el principal factor de la deforestación a nivel mundial.
En el caso de Argentina y Paraguay, la deforestación se debe a tres factores, en primer lugar la alta demanda de pastos, representada en un 71% según expresa un informe de la FAO. Le sigue los cultivos comerciales con un 14% y por último la expansión urbana con un 2%.
Llama la atención que, en Centroamérica existe un gran contraste en cuanto a cobertura forestal. En esta subregión, solamente Costa Rica ha ganado bosque, mientras Honduras, El Salvador y Nicaragua son los que más han perdido este recurso.
Honduras es el campeón latinoamericano en reducción de su cobertura forestal para este período. Pasó de tener un 72,6% de su territorio con bosques en 1990 a un 40,97% en 2015, lo cual representa una reducción del 43,56%.
Una de las causas, más allá de la agricultura y los megraproyectos de infraestructura, es la tala ilegal y los incendios. Honduras pierde al año el 3% de sus bosques por esta causa, según un estudio de 2013.
De acuerdo con la FAO, es necesario mejorar la coordinación entre las políticas en materia de bosques, agricultura, alimentación, uso de la tierra, desarrollo rural y desarrollo nacional, para contar con un uso más racional y ordenado del territorio y los recursos.
Este tipo de políticas han sido útiles en los países latinoamericanos que han logrado recuperar bosque en vez de perderlo. La región sigue siendo una de las más biodiversas y verdes del mundo, y en un contexto de cambio climático urge un ordenamiento que permita contrarrestar la tendencia de deforestación actual.
Metodología
Para llegar a estos datos y conclusiones, Distintas Latitudes tomó los datos de cobertura forestal, de la base de datos de la FAO para 1990 y 2015. Estos datos están expresados en unidad de 1000 hectáreas. Para obtener el porcentaje de cobertura forestal, para ambos años, se convirtió el territorio total de cada país a unidad de 1000 hectáreas, y de allí se calculó el porcentaje de cobertura forestal (como proporción del territorio total de cada país.
Para obtener el porcentaje de pérdida de cobertura forestal, con respecto a 1990, se restó el total de hectáreas existentes en 1990 a las existentes en 2015, por cada uno de los países. Posteriormente, el resultado de esa resta se expresó como porcentaje del total de cobertura forestal existente en cada uno de los países, en 1990.
Los datos originales que utilizamos se pueden obtener en el sitio de datos de la FAO. La base de datos que realizamos para realizar este texto puede descargarse en este enlace.
Tengo dudas acerca del concepto cobertura forestal. Creo que aumenta si se trata de especies autóctonas pero de ninguna manera si son plantaciones (pinos eucaliptus). Por eso tengo dudas en el caso de Chile y Uruguay porque ambos son plantadores, en especial éste último que tiene superficie predominantemente herbácea.