Texto: Luis Cáceres y Diana Michelle García
Fotos: Luis Cáceres
La crisis política que vive el Perú abrió otro episodio el miércoles 21 de marzo, cuando Pedro Pablo Kuczynski renunció a la presidencia del país en medio de escándalos de corrupción. El parlamento peruano aceptó la renuncia de PPK y Martín Vizcarra, embajador de Perú en Canadá y primer vicepresidente de la República, asumió la presidencia. Este cambio de mando marca un precedente en la clase política latinoamericana y el periodismo nos permite darle una perspectiva más allá de la coyuntura. Así lo muestran las reflexiones que compartieron con Distintas Latitudes Milagros Salazar, Nelly Luna, Fabiola Torres y Romina Mella, cuatro periodistas peruanas que han impulsado proyectos para desentrañar tramas de corrupción.
El gobierno de “lujo” de Pedro Pablo Kuczynski, PPK —como lo autodenominó el exmandatario— duró un año, siete meses y 21 días envuelto en una serie de escándalos.
Es preciso recordar que Kuczynski despidió la navidad del 2017 con el cuestionable indulto al expresidente Alberto Fujimori, exactamente la noche del 24 de diciembre. También hay que tener en mente que, apenas unos días antes, el 21 de diciembre, PPK se había presentado en el parlamento peruano para defenderse de un primer pedido de vacancia (destitución). El pedido de vacancia no prosperó.
Pero la historia dio un giro este 2018 con el seguimiento de las investigaciones del Legislativo sobre los cuestionables vínculos de Kuczynski con la constructora Odebrecht al descubrirse que recibió US$3 millones de esta en diversas consultorías cuando era ministro de economía del gobierno de Alejandro Toledo, expresidente también investigado y prófugo en Estados Unidos.
Esto último, ameritaba, además de investigaciones, un nuevo proceso de vacancia por incapacidad moral a definirse el jueves 22 de marzo. Sin embargo, todo se aceleró cuando, dos días antes, Fuerza Popular, partido opositor al gobierno, difundió una serie de audios y videos que mostraban el intento de compra de votos mediante obras para evitar la vacancia presidencial de Pedro Pablo Kuczynski.
El escándalo de Kuczynski sobre su vínculo con Odebrecht no atañe solo a su gobierno, ni solo a Perú. Este caso es uno de los mayores destapes de corrupción a nivel global. Odebrecht, la constructora en cuestión, pagó aproximadamente 400 millones de dólares a diversos gobiernos en Latinoamérica, de los cuales 29 millones fueron destinados a Perú en sobornos durante el 2005 y el 2014. Este periodo abarca los gobiernos de Alejandro Toledo (2001-06), Alan García (2006-11) y Ollanta Humala (2011-16). Asimismo, la red de sobornos se extiende a otros países como Venezuela, República Dominicana, Guatemala, México, Colombia y Ecuador.
Así que, ¿cómo analizar la renuncia de PPK a la luz de este contexto? ¿Qué papel ha jugado y juega el periodismo ante este escenario? Distintas Latitudes habló con cuatro periodistas del Perú, quienes nos permiten avisorar esta situación que se da en medio de una serie de escándalos de corrupción.
La ruta del dinero
Nelly Luna, editora general y cofundadora de Ojo Público —un medio digital de periodismo de investigación que ha sido parte de proyectos colaborativos para desentrañar tramas de corrupción a nivel global, como el caso Odebrecht— inicia partiendo del contexto que antecede a esta crisis presidencial: “Hay dos niveles para entender lo que está ocurriendo con la renuncia de PPK. El primer nivel trata sobre una democracia bastante desgastada desde el inicio de gobierno al ser débil frente al Congreso. Si esta crisis presidencial no puede sostenerse, luego termina convirtiéndose en un gran problema de investigación, porque salen a la luz dos transferencias bancarias a dos compañías que habían realizado operaciones con Odebrecht”.
Kuczynski lo hace mal desde el punto de partida. Luna añade: “él [PPK] desde un inicio niega esos vínculos [con Odebrecht] y luego termina aceptándolos. Cuando aparecen estas transferencias, él no logra explicar muy bien los orígenes. Entonces, la renuncia es un hecho necesario que compensa ya un poco la debilidad institucional que el Perú tenía, pero por otro lado en un segundo nivel de análisis: la crisis está siendo utilizada también por el fujimorismo para dirigir toda la agenda de investigación hacia PPK y a otros miembros de su gobierno con el fin de quitar en agenda las investigaciones que el propio fujimorismo tiene en este momento como receptor a los aportes de campaña por parte de Odebrecht”. Esto último es una de las grandes observaciones de Luna, pues en medio de los escándalos que van orientados al gabinete Kuczynski, la fuerza política que está saliendo “bien librada”, por el momento, es el ya fragmentado partido fujimorista.
Para Milagros Salazar, directora y fundadora de Convoca, una plataforma de periodismo de investigación que ha mantenido en la mira el caso Lava Jato, nos dice en este contexto de revelaciones: “los políticos emprenden una especie de campaña sucia para negarlo todo y ‘afilar’ sus estrategias para encubrir todo lo que va saliendo, acciones que terminan agravando un escenario político”.
Las maniobras del periodismo colaborativo
Las dimensiones de corrupción de la operación Lava Jato, dentro de la cual se compromete a Odebrecht, se han extendido en diversos países y traspasado continentes, es por ello que el periodismo colaborativo y regional ha tenido un papel de gran relevancia no solo al momento de emitir la información, sino también al momento de la acción periodística de investigar.
Romina Mella, periodista de IDL Reporteros, un equipo de periodistas de investigación, está segura que “el periodismo colaborativo regional ha sido fundamental para hacer destapes en el caso Lava Jato fuera de Brasil” y en el caso de IDL Reporteros hay un mayor énfasis al respecto. IDL Reporteros lidera y coordina una red regional de periodismo de investigación para el caso hace más de dos años con periodistas en Argentina, Panamá, Venezuela, Uruguay, México, Colombia, Ecuador, Brasil y Perú. Mella sostiene que el trabajo con esta red regional “ha logrado poder publicar investigaciones importantes que han generado causas judiciales, investigaciones fiscales, destituciones de ministros de Estado, vicepresidentes y personas con cargos públicos y que incluso se ha impedido que algunas obras en curso y que estaban envueltas en casos de corrupción sigan desarrollándose y se inicien investigaciones en los órganos/instituciones que tienen que fiscalizar aquello”.
El trabajo regional no solo visibiliza un caso o hecho al momento de emitir la información, sino que permite ubicar los patrones clave, menciona Mella: “las rutas financieras, quién es quién, todos los modus operandi—de las compañías, de las constructoras—, cómo establecieron esquemas de lavado de dinero, pago de sobornos para el financiamiento de campañas políticas en Brasil y fuera de Brasil”. Una tarea fundamental para armar este rompecabezas de la corrupción.
Para Nelly Luna no solo se trata de que sea una maniobra relevante, sino que también genera un debate respecto a qué insumos utilizar y si es suficiente, porque —dice Luna— se tiene como principal fuente las declaraciones de Marcelo Odebrecht y de los otros CEO de Odebrecht en Sudamérica como punto de partida para iniciar las investigaciones. Nelly cree que “el reto es cómo construir una narrativa en el periodismo de investigación que no solo se base en las declaraciones que entregan los directivos de Odebrecht y pueda alimentar con información propia la transferencias de estos pagos a través de paraísos fiscales o la entrega de dinero en efectivo que se dieron a muchos candidatos antes que ingresen a puestos públicos”.
Lo mencionado representa un “tremendo desafío”, y Milagros Salazar añade, pero “un desafío que implica ir más allá de las filtraciones, de los dichos, de las declaraciones para poder profundizar, investigar y revelar quién es quién. Muchas de las explicaciones de lo que pasa en el Perú puede estar en Angola o en algún país vecino. Y también, por los personajes para seguir el rastro del dinero: nos ayuda a identificar patrones de corrupción que permitan profundizar en nuestros hallazgos periodísticos”.
Una nueva visión, un compromiso
¿Qué esperar del periodismo? Se le pregunta Fabiola Torres, periodista, editora y cofundadora en Ojo Público. Torres nos responde que la población está bastante decepcionada y hay un claro rechazo a la clase política tradicional. “Lo que se espera del periodismo es que ahora no se deje de hacer las investigaciones para que se tengan que determinar las responsabilidades penales, administrativas y sancionar a estas personas. Pero, lo que se espera en nuestro país es un pacto de reconciliación entre comillas para saber cuan gobernable es después de este episodio tan terrible, tan grave”, afirma Torres.
Salazar nos dice que ahora hablamos de este tema a propósito de la renuncia de PPK, pero que no debemos perder de vista que no es el único político implicado en el caso de corrupción. Hay varios partidos que han recibido financiamiento por parte de Odebrecht y una serie de obras y megaproyectos ejecutados por esta. No obstante, Salazar es optimista: “se espera es que la justicia haga su trabajo y el periodismo también”, y hace un fuerte hincapié en que cuando los políticos no arrojan luces, el periodismo tiene que colocar la luz, la lupa, para estar al tanto de lo que no se está hablando. Si por parte de las autoridades hay silencio, es cuestión de investigar el caso, sacar aquello que no se dice porque como periodistas no estamos en función de lo que quiera o no tal partido. “Y en este momento, el desafío es tremendo para no dejarnos anestesiar por la coyuntura e identificar los hechos que permitan sacar las lecciones necesarias e informar adecuadamente a la gente”, puntualiza.
Romina Mella nos insta a seguir investigando. Sacar nuevas revelaciones, nuevos casos de corrupción que revelen pagos de sobornos por obras públicas. También el financiamiento campañas políticas, seguir el rastro del dinero para saber quienes fueron los beneficiados finales de los sobornos. Y demostrar, además, la contraprestación de las campañas políticas que financió a Odebrecht a básicamente todos los partidos políticos y a los líderes políticos del país, en obras públicas o proyectos de ley que les hayan favorecido.
Por el lado del periodismo de investigación, queda avanzar con las investigaciones, seguir muy de cerca las que se desarrollan en las instituciones públicas para que lleguen a buen puerto. Y cumplir con nuestra actividad fiscalizadora como ciudadanía.
- Luis Cáceres (Lima, Perú. 1993) Periodista. Miembro del equipo de Distintas Latitudes. Participante de la muestra “Los Rostros del Perú” del colectivo fotográfico Ojos Propios por rescatar y resaltar la identidad nacional. Amante de la crónica, el perfil y el fotoensayo. Twitter: @luiscceresalv
- Diana Michelle García (Lima, Perú. 1993). Periodista. Feminista. Miembro del equipo de Distintas Latitudes. Fundadora de Wayka.pe y comunicadora de estrategia digital en Calandria. Twitter: @MichiGarciaC
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