A pesar de la pandemia de covid-19, el trabajo humanitario no paró en diversos países, muchos de ellos en crisis humanitarias por los conflictos armados intensos que los azotan desde hace años. En esta miniserie, Latines en riesgo, les presentamos las historias de latinos y latinas que se encuentran en ayudando en países como Yemen o Sierra Leona.
Desde que se presentó el primer caso de covid-19 a América Latina, el 26 de febrero en Brasil, todos los países comenzaron a decretar sus cuarentenas. Muchos latinoamericanos tuvieron que permanecer en sus hogares. Sin embargo, otros permanecieron en otras casas, muy lejos de sus países; por distintas razones, pese a la pandemia por el nuevo coronavirus, los latinos permanecieron regados por el mundo bajo resguardo o ayudando a otros.
Tal fue el caso de latinoamericanos y latinoamericanas en ayudas humanitarias en países que desde hace años han dejado de ocupar los titulares en los medios de comunicación, pese a que los conflictos bélicos que los tienen sumidos en crisis humanitarias.
Hoy traemos sus historias.
Personas que están trabajando en campos de refugiados o en campañas de ayuda del Comité Internacional de la Cruz Roja y Médicos Sin Fronteras, que con su labor nos cuentan historias de migración y nos narran la otra parte de la pandemia del SARS-CoV-2, esa que atraviesa a las personas que ya viven en desplazamiento, violencia y hambruna.
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Esta es la historia de Erika Tovar, quien desde hace un año y medio dejó su vida en Colombia para trasladarse a Sana’a, capital de Yemen. Uno de los países árabes más pobres del mundo, que desde 2015 está azotado por una cruenta guerra civil y sumergido en la peor crisis humanitaria del mundo. Erika trabaja para el Comité Internacional de la Cruz Roja.
Ilustración de portada: Rocío Rojas.