Dos comunidades del pueblo indígena Maya de Guatemala se apoyan en sus conocimientos ancestrales para proteger sus bosques y fuentes de agua, así como para luchar contra los efectos del cambio climático.
Por: Jorge Rodríguez
Dos comunidades del pueblo indígena Maya de Guatemala se apoyan en sus conocimientos ancestrales para proteger sus bosques y fuentes de agua, así como para luchar contra los efectos del cambio climático.
Las piezas audiovisuales narran la experiencia de las comunidades indígenas guatemaltecas Maya Poqomam y K’iche’. A través de sus saberes y trabajo comunitario, estas cuidan 2 mil 500 hectáreas de bosques de gran importancia para Guatemala. Los procesos de siembra, el calendario ecológico y la rotación del trabajo colectivo son algunas de las prácticas ancestrales que usan para conservar sus sagradas reservas naturales.
Los Maya Poqoman y la protección del bosque contra el cambio climático
Oscar Raguay Pérez, perteneciente al grupo Maya Poqomam, es representante legal de la Junta Directiva de la comunidad El Chilar, en Palín, un municipio al sur de la capital de Guatemala. Esta comunidad, de mil 356 comuneros, tiene a su cargo el cuidado y la protección del bosque El Chilar, de 2 mil 230 hectáreas, una de las últimas áreas naturales vírgenes cercanas a la Ciudad de Guatemala, labor por la que han sido galardonados con premios a su manejo forestal.
Oscar cuenta en esta entrevista cómo trabajan bajo la figura ancestral del Kamon, una expresión que representa la unión de la comunidad. Todos protegen este bosque que ha estado legalmente bajo su cuidado desde mediados del siglo XX y que ha sido parte de su legado ancestral por más de 100 años.
El respeto por sus creencias ancestrales, la naturaleza y la búsqueda del equilibrio entre la producción para la subsistencia y la conservación, les permite luchar contra las consecuencias del cambio climático.
El K’axk’ol, todos al servicio de la comunidad
En Totonicapán, al occidente de Guatemala, la Parcialidad Baquiax, integrada por grupos Maya K’iche’, se basa en el K’axk’ol’, un servicio comunitario ancestral no remunerado para proteger sus bosques, de 270 hectáreas, y fuentes de agua. Durante un año, todos los mayores de 18 años prestan diferentes servicios en beneficio de los recursos naturales.
Guardabosques, viveristas o cualquier otra actividad que sea requerida, se realiza sin cuestionar. Así ha sido desde los tiempos de los antiguos Mayas. Las entrevistas en la Parcialidad Baquiax fueron rodadas en abril de 2021.
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Este trabajo forma parte de la serie periodística Miradas a los Territorios ¡Resistir para Sanar!, producida en un proceso de co-creación con periodistas y comunicadores indígenas y no indígenas de la Red Tejiendo Historias (Rede Tecendo Histórias), bajo la coordinación editorial del medio independiente Agenda Propia.
Diseño de portada: Giovanni Salazar