Como vimos en la entrega anterior, Blockchain en Bahía Blanca, Argentina, llegó para demostrar que es posible cambiar las lógicas y dinámicas de confianza entre los gobiernos y la sociedad. Mostró que apoyados en un mecanismo tecnológico se puede apuntalar la transparencia, un hecho relevante en tiempos en que la corrupción pone a prueba la solidez institucional en distintos países de América Latina. Pero, ¿qué pasó y cómo evolucionó este proyecto de tecnología cívica?
A grandes rasgos, Blockchain en Bahía Blanca permitió echar a andar un piloto para fiscalizar la entrega de subsidios del Fondo Municipal de las Artes. A través de esta tecnología la ciudadanía podía auditar en tiempo real el proceso, lo cual potenció la transparencia.
Marcos Malamud, Director de Mismatica Management, una de las empresas que lideraron el proyecto Blockchain, considera que uno de los aspectos más importantes desde el punto de vista de la evolución, tiene que ver con que toda la información trabajada durante 2018 sobre la entrega de subsidios sea pública y esté guardada en una blockchain. Son registros inviolables y permanentes.
“La transparencia está garantizada en el tiempo para aquellos que quieran retomar el proyecto a futuro, dado que la información del proceso está resguardada, distribuida y puede ser consultada”.
Marcos Malamud
“Lo que buscábamos con la experiencia principalmente era ganar conocimiento, entonces podríamos hablar de blockchain como un aprendizaje, pudimos aprender dónde esta tecnología agrega valor”, comenta Lucas Jolías, Director de OS City, la otra empresa que impulsó el proyecto de Blockchain en Bahía Blanca, sobre los impactos que generó la prueba piloto de esta iniciativa.
La tecnología blockchain irrumpió en el ecosistema tecnológico hace diez años, y aún sigue siendo una tecnología disruptiva, nueva y exploratoria, es una herramienta que genera expectativas pero también incertidumbre, ante este panorama Lucas Jolías comenta sobre los aprendizajes que le dejó.
“Tenemos que construir herramientas tecnológicas basadas en blockchain, pero que no necesariamente el usuario tenga que tener un conocimiento técnico para confiar en esa herramienta, hay que mejorar la experiencia del usuario, eso implica dejar de hablar de blockchain, y avanzar hacia los beneficios”.
Lucas Jolías
La única vía para lograr eso es experimentar y probar el potencial de esta tecnología a través de proyectos como blockchain en Bahía Blanca, en este camino Marcos Malamud precisa que es sumamente importante la “concientización” y “sensibilización” de este tipo de herramientas.
En tanto, Lucas Jolías insiste en la idea de que hay que darse tiempo para encontrar dónde genera impacto social esta tecnología, en pos de una verdadera apuesta por la transparencia dentro de los gobiernos, a la hora de hacer público no sólo su información, sino también los procesos detrás de ella.
La prueba piloto de Blockchain en Bahía Blanca finalizó al concluir 2018. Si bien hasta la fecha no hay avances para retomar el trabajo en el municipio argentino, desde Mismatica Management y Os City, coinciden en que aunque la escabilidad no fue masiva y el impacto no fue trascendental, el proceso culminó de manera exitosa teniendo en cuenta que fue el primero de estas características en América Latina y el Caribe.
La escalabilidad de Blockchain
La primera prueba piloto de Blockchain dio la pauta para otras dos iniciativas en la región: Chile Compras y Energía Abierta en Chile, cuyo objetivo principal fue precisamente investigar, estudiar y probar dónde blockchain genera un impacto social. Mismática Management y Os City fueron las empresas encargadas de diseñar, crear y supervisar las plataformas a través de las cuales se llevaron a cabo ambos procesos, que contaron con el acompañamiento de la Alianza Latinoamericana para la Tecnología Cívica (ALTEC).
La primera iniciativa impulsada fuera de Argentina surgió con la Comisión Nacional de Energía de Chile para trabajar en el portal de datos abiertos Energía Abierta, un portal web multifuncional desarrollado para atender necesidades asociadas al sector energético del país, enfocándose en tres objetivos puntuales: 1) reducir asimetrías de información, 2) aumentar la transparencia y 3) fomentar la participación ciudadana mediante soluciones innovadoras, todo a través de la disposición datos estadísticos, indicadores, mapas, normas legales, estudios y aplicaciones web del sector energético en dicho portal.
“El proyecto de la Comisión Nacional de Energía de Chile sigue vigente, eso es interesante porque empieza a vislumbrar el impacto social que tiene utilizar esta tecnología para certificar información”, expresa lucas Jolías en relación a la primera alianza establecida post Blockchain en Bahía Blanca.
Otra alianza que se logró fue Chile Compra, una plataforma electrónica donde los 850 organismos públicos de Chile realizan sus procesos de compras y los proveedores ofrecen sus productos y servicios, todo con el fin de incrementar los niveles de confianza entre los proveedores y el Estado.
“El proyecto que aún está en la fase de prototipo contempla registrar las más de 2,300,000 de órdenes de compra anuales, que permiten proteger los más de 12,500 millones de dólares en transacciones del portal, el impacto de esta prueba puede ser de millones de dólares protegidos para el Estado Chileno”, explica Marcos Malamud sobre esta segunda alianza que lograron junto a Lucas Jolías.
Energía Abierta y Chile Compra siguen operando bajo tecnología blockchain, su alcance e impacto social aún son inciertos, teniendo en cuenta que son procesos que necesitan tiempo para evaluar su escabilidad en la ciudadanía, pero se tiene la certeza de que aportan trazabilidad y transparencia.
“Con el tiempo la experiencia está dando sus frutos y demuestra lo importante que es certificar esos datos y darle la confianza a la ciudadanía de que nadie puede alterarlos”, dice Lucas Jolías respecto a los proyectos de aplicación de blockchain en la región Conosur de América Latina y el Caribe.
“El impacto social de blockchain tendrá muchos efectos, demostrará ser una solución si el caso de uso se beneficia de la descentralización, los registros inmutables, la transparencia y la validación, pero tampoco debemos descartar su potencial como herramienta de eficiencia y transparencia para los gobiernos”, analiza Lucas Jolías en una nota para el portal de ingeniería Engineering for change.
Los ejemplos de aplicación de blockchain que se han dado hasta ahora en la región muestran que uno de los grandes desafíos que tiene por delante esta tecnología es justamente su consolidación. Y esta tendrá como partes fundamentales la transformación de las lógicas de la vinculación entre la tecnología cívica y un rol activo de la ciudadanía y los distintos gobierno. Como dice Marcos Malamud: “Es un camino de ida, que no tiene marcha atrás”.
Este texto forma parte de la serie «Región de datos» que se realiza en colaboración entre ALTEC y Distintas Latitudes.