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A pesar de que el derecho a la maternidad y a la paternidad es indispensable para garantizar el desarrollo saludable de niños y niñas, la seguridad laboral de las personas gestantes, y la igualdad de género, en la región de América Latina, hay muchas deficiencias todavía.


 

En marzo de este año, en el contexto de una crisis de salud emergente que estaba a punto de estallar en América Latina, se empezó a debatir un proyecto de ley en México impulsado por el partido Morena y el senador Ovidio Salvador Peralta Suarez que extendería la licencia de paternidad de 5 días a 15 días para padres de recién nacidos en el país. Poco después, la senadora Juanita Goebertus de la Alianza Verde de Colombia impulsó un proyecto de ley en el Congreso colombiano que permitiría a los padres y madres distribuir una licencia parental de larga duración según sus preferencias, y que también crearía una opción de trabajar a tiempo parcial para el padre y la madre durante los primeros meses después del nacimiento del bebé. Si bien la aprobación de estos proyectos de ley se ha ido retrasando, responden a un llamado importante que reconoce la necesidad de mejorar en materia de igualdad de género en toda América Latina en el contexto de la paternidad.

A pesar de que el derecho a la maternidad y a la paternidad es indispensable para garantizar el desarrollo saludable de niños y niñas, la seguridad laboral de las personas gestantes, y la igualdad de género, en la región de América Latina, hay muchas deficiencias todavía. El convenio 183 de la Organización Internacional del Trabajo declara que los países deben proporcionar un mínimo de 14 semanas de licencia de maternidad a todas las madres para garantizar su recuperación física después del embarazo y una lactancia eficaz con el recién nacido. Aunque no existen recomendaciones claras y específicas todavía acerca de cuánto debe durar una licencia de paternidad, en su investigación “Licencia Parental Remunerada y Políticas Orientadas a la Familia”, UNICEF recomienda que la licencia paternal debe ser suficiente para crear un vínculo emocional profundo con el bebé, establecer una rutina de tareas de cuidado que involucra al padre, apoyar con el desarrollo del bebé y garantizar la igualdad de género.

Sin embargo, las leyes de licencia de paternidad en América Latina son insuficientes y crean un entorno donde las desigualdades de género impactan de forma significativa las vidas de las mujeres y los hombres con recién nacidos. Según Clasco, durante los últimos meses, las mujeres latinoamericanas han reportado dedicar entre 22 y 42 horas semanales a tareas de cuidado de familiares y de mantenimiento del hogar, y para muchas, esta dedicación se suma a las horas que trabajan también fuera de casa. Además, las leyes actuales dificultan la creación de un vínculo emocional entre el padre y el bebé, y estigmatizan a padres que quieren tomar una licencia más larga para hacer una contribución más igualitaria en la crianza de sus hijos.

¿Dónde estamos en el momento?

La situación actual en América Latina con respeto a la licencia de paternidad es compleja y destaca que queda un largo camino por recorrer para lograr la igualdad de género en la crianza de hijos en la región. En cuatro países de la región: Costa Rica, Puerto Rico, Haití y Honduras, no se ofrece ninguna licencia paternal a padres con recién nacidos, y en 14 países de la región, el padre solo tiene derecho a 5 días o menos de licencia remunerada. Cuba es el mejor país de la región ofreciendo un año de baja de paternidad a padres después del nacimiento de sus hijos y seis meses a madres. A pesar de esto, según UNICEF, solo 125 padres pudieron disfrutar su licencia por paternidad entre 2003 y 2014 en el país caribeño, indicando que existen barreras estructurales profundas que no permiten a los padres cubanos gozar de la igualdad que la ley les brinde.

 En los países de América Latina que están mejor posicionados en el Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas también se observan deficiencias. Chile, que está en el lugar 42 del ranking, ofrece 5 días de baja de paternidad. Argentina, que está en el lugar 48, ofrece 2 días, y Uruguay, que está en el lugar 57, ofrece 13 días de licencia paternal a sus ciudadanos. Sin embargo, la licencia parental, que es una licencia que se puede compartir entre madre y padre después de terminar la licencia de maternidad y paternidad, existe en Chile, Cuba y Uruguay, pero en ningún otro país de la región. Las deficiencias se destacan más al comparar la situación con Europa, que tiene políticas de licencia parental más favorables para padres con recién nacidos. El promedio de días de licencia de paternidad de los países de la Unión Europea es 12.5, y esto no incluye la licencia parental que es una licencia que se puede compartir entre madre y padre después de terminar con la licencia de paternidad y maternidad, y que se ofrece en todos los países de la Unión.

Hacia una paternidad y una maternidad más igualitaria

 Los desafíos para llegar a una paternidad y una maternidad más igualitaria en América Latina siguen siendo muchos, y uno de los desafíos mayores de la región es el mercado laboral informal, que tiene un impacto directo en los que trabajan en este sector y quienes por lo tanto no pueden acceder a licencias de maternidad y paternidad. Este sector informal incluye a cualquier trabajador de la región cuyos labores no están regularizados por el estado, y se estimó en 2018 que alrededor del 50% de la población capaz de trabajar de la región tiene un trabajo informal. Esto, sumado a los valores tradicionales sobre los roles de género, la falta de incentivos para que un padre apoye con las tareas de cuidado de los niños, y el estigma social asociado con criar a un hijo de forma más igualitaria en la región son todas barreras que se tendrán que superar.

Las licencias de paternidad son insuficientes en la región, y para lograr mayor igualdad de género, cambiarlas debe ser una prioridad. Todos los países de la región deberían implementar políticas más generosas de baja de paternidad, complementadas por la introducción de una baja parental que se puede compartir entre los dos padres por un periodo extendido de tiempo, como se está proponiendo actualmente en Colombia. Sin embargo, estas medidas no serán suficientes para provocar un cambio. Es necesario también crear medidas que incluyen a los trabajadores informales, y que tienen un componente educativo para superar los prejuicios asociados con los trabajos de cuidados y los roles tradicionales de género.

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Imagen de portada: Rocío Rojas.
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Es periodista freelance radicada en Bogotá, Colombia. Completó su pregrado en Estudios Hispánicos y Latinoamericanos en la Universidad de Glasgow, y su posgrado en Relaciones Internacionales en la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona. Trabajó durante dos años como co-editora para América Latina para OpenDemocracy.net, y ha colaborado con varios medios de la región como El Espectador y Pacifista!.

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