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Además de los problemas que las abejas enfrentan por pesticidas y cambios del clima, la miel china adulterada amenaza con acabar la producción local en México y América Latina. ¿Qué se puede hacer frente a estos riesgos? 


 

Texto: Alejandra Cuéllar y Fermín Koop* 

 

La colonia de abejas de Jesús Pech-Chel en Yucatán se ve vibrante. Cientos de abejas revolotean y la miel sedosa fluye de los panales de cera. Jesús lleva 15 años produciendo miel de abejas pura y sus hijos y sobrinos dicen que quieren seguir los pasos en la tradición familiar.

Pero detrás de la aparente abundancia hay problemas: la producción de miel se ha hecho cada vez más difícil por los cambios del clima y por los pesticidas que arrasan con las flores que alimentan a las abejas.

Ahora, la entrada de miel adulterada china, una miel rebajada con jarabe de azúcar que elimina las propiedades medicinales de la miel, amenaza el mercado de miel mundial.

“Hay muchísima pérdida al año”, cuenta Jesús. “He notado que cada vez es más difícil producir miel porque el clima es cada vez más variable. Las flores una vez te dan y con una helada se mueren todas”, dice, mientras acaricia las ramas floridas de un árbol.

La miel adulterada de los chinos es solo el último de los enemigos que tienen las abejas, agrega Jesús.

Hoy en día, la probabilidad de que al comprar un tarro de miel en México obtengas un producto falsificado son altísimas. Según Víctor Manuel Abarca Salas, gerente del Comité Nacional del Sistema del Producto Apícola en el mercado mexicano, tres de cada cuatro frascos que se venden están adulterados. El mismo fenómeno ocurre en Europa y Estados Unidos. 

La miel es el tercer alimento más falsificado del mundo, explica Larry Olmsted en su libro Fake Food Real Food y está causando problemas a nivel mundial. China, el mayor adulterador del mundo ya tiene más de tres décadas desarrollando métodos de falsificación.

¿Pero cómo se puede identificar si la miel que compras es adulterada o no?

Según algunas fuentes existen métodos caseros para identificar una miel auténtica: si pones una cucharada de miel en agua no se debería disolver, si enciendes la miel con un fósforo debería encenderse, si la mezclas con yodo y la solución se vuelve de color azul, es probable que sea miel adulterada.

Sin embargo, ninguno de métodos realmente comprueban si la miel es auténtica según Ángel López Ramírez, académico de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM. Detectar realmente si una miel es adulterada o su origen no es fácil y solo se puede probar por medio de laboratorios. La miel que contiene polen se puede analizar para saber de dónde viene, pero si se le filtra el polen, una práctica muy común, se queda sin un rastro de origen.

Actualmente hay una batalla entre falsificadores de miel que cada vez logran desarrollar técnicas más avanzadas de falsificación y por otro lado, los detectores en laboratorios que luchan por mejorar sus métodos de detección.

La historia de la miel adulterada

“China produce más de 250 mil toneladas de miel entre la buena y la mala e invade el mundo con esos productos, triangulando a través de otros países”, explicó Enrique Bedascarrasbure vestigador del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).

El fenómeno de la miel falsa no es nuevo: en la década de los noventa con sus más de 7 millones de colmenas, China comenzó a producir grandes cantidades de miel y a venderla a bajos precios a los Estados Unidos, afectando negativamente a los productores locales. Entonces el gobierno norteamericano le puso un impuesto a la miel china, pero los asiáticos encontraron nuevos métodos para hacer que su miel siguiera llegando al mercado norteamericano.

Ahora el mismo problema está desembarcando en América Latina.

También se ha detectado que la miel china a menudo contiene cloranfenicol, un antibiótico poderoso que puede conducir a un trastorno potencialmente mortal de la médula ósea, razón por la cual el medicamento no está aprobado para el uso alimentario en los Estados Unidos.

Esta miel rebajada, que puede venderse a mitad de precio, hace que los precios de la miel real bajen a cantidades que ya ni siquiera recuperan la inversión, declaró Vadillo Ignacio Vadillo, director de Comercialización Secretaría de Desarrollo Rural.

“A nivel mundial nos está afectando muchísimo”, alertó Vadillo. “Ya se está volviendo una competencia no grata”.

Cuánto ha afectado el mercado mexicano es debatible: David Ekmul, un acopiador local de miel dice que hace tres años un kilo de miel se podía vender a 65 pesos, [tres dólares estadounidenses] y ahora se vende la misma cantidad a 15 o 20 pesos [1 dólar], mientras que Vadillo declara que en los últimos tres años la miel ha disminuido de 40 pesos [dos dólares] a 20 pesos [un dólar].

“Lo que sí puedo decir es que el precio de la miel viene cayendo por esta tendencia del mercado a nivel mundial, que refleja nuestra misma realidad”, observó Vadillo.

Los otros enemigos de la miel: pesticidas y el cambio climático

La expansión agropecuaria en varios países de América Latina también también ha traído consecuencias en las abejas por el creciente uso de agroquímicos. En Argentina, se usan más de 500 millones de litros de agroquímicos por año, principalmente en la producción de las más de 50 millones de toneladas de soja.

Un grupo de investigadores de la Universidad Nacional de Mar del Plata determinó en un estudio en 2018 que casi el 90% de la miel de abeja que proviene de zonas agroindustriales de la Argentina contiene residuos de agroquímicos.

“El glifosato mata la comida de la abeja y tiene diversos efectos en la misma. Perdemos las colonias, tenemos menos individuos y menos chances de exportar. Se detectó glifosato en el agua de muchas provincias y eso pasa de las plantas a las abejas y luego a la miel,” afirmó Roberto Imberti, miembro de la Sociedad de Apicultores de Argentina.

México, que está entre los primeros cinco exportadores a nivel mundial perdió mil seiscientos millones de sus abejas en los últimos cuatro años. Argentina, hoy el segundo exportador de miel y el tercer productor más grande del mundo pierde anualmente 34% de sus colmenas de abejas melíferas, lo que lo posiciona como el quinto país de América Latina en mortandad.

“A veces las abejas simplemente se van”, explica Jesús.

La crisis de las abejas que abandonan sus colmenas ha sido ampliamente documentada desde el 2006, cuando científicos descubrieron que el estrés provocado por pesticidas y otros factores hacía que las abejas se alejaran de sus colmenas de un día a otro. 

En Uruguay, uno de los temas que más preocupa a los apicultores es la pérdida de capacidad exportadora por la presencia de glifosato en la miel. En 2016, un laboratorio de Alemania, principal destino de la miel uruguaya, detectó que el 70% de la misma tenía glifosato por encima de los niveles permitidos, por lo que frenó su compra.

“Son muy pocas las mieles uruguayas que no tienen glifosato. Es una pelea constante con los productores agropecuarios,” sostuvo Nicolás Roldán, socio de la empresa apícola Reinas Legui. “A eso se suma que la actividad dejó de ser rentable para los apicultores. Los precios están muy bajos y el mercado está lento”.

¿Hay soluciones?

Mantener las poblaciones de abejas saludables es esencial para la producción de miel, pero también porque las abejas son los polinizadores más importantes del planeta. Sin ellas, la producción mundial de más de 70 % de las frutas sufriría inmensamente.

Según Arturo Lonighi, ecólogo e investigador en la universidad inglesa de Exeter, existen soluciones al problema de la muerte de las abejas.

“Hay caminos para solucionar el problema. Menos monocultivos, cambiar los insecticidas más peligrosos por otros más inócuos y rotar los cultivos, entre otros. La miel hoy es muy barata y el apicultor debería recibir el precio justo por la misma. Al pagar más la miel será mejor y el impacto en la naturaleza será más positivo”, declaró

Para Ignacio Vadillo es importante defender la miel mexicana y apoyar la miel orgánica.

“Si la miel convencional ya se volvió un relajo, la forma de poderle darle ese valor en un mercado y poderla trabajar es escalar la orgánica porque viene de una práctica, en donde tienes que probar que produjiste de manera justa”, dijo.

Según Vadillo El mercado orgánico fluctúa menos, es más estable y migrar para ese lugar es una estrategia de lucha en contra de la miel adulterada.

“Lo principal es que hay que concientizar a la gente sobre los precios de la miel”, David Ekmul explicó. Es probable que si estás comprando una miel que esté a mitad de precio de las demás, sea miel adulterada y estés apoyando el mercado de miel rebajada.

“Nosotros hacemos miel miel natural 100% de calidad”, manifestó Jesús.

“Necesitamos que la gente nos ayude a no perder tanto de esa manera. Buscamos canales de comercialización que no nos maten los ánimos”, agregó.

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*Una versión de este texto apareció publicada originalmente en Diálogo Chino. 
Se reproduce aquí con permiso de los autores.

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