Este texto forma parte de la serie «Región de datos» que se realiza en colaboración entre ALTEC y Distintas Latitudes.
El concepto de tecnología cívica sigue siendo novedoso para muchas personas en América Latina, si bien ha logrado un rápido crecimiento en el ecosistema de innovación política y datos abiertos. Sin embargo, suele pasar que cuando se piden ejemplos de proyectos de tecnología cívica en nuestra región, se suelen mencionar casos desarrollados en países como Argentina, Uruguay, México, Brasil o Colombia. ¿Y qué pasa en Centroamérica?
Centroamérica es una región que, en ocasiones, parece ocupar un lugar periférico en los principales debates entorno a esta cuestión, debido a sus propios retos tecnológicos y de conectividad, pero también por sus desafíos políticos, sociales y de acceso a la información. No obstante, en El Salvador sucedió algo muy interesante.
Primero, un repaso: El Salvador es el país más pequeño de América Latina en territorio; tiene 6,4 millones de habitantes y brechas tecnológicas importantes. Aunque se estima que en 2018 hubo más de 9,5 millones de teléfonos inteligentes (más que la población del país), de acuerdo con la Dirección General de Estadística y Censos del Ministerio de Economía, sólo 17% de los hogares tuvieron acceso a Internet en ese año.
Sin embargo, las paradojas digitales son recurrentes en este país. Por ejemplo, El Salvador alberga al primer medio nativo digital de América Latina, El Faro, fundado en 1998, cuando apenas 3% de la población salvadoreña tenía conexión a la red.
Quizá por eso no es casualidad que este medio, que apuesta por un periodismo investigativo con enfoques innovadores, haya sido uno de los pioneros en Centroamérica en desarrollar un proyecto de tecnología cívica y datos abiertos de altos vuelos.
El nacimiento de PoderES
En Centroamérica existen proyectos periodísticos que apuestan por explicar la realidad por medio de análisis y visualizaciones de datos. En El Salvador, además de El Faro, está la revista digital Factum, y los dos principales medios impresos tienen unidades de datos: Focus, de El Diario de Hoy y LPG Datos de La Prensa Gráfica. En Guatemala, está Plaza Pública y Nómada; en Costa Rica, La Voz de Guanacaste; y en Nicaragua hay esfuerzos en El Confidencial y Onda Local.
En este contexto, en 2017, El Faro decidió apostar por un proyecto que permitiera abrir, procesar y visualizar datos de la Asamblea Legislativa, de cara a las elecciones de marzo de 2018, y convertir dichos datos en información periodística relevante.
La Asamblea Legislativa es uno de los órganos estatales con menos credibilidad según diferentes encuestas en El Salvador; su composición, además, es más o menos uniforme: mayoría de diputados hombres, casi en edad de jubilación y que por inercia se reeligen en su cargo sin mayores dificultades y sin rendir cuentas.
Para Liliam Arrieta, catedrática y abogada especialista en temas legislativos de El Salvador, “la Asamblea no tiene una política adecuada de transparencia y fiscalización” de su actuar. “Siempre hay reuniones fuera de agenda y fuera del Congreso que no quedan registradas. Por ejemplo, el año pasado, durante la evaluación de los candidatos para la Corte Suprema de Justicia hubo entrevistas públicas de los 30 candidatos, pero además varios partidos citaron a los candidatos a reuniones privadas […] fuera del Congreso, sobre las cuales los diputados no rinden ningún tipo de cuentas”, explicó.
Justo por eso, El Faro lanzó PoderES, una plataforma con datos verificados para fiscalizar a la Asamblea Legislativa durante todo 2018. El objetivo: demostrar con información verificada quiénes eran los rostros principales de esta institución.
Este proyecto contó con apoyo y financiamiento de la Alianza Latinoamericana para la Tecnología Cívica (ALTEC), con el cual PoderES consolidó un equipo interesado en política, datos abiertos y periodismo. Dicho equipo estuvo integrado por un editor de contenido, Sergio Arauz; un productor, Óscar Luna; un desarrollador web, Daniel Reyes; y una triada de reporteros: Carmen Valeria Escobar, Roxana Lazo y Manuel Talavera. El Faro también contrató a Arysbell Arismendi, periodista venezolana especializada en datos, quien en su momento fungió como coordinadora editorial del proyecto.
En el proceso de formación del equipo participó Ivón Rivera, catedrática de investigación de la Universidad Centroamericana (UCA), y Daniel Villatoro por parte de SocialTIC que brindó acompañamiento al proyecto.
“El acompañamiento de SocialTIC fue fundamental porque El Faro nunca había trabajado de forma tan organizada y sistemática con grandes cantidades de datos y bases de datos. SocialTic fue un aliado externo que ayudaba y presionaba en el buen sentido a mejorar los productos que lanzamos”, comenta Sergio Arauz, editor de contenidos de PoderES.
PoderES utilizó metodologías propias del periodismo de datos y del desarrollo web para construir una plataforma amigable con el lector sobre quiénes eran los diputados de la Asamblea y cuáles eran sus tendencias alrededor de temas de debate nacional. Por ejemplo, construyeron un mapa interactivo del pleno para determinar la posturas de las y los legisladores sobre la privatización del agua, la pena de muerte, el aborto o el matrimonio igualitario, por mencionar algunos.
En PoderES “apostamos por poner un techo de vidrio a una institución con muchas sombras y explicar la dinámica de uno de los órganos del Estado más desprestigiados bajo el asocio del periodismo de investigación, el periodismo de datos y la tecnología”, comenta Manuel Talavera, periodista de El Faro.
El Faro decidió utilizar PoderEs también como un espacio de experimentación. “El planteamiento de una plataforma dinámica distinta al sitio de El Faro nos permitió ir un poco más allá de los formatos tradicionales como las entrevistas, los perfiles o la cobertura inmediata. Realizamos publicaciones a modo de gaming donde el lector interactuaba sobre el escenario del Congreso por medio de visualizaciones y representaciones de hechos concretos en la inmediatez de un click”, recuerda Talavera.
Apenas 1 de cada 10 personas dice confiar en el Congreso de El Salvador. Latinobarómetro 2018
Para Arauz, PoderES no trascendió en el sentido de cambiar fundamentalmente la manera de votar de la ciudadanía sino en funcionar como una herramienta de consulta para tomar decisiones informadas. Además, no solo tuvo impacto en los lectores. La base de datos y sistematización del proyecto de El Faro se puso a disposición también de organizaciones civiles que velan por la transparencia en El Salvador.
TRACODA (Transparencia, Controlaría y Datos Abiertos), una asociación dedicada a promover la transparencia, los datos abiertos y la tecnología cívica, generó investigaciones alrededor de empleos públicos de varias instituciones estatales. La más detallada corresponde a la Asamblea Legislativa, pues se nutrió de la información y base de datos generada por PoderES.
Roxana Lazo, periodista de El Faro cuenta que meses antes de lanzar PoderES ya existían observatorios legislativos pero en su percepción “no se les daba rigurosidad periodística ni se apostaba por una visualización de la información que fuera atractiva”.
Además del impacto online, PoderES llegó al menos a seis universidades del país y realizó eventos con sus lectores más cercanos.
“Si bien PoderES fue pensado como un producto de incidencia en un tema (y periodo) muy particular, no tenía posibilidades de mantenerse en el futuro. Hoy cambiaría la formulación del proyecto. A la luz del tiempo creo que fue útil porque básicamente tras las elecciones presidenciales de este año (donde ganó Nayib Bukele) todos los partidos están en crisis y la Asamblea no ha escapado de eso”, reflexiona Arauz.
Frente a un panorama de brechas digitales y de falta de transparencia legislativa, un proyecto como PoderES es de utilidad ciudadana. A pesar de que el proyecto dejó de publicar a finales de 2018, hoy aloja información especializada que puede ser consultada por cualquier persona que busque información del poder legislativo salvadoreño para el periodo 2018-2021.
En la siguiente entrega de #RegiónDeDatos abordaremos en qué derivó PoderES, el impacto que tuvo este proyecto dentro de la vida misma en El Faro y la importancia del apoyo de ALTEC para apoyar una nueva generación de periodistas especializados.
***