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Mauro Libertella es autor de tres libros: Mi libro enterrado, El invierno con mi generación y El estilo de los otros, pero pronto llegará Un reino demasiado breve, una obra que trata sobre relaciones amorosas. Las vueltas indescifrables de la vida hicieron que este escritor de nacionalidad mexicana, pero radicado en Argentina, lo han llevado a integrar la antología digital de 23 autores de toda América Latina y el Caribe del Proyecto Arraigo/Desarraigo, una red digital de escritores latinoamericanos.

¿Recuerdas el primer libro que leíste?

No recuerdo cuál fue el primer libro que leí, pero sí me acuerdo que cuando tenía siete u ocho años mi madre trabajaba como lectora para la colección infantil de la editorial Alfaguara, y entonces todos los meses me regalaban pila de esos gloriosos libritos amarillos. Diría entonces que, antes que un libro o un autor, me aficioné a una colección editorial, y nunca abandoné esa inclinación.

¿Qué estás leyendo por estos días?

En este momento leo Mortification, una antología de textos breves donde escritores y escritoras narran una anécdota personal de algún tipo de humillación o vergüenza pública que vivieron. Este libro me lo regaló un compañero de trabajo, el escritor Matías Serra Bradford, autor de Manos verdes y La biblioteca ideal.

¿De qué manera creció tu interés por la literatura?

Solo cambió mi modo de leer, de chico me concentraba más en la trama y hoy hago foco en la forma, en el artificio y demás… Me atrapaban libros de aventuras, fantasías y ciencia ficción. Hoy me interesan los relatos de relaciones humanas y otros que se relacionen con lo que estoy trabajando, de manera que pueda hacer una lectura más carnívora, tratando de sacar ideas de donde sea.

¿En qué momentos del día le dedicas un tiempo a la lectura?

Se trata de diferentes aproximaciones a la lectura, por ejemplo lo que leo todo el tiempo en el teléfono celular o en la computadora son, por supuesto, lecturas. En cuanto a la literatura creo que encuentro tiempos para leerla en esos momentos intermedios, como paréntesis, algo así como horas robadas al día: cuando todo está empezando y cuando todo está por terminar.

¿Qué autores y lecturas contemporáneas podrías recomendar a los lectores frecuentes de Proyecto Arraigo/Desarraigo?

Algunos libros contemporáneos escritos recientemente en nuestra lengua: Material rodante de Gonzalo Maier, El nervio óptico de María Gainza, Acá había un río y yo lo cuidaba de Francisco Bitar, Un amor para toda la vida de Sergio Bizzio, Papeles falsos de Valeria Luiselli, Bonsai de Alejandro Zambra, Contra los hijos de Lina Meruane, Opendoor de Iosi Havilio… Uff… un montón.

¿Cuándo comenzaste a escribir?, ¿recuerdas ese primer texto?

Hay un primer texto prematuro, a los ocho o nueve años, una suerte de ejercicio a lo Pierre Menard: me senté en el patio de mi casa con un libro de cowboys que terminaba de leer y lo copié integro en un cuaderno. Luego le llevé el cuaderno a mis padres y les aseguré que yo había escrito ese texto.

Cuéntame acerca del proceso creativo de tus textos…

En general tomo notas en una libretita y así va germinando la primera idea y estructura del texto futuro. Después las empiezo a ordenar de distintas formas, al modo de los viejos compilados de canciones que hacíamos en casette a fines del siglo XX. Luego me siento a escribir ese caminito que armé en el cuaderno, ya en la computadora.

¿Sos crítico para con tu trabajo?, ¿qué clase de escritor eres?

Soy crítico en el nivel de la frase y no tan crítico en el nivel de la estructura o de la construcción general de una tensión narrativa. Me gusta que las frases suenen bien, sean “redondas” como se suele decir; que haya momentos de belleza retórica, que la música sea armónica y maneje las emociones. Quizás por tener el foco tan cerrado sobre ese aspecto, a veces tiendo a desatender otros.

Si fueras un personaje literario, ¿cuál sería tu nudo y desenlace?

Supongo que el nudo de mi trama seria, como el de todos, una sucesión insoportable de pasos en falso, de aprendizajes en miniatura y de ocasionales aciertos. Una historia hecha de banalidades y rutinas con tres o cuatro hitos dramáticos que lo cambian todo. En cierto modo, es la novela que vengo escribiendo… El desenlace todavía no lo conozco.

Tres de tus libros han sido publicados, ¿trabajas en algo nuevo?

Está por salir una novela breve sobre relaciones amorosas. Se llama Un reino demasiado breve. Es el primer libro que escribo en tercera persona, lo que me hace sentir raro, como incómodo, como en la ropa de otro. Pero ya está hecho. Y tengo en proceso un libro sobre Mario Levrero, que interrumpí porque me estaba agotando, pero al que quiero volver en unos meses

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Florencia Luján (Argentina, 1992). Periodista, siempre que se pueda.

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