Sandra López e Iván Díaz dejaron la ciudad de Cali en Valle del Cauca (Colombia), con el objetivo de mejorar su situación económica y emprendieron un viaje de más de ocho mil kilómetros en automóvil hasta Feira de Santana en Brasil. A dos años y tres meses de esa travesía, la pareja emprende en el rubro gastronómico con Arepa Colombiana, un negocio ubicado en el barrio Caseb en donde ofrecen comidas típicas de su país natal: empanadillas, chorizo a la parrilla y, claro, ¡arepas!
Este contenido es parte de #InteriorLATAM, un proyecto para contar historias y crear conversaciones más allá de las grandes ciudades de nuestra región. Suscríbete a nuestro newsletter mensual.
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Imagínate un viaje de más de 8 mil kilómetros en un coche desde Cali Valle, en el interior de Colombia, hasta la ciudad de Feira de Santana, la parte nordeste de Brasil. A lo largo del camino, atraviesas por ciudades con preciosos paisajes de países como Ecuador y Perú; entre la selva de la Amazonía y el desierto y las sierras, pero no te importa, lo que quieres es seguir tu objetivo: empezar la búsqueda por tu lugar, bajo un sol de casi 40 grados en el interior brasileño.
Así de valiente empezó el camino de la pareja, Sandra López e Iván Díaz, quienes desde hace 2 años y 3 meses emigraron tras creer que lo mejor para cambiar su vida financiera sería vivir en Feira de Santana, una ciudad con más de 600 mil habitantes.
Feira de Santana está localizada en el cruce de las carreteras más grandes de las regiones norte y nordeste del país y su economía se apoya en la comercialización de todo tipo, como un mercadillo gigante, donde encuentras desde frutas hasta productos importados de China y Paraguay.
Por eso también la ciudad es históricamente poblada por emigrantes salidos de otros estados de Brasil. Con una ubicación privilegiada, economía fuerte y variada, la ciudad conquistó a transeúntes de diferentes regiones que atravesaban el país de norte a sur. Desde entonces, la ciudad cohabita con diferentes acentos, costumbres y culturas.
Personas de otras nacionalidades como la pareja colombiana, del mismo modo, eligen Feira de Santana para vivir. Es posible encontrar fácilmente profesionales de distintas latitudes empleados en la zona comercial e industrial de la ciudad, que es la más importante del interior del estado de Bahía.
Tras el viaje de 18 días, Sandra y Iván llegaron a su destino pero les tocaba situarse: “Intentamos pedir la ubicación a un hombre cerca de una iglesia; el hombre hablaba español y era un religioso que creía tener la misión de ayudar a un matrimonio que llegaría hasta él en aquel día”, dice Sandra, con una larga sonrisa y los ojos emocionados.
Coincidencia, destino, o no, la pareja recibió gratuitamente a través de aquel hombre un sitio donde quedarse. La pareja empezó a buscar trabajo: salían a vender pulseras artesanales que hacían, pero no les rendía el dinero para empezar la nueva vida.
Entonces surgió la idea de hacer arepas para vender. Con apenas 120 reales (cerca de 22 dólares) la pareja decidió invertirlo y poco a poco empezaron a vender más y para más gente. Luego Sandra e Iván conquistaron, no sólo por el estómago, a un cliente brasileño, sino también por el corazón y por eso les facilitó una ayuda para alquilar su primera casa en la ciudad.
Ellos convirtieron su casa en su primer restaurante de comida típica de Colombia y desde entonces venden desde almuerzos hasta empanadillas, chorizo en la parrilla y, claro, arepa que además bautiza el nombre del negocio de @arepa_colombiana.
En el espacio “bastaron con ocho meses para alcanzar la compra de todos los muebles de la casa y estabilizar las finanzas”, rememora Iván, quien junto a su esposa consiguió poner sus huellas en la calle Araraquara, en el barrio Caseb, en Feira de Santana.
“Todavía no hablamos muy bien portugués, pero eso no nos impide hacer amistades. Me sorprende cómo se semejan las personas de aquí con las de nuestro país. Desde que llegamos nos tratan muy bien, son bastante solidarios para todo”, comenta Sandra, tras consultar a su esposo sobre cómo sería la palabra más adecuada para expresar lo que sienten: agradecidos.
Arepa Colombiana les sirve a Sandra e Iván como una forma de tener un pedacito de Colombia en este municipio brasilero. Al adentrarse al restaurante se olvidan un poco de lo que extrañan y sus comensales reciben las distintas emociones de sus costumbres que se reflejan en el olor de la buena comida y hasta les ponen la programación en directo de lo que pasa en las cadenas de radio y TV de Colombia.
Sandra e Iván esperan que en los próximos cinco años les sea posible abrir otros restaurantes de Arepa Colombiana en otras partes de Brasil.
Imagen de portada: Rocío Rojas.