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Historias que importan es una serie fotográfica realizada por Laura Realpe, una fotoperiodista de la ciudad de Pasto en Colombia, que cuenta historias de cinco personas LGBTIQ+,  a través de relatos y retratos, ellxs exponen sus miedos, tristezas, enojos y resistencias, generando un espacio de diálogo y reflexión sobre las diferencias y desigualdades que afronta esta población.


 

Texto y fotos: Laura Realpe

En el contexto colombiano se han logrado avances sobre los derechos de la población LGBTIQ+, sin embargo, en la actualidad algunas personas temen revelar su orientación sexual e identidad de género por el estigma social generado por cuestiones religiosas y fuertes lazos familiares, o por temor a ser violentadas, asesinadas y socialmente rechazadas por salirse de la norma. Del mismo modo, en la ciudad de Pasto, un municipio ubicado en el departamento de Nariño, que se ha caracterizado culturalmente por tener una formación conservadora, tradicionalista, timorata y religiosa, que impone creencias prejuiciosas sobre todo lo que se considera fuera de lo normativo establecido por una sociedad y cultura hegemónica y patriarcal, que excluyen, violentan, discriminan y rechazan a las personas que son diferentes, como lo son la población LGBTIQ+. Por este motivo es necesario e importante dialogar más sobre el tema con propuestas que generen transformaciones sociales. 

Por ello, “Historias que importan” nace del miedo, la tristeza, el enojo, la resistencia y el crecimiento personal de cinco personas pertenecientes a la población LGBTIQ+, por medio de un trabajo colaborativo se cuentan sus historias a través de relatos y retratos, generando un espacio de diálogo y reflexión sobre las diferencias y desigualdades, hacer visibles sus historias, sus luchas cuya finalidad es visibilizar sus historias brindar apoyo y reconocimiento a miembros de la población LGBTIQ+. 

Durante el proyecto cada uno de los participantes tiene la oportunidad de escribir su propia historia con la intención de expresar sus pensamientos, sentimientos y momentos importantes de su vida que quiere compartir al mundo. Por ejemplo, un participante decidió compartir todo lo que escribió durante su proceso de aceptación de sí mismo y su orientación sexual, la respuesta de su madre cuando él le contó que es homosexual, y sus pensamientos después de esta confesión. En cuanto a los retratos todos estos factores influyeron y ayudó en el proceso construcción, cada uno fue retratado en sus habitaciones o lugares donde percibieran un bienestar, tranquilidad y paz, donde sintieran confianza y seguridad de ser ellos mismos, desde su diversidad, identidad, su vida, sus luchas y sus relaciones. 

Con este proyecto se espera visibilizar a la población LGBTIQ+ con relatos de vida que reflejan su historia, sus experiencias personales y compartidas, con el propósito de aportar a la comprensión de la diversidad sexual y de género, porque lamentablemente el rechazo no solo afecta el reconocimiento de las personas diversas, sino también a la negación de otros a amar libremente y prefieren que continúe siendo un secreto, por esa estigmatización y señalamiento como algo que está mal y que tristemente una persona con orientación sexual o género diverso se lo creen.

A veces en el proceso de descubrir bien quién eres te
pierdes un poco, no sabes bien que hacer, te sientes
solo y en las sombras, pero luego ecuentras apoyo y
compañía y eso hace todo el proceso más llevadero…

Madre,

Hay muchas cosas que no entiendo, pero lo intento…
Hay muchas cosas que me duelen…
Madre, no entiendo porque no puedes amarme como soy, sufriste al tenerme y sufres por mis decisiones.
Madre, será que nací para traerte dolor, para no comprendernos y dejarnos a medias en esto de la vida.
No sabes cuando he llorando por tus palabras,
Cuantas veces te necesite en mis noches,
Cuando desee que pudieras apoyarme y amarme

Pero pesa más otras cosas, antes que mí
Cosas que nunca podré llegar a ser,
No tengo tu aprobación ni tu bendición en mi vida.
Pero a pesar de las discusiones, peleas y llanto.
Aun en mi corazón, desearía tanto estar bien conrigo
Lloro por saber que desearía tener otra madre,
Y que al tiempo desearía que tu estuvieras bien y feliz…

Cuando tenía 7 años cada noche deseaba
despertar como una niña, siempre me sentí atraída por las cosas femeninas, mi familia decía que eso estaba mal que los “niños deben jugar con carritos, no con muñecas” desde ese momento deje de expresar lo que me gustaba y comencé hacer las cosas a escondidas como dormir con prendas femeninas…

Salí del closet 2 veces la primera fue cuando dije que era gay, lo dije porque desconocía el tema de las personas trans; a los 20 años comencé a investigar porque me sentía inconforme conmigo misma y comencé a buscar respuestas, un día una chica trans me conto como se sentía y dije “hey eso mismo me sucede” soy una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre, a los 21 años le dije a mi madre que soy una mujer, fue mi segunda vez en salir del “closet” mi madre me apoyo pero pidió tiempo para asumirlo.

No es fácil sentir lo que sentí por muchos años esa inconformidad al verme en el espejo y sentir esa disforia. Pero hoy en día me siento muy orgullosa de mí, porque estoy logrando ser cada día en quien me gustaría ser, soy una mujer y me siento segura de lo que soy.

Abuela,

A tres años de tu partida. Aún no me acostumbro siento que me haces falta en momentos de mi vida que han sido cruciales para mi desarrollo pero también tengo claro que todas las enseñanzas que me diste me han servido para salir adelante. No me he dejado caer y he sido constante en el camino al éxito. Solo quiero decirte lo que 15 días antes de que murieras me tatue para ti y antes de morir en tu cama con los ojos cerraditos te dije:

“tu amor viejita será eterno en mi alma”

Sabía que este era el momento, el famoso “ahora o nunca”. Mis manos comenzaron a sudar, me congelé. Cerré los ojos, respiré hondo e intenté relajarme. Después de un rato, la puerta del baño se abrió:

-¿Mamá? ¡Ven aquí! Gané tiempo para recomponerme mientras ella se vestía. La puerta del dormitorio se abrió y ella entró.

“Solo quería contarte lo que me pasó después de casi dos años y nueve meses”. Me quedé con alguien. Ella sonrió, (esa sonrisa, que supe segundos más tarde ya no existiría), pero … ¡No fue con una niña, fue con un niño! – Bien, lo esperado sucedió.

-Sabes que esto es un pecado, ¿verdad? Ella pregunto..

-¡Claro que no! El pecado es tu culpa, y no me siento culpable por ello. Eso es lo que dije.

De todos los niños de mi clase, yo era el que tenía la letra más bella … Ahí, me descubrieron. Y desafortunadamente, tuve que esconder un secreto. Traté de cambiar mi voz, mi forma, mis gestos. Intenté en todos los sentidos evitar que la flor que nació conmigo creciera frondosa y que los demás se dieran cuenta y durante este proceso, cuando no podía hacer lo que me gustaba y no me importaba hacer lo que ellos querían, me cerré, hoy me doy cuenta de que me convertí en alguien introvertido y asustado.

Pasé tanto tiempo fingiendo ser otra persona sin ser yo mismo que de alguna manera, cuando terminó, ya no sabía cómo ser yo. Tal vez las cosas serían diferentes si no tuviera que huir. Si hubiera estado orgulloso de mi letra, podría ser parte del grupo en el que me sentía mejor, no habría escuchado un cierto sermón sobre los diferentes.

Me detuve y me miré, intentando deshacerme de ese niño ansioso que tenía miedo de vivir. Nunca sabré qué viene después de elegir si no tomo una decisión. Por lo tanto, de ahora en adelante: Nadie más que yo tiene el control de mi felicidad, y creo que es menos agotador tratar de ser feliz que perfecto.

Finalmente, diré que te amo mamá…

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Este contenido es parte de #InteriorLATAM, un proyecto para contar historias y crear conversaciones más allá de las grandes ciudades de nuestra región. Suscríbete a nuestro newsletter mensual. 

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