El hambre, la violencia y la falta de perspectivas de una vida mejor hicieron que los indígenas Warao cruzaran la frontera venezolana con Brasil y recorrieran al menos ocho ciudades antes de establecerse en Pernambuco. Ahora, estos mismos motivos los están expulsando del estado a ciudades como João Pessoa, Natal y Belém.
Este contenido es parte de #InteriorLATAM, un proyecto para contar historias y crear conversaciones más allá de las grandes ciudades de nuestra región. Suscríbete a nuestro newsletter mensual.
Texto: Kleber Nunes
Traducción: Joana Oliveira y Mariana Sanches Otta
Imágenes: Inês Campelo / MZ Conteúdo / Arquivo
Personajes comunes en el caótico escenario de las principales calles y avenidas de la zona más céntrica de Recife, los indígenas venezolanos de la etnia Warao están “desapareciendo” de la ciudad. A poco más de un año de huir de la crisis social y económica en su país de origen, esta población, que ya sumaba más de 300 personas en la capital de Pernambuco (estado del noreste de Brasil), actualmente no supera las 60.
El hambre, la violencia y la falta de perspectivas de una vida mejor hicieron que los indígenas Warao cruzaran la frontera venezolana con Brasil y recorrieran al menos ocho ciudades antes de establecerse en Pernambuco. Ahora, estos mismos motivos los están expulsando del estado a ciudades como João Pessoa, Natal y Belém, según entidades del Comité Interinstitucional para la Promoción de los Derechos de las Personas en Situaciones de Migración, Refugio y Apátridas en Pernambuco (Comigrar).
El poder ejecutivo municipal encargado de asistir a los Warao, la Secretaría de Desarrollo Social, Derechos Humanos, Juventud y Políticas de Drogas declinó comentar al respecto.
De las 300 personas Warao que vivían en Pernambuco hace un año, ya solo quedan menos de 60. Foto: Inês Campelo / MZ Conteúdo
Entender a la diáspora, como define Víctor Santos, agente pastoral del Servicio de Pastoral para los Migrantes del Nordeste (SPMNE), al éxodo de los Warao, implica comprender el proceso histórico de estos pueblos indígenas hasta su llegada a Recife.
Según Santos, quien sigue de cerca la vida cotidiana de estas familias, la violencia contra ellas se intensificó en Venezuela en la década de 1960, con el avance de la agroindustria y las grandes obras de infraestructura auspiciadas por el gobierno de Caracas, que provocaron la destrucción de sus tierras y la muerte de sus ríos.
“Lo que todavía está en curso, ahora bajo la responsabilidad del gobierno local, es otra fase de este proceso de expulsión de un territorio. La falta de políticas públicas para los migrantes por parte del Ayuntamiento de Recife está empujando a esas familias a otros lugares. No está en la cultura Warao ser nómadas. Lo que pasa es que, para sobrevivir, llevan años buscando lugares con condiciones mínimas y aquí, una vez más, no las encontraron”, dice Santos.
Visualizar tal abandono no es tan difícil. Actualmente, los aproximadamente 60 indígenas Warao asentados en Recife viven hacinados en seis casas en los barrios Coelhos, Pina y Santo Amaro. Un artículo publicado por Marco Zero denunciaba las precarias condiciones de dos edificios antiguos donde viven algunos de ellos desde que llegaron a Pernambuco en octubre de 2019.
La violencia contra los Warao se intensificó en Venezuela en la década de 1960, con el avance de la agroindustria y las grandes obras de infraestructura. Foto: Inês Campelo / MZ Conteúdo
Además, especialmente antes de la pandemia de coronavirus, era común encontrar mujeres y niños con carteles improvisados en portugués y español pidiendo dinero en los cruces de las calles.
Incluso con esta realidad de violencia expuesta a diario en Recife, el tema ni siquiera fue mencionado durante la campaña electoral de 2020. Tampoco fue incluido en los programas de gobierno entregados al Tribunal Superior Electoral (TSE) por los candidatos a la alcaldía, incluido el alcalde electo João Campos.
“Lo que todos ellos me dicen es que no les gustaría irse de Recife. No es que otras ciudades tengan una política pública para los migrantes, pero al menos [aquí] tienen una asistencia que garantiza la alimentación y la vivienda con más dignidad”, explica Santos.
La presidenta de la Comisión de los Derechos de los Refugiados de la Orden de Abogados de Brasil (OAB-PE), Emília Queiroz, también lamenta el letargo del Ayuntamiento de Recife en relación con los migrantes no nacionales, especialmente los Warao, “los más vulnerables” entre todos los grupos que viven en la ciudad.
Los cerca de 60 indígenas Warao asentados actualmente en Recife viven hacinados en unas seis casas. Foto: Inês Campelo / MZ Conteúdo
“Lo que tenemos es un poder público que responde a las provocaciones de la sociedad civil y espera que un movimiento asuma su responsabilidad. Al inicio de la pandemia pedimos la desinfección de casas, la entrega de mascarillas y la capacitación con agentes de salud. Aun así, el ayuntamiento dijo que no tenía el material y fuimos [nosotros quienes tuvimos que ir] a buscar donaciones”, cuenta.
La comisión que preside Emília es la única que existe en una seccional de la OAB en esa región y una de las tres del país. El grupo vigila la garantía de los derechos de los migrantes no nacionales. “Es necesario respetar ese flujo migratorio, pero también reconocer que el gobierno no brindó salud, vivienda y toda la asistencia necesaria para garantizar la mínima dignidad de los Warao”, sostiene la abogada.
Escucha calificada y marco legal
Las entidades de Comigrar coinciden en que la solución para los Warao y otros migrantes no nacionales no es fácil ni debe lograrse en el corto plazo. Todos, sin embargo, coinciden en que el primer paso es escuchar directamente a los indígenas venezolanos.
“No hay forma de encontrar soluciones duraderas sin un proceso de escucha calificada de los Warao y esto no ha sucedido, aunque hemos estado provocando a las autoridades públicas. Hay equipos de asistencia social que van a las casas semanalmente, pero para realizar acciones aisladas como la entrega de alimentos, que no necesariamente culminan en políticas públicas”, dice Víctor Santos.
A pesar de todas la violencia e inseguridad a la que están expuestos los Warao, su situación no fue mencionada durante la campaña electoral de 2020. Foto: Inês Campelo / MZ Conteúdo
Según el informe local más reciente, los Warao se incluirán en el grupo 4 del calendario de vacunación contra la Covid-19, junto a maestros y agentes de seguridad. “Su inmunización es lo mínimo que debe hacer el Estado, pero [aquí] tenemos otro ejemplo de falta de diálogo. [Ellos] No tienen proximidad a la medicina blanca occidental. ¿Cómo se transmitirá esta información a los Warao?”, pregunta Santos.
En el Ayuntamiento de Recife, un proyecto de ley del concejal Ivan Moraes, del Partido Socialismo e Liberdade (PSOL), prevé sentar las bases para la elaboración de una Política Municipal para la Promoción de los Derechos de los Migrantes y Refugiados.
El texto, que espera el dictamen de la Comisión de Legislación y Justicia, propone acciones permanentes siguiendo lineamientos tales como la garantía de accesibilidad a los servicios públicos y el respeto a las especificidades de género, raza, etnia, orientación sexual, edad, religión y discapacidad.
“La situación Warao expone la falta de una política pública dirigida al público migrante. Todo el tiempo sentimos que nuestras autoridades públicas no están preparadas para lidiar con estos temas. Por muy bien intencionadas y comprometidas que sean las personas que están en la gestión, se necesita una política formateada, una referencia adecuada para este público”, evalúa Moraes.
Según el concejal, quien acompaña a los indígenas venezolanos desde su llegada a Recife, no solo hay una gran demanda de asistencia. “¿Cómo integrar, por ejemplo, salud, educación, comunicación? ¿Cómo tratar a los niños, respetando su individualidad y comprendiendo sus derechos? Cuando esta audiencia es indígena, la complejidad aumenta mucho más”, dice el también congresista.
“La situación Warao expone la falta de una política pública dirigida al público migrante”, dice Ivan Moraes, concejal local por el Partido Socialismo e Liberdade (PSOL). Foto: Inês Campelo / MZ Conteúdo
A nivel estatal, la expectativa es que próximamente la Asamblea Legislativa de Pernambuco (Alepe) discuta un proyecto de ley dirigido a los migrantes. El texto se encuentra aún en proceso de redacción por parte de los comités de Derechos de Refugiados y Estudios Constitucionales de la OAB-PE.
“En las próximas semanas pretendemos programar una audiencia pública virtual para comenzar a discutir con todas las entidades involucradas en el tema la implementación de un marco legal para los migrantes no nacionales en el estado. La preocupante situación de los Warao requiere esta urgencia”, dice Emília Queiroz.
Ana Rita Suassuna, de la Secretaría de Desarrollo Social, Derechos Humanos, Juventud y Política de Drogas de Recife, fue cuestionada para este reportaje acerca de la política pública que piensa seguir la ciudad con los Warao y otros migrantes. Marco Zero también preguntó sobre la salida de los indígenas venezolanos de la ciudad, si en algún momento se les escuchará o si hay algún proyecto para mejorar sus condiciones de vivienda.
No obtuvimos respuesta.
Este reportaje, publicado originalmente en portugués en Marco Zero, fue elaborado como parte del Programa Diversidad en las Salas de Redacción, realizado por Énois – Laboratorio Representativo de Periodismo, con el apoyo de la Iniciativa Google News.
Ilustración de portada: Rocío Rojas