A través de sus personajes, las drag queens de América Latina se expresan y hacen activismo en pos de sus derechos y los de la población LGBTI+ . Les presentamos a 5 de ellas, quienes también nos muestran la diversidad en sus países.
Las drag queens asumen, a través de sus personajes, una actitud ante la sociedad que interpela a todo: cultura, identidad, contexto sociocultural. Sus herramientas son también la rebeldía, el glamour y lo performático.
“El arte drag, igual que el transformista, se sustenta en la idea de transformación a través del performance corporal: su propio cuerpo se manipula y se convierte en obra de arte”, se señala en el glosario del sitio colombiano ABC del arte drag & transformista.
América Latina y el Caribe tiene miles de historias de drag queens que salieron a escena para promover la diversidad. ¿Quiénes son? Rastreamos a cinco “dragas latinoamericanas”, que desde sus países, nos demuestran que la transformación además de ser un arte, es una actitud ante la vida.
Dyhzy (24 años, Argentina)
“Drag queen, cosplayer y streamer”, así se define Dyhzy en su biografía de Instagram, que reúne a 285, 147 seguidores, una comunidad que empezó a crecer con fuerza a partir de que su padre, Alberto Ángel Fernández, anunció su candidatura a la presidencia del país. Dyzhy acudió al acto de asunción presidencial con la bandera LGBTI+ sobresaliendo del bolsillo izquierdo del traje que llevaba puesto, un acto más de rebeldía contra la heteronorma y un guiño de complicidad para una población constantemente golpeada en Argentina.
Reny Davenport (28 años, Paraguay)
Le gusta que se refieran a ella como “performer trans”, de hecho se introdujo en el drag como única performer trans en su país a finales del 2017. De a poco, junto a otras personas performers trans, fue ganando espacio en la escena paraguaya, la cual describe como “un poco difícil”. “Hasta con los propios drags una se encuentra con transfobia y misoginia, me gustaría que más identidades disidentes se sumen a marcar una diferencia en el mundo drag, que en ocasiones es muy binario”, explica Reny. En cada presentación desea transmitir confianza en unx mismx: “No importa lo que seas, si lo tienes dentro vibrando, llévalo al stage”.
NadiA (31 años, El Salvador)
En El Salvador hay drag queens de todo tipo, una de ellas es La Tenchis Céliber, un personaje del actor Julio Yúdice que tiene gran aceptación en la televisión salvadoreña; otras que hacen bares que apenas son vistas y otras como NadiA que vienen de otros imaginarios como el arte contemporáneo o el mundo del maquillaje.
En sus presentaciones NadiA da varios mensajes: “Todo es construcción, reinterpretación de la historia por medio del ojo de loca (que no se equivoca), apreciación de lo popular por medio de Paulina Rubio (y otras) y cómo esto tiene cabida y conversa fluidamente con otrxs autores como Judith Butler, etcétera”.
Anoma Lía (24 años, Puerto Rico)
Se inició en el drag en 2016 participando de la producción Rocky Horror Picture Show (Shadowcast), desde entonces disfruta sorprender a su público desde lo “spooky” (escalofriante), con cosas nuevas, que la mayoría de las veces, no se esperan de ella.
“Todavía le falta mucho a la escena del drag en Puerto Rico, para llegar a ser algo tan grande como lo es en Nueva York”, comenta y agrega que, sin embargo, el drag boricua es reconocido por su estilo. Eso se observa cuando cae la noche en la isla y salen a la luz figuras como Anoma Lía o Adi Love.
Kimmy Bomba (26 años, México)
Después de comprar su primer maquillaje (una paleta de contouring) y practicar durante seis meses con ayuda de tutoriales de YouTube, Kimmy Bomba comenzó a salir a fiestas artísticas, luego llegó la oportunidad de hacer presencia en bares y más tarde hacer drag, hace dos años y medio recuerda. La escena transformista en su ciudad, Mérida, aún es joven, por eso cuando sale a la calle puede sentir las miradas ajenas, aún así, cuando sube al escenario, su mensaje es el mismo: “No están solxs, hay más gente como nosotrxs, debemos apoyarnos unxs a otrxs”.
Diseño e ilustración: Alma Ríos