Fotografía: Fundación Ciudadano Inteligente
Pese a leves disminuciones en los índices de homicidios, Centroamérica sigue siendo una de las regiones más violentas del mundo, y dentro de América Latina una de las zonas con mayor desigualdad, pobreza y retos para la gobernanza democrática. ¿Cómo pueden las voces jóvenes de esta región promover un cambio? Una apuesta es el empoderamiento de estos liderazgos, mediante herramientas de incidencia política y cívica.
La Escuela de Incidencia es un proyecto de la organización chilena Ciudadano Inteligente, cuyo propósito es la formación de liderazgos emergentes en América Latina, con el objetivo de fortalecer las habilidades en incidencia en políticas públicas. La iniciativa ya se ha llevado a cabo en Colombia, Ecuador, Bolivia y Perú, y para este año incursionará en Centroamérica, llevándose a cabo en Guatemala.
De acuerdo con Eglé Flores, coordinadora regional de Ciudadano Inteligente, elegir a Guatemala se dio con el propósito de dar espacios para la confluencia de agentes diversos en pro del fortalecimiento de la gobernabilidad democrática, la participación ciudadana y la reducción de diversos tipos de violencia.
“Tomamos la determinación de desarrollar esta iniciativa en Guatemala ya que si bien cuenta con una paquete legislativo que promueve el desarrollo social y la transparencia del Estado, actualmente experimenta un agotamiento en los procesos de gobernabilidad, provocados por la desigualdad y los conflictos de interés entre la clase política y el sector privado”, dijo Flores a Distintas Latitudes.
¿Qué tipo de proyectos se quieren abrir espacio en Guatemala?
Según Flores, en Guatemala observan una marcada tendencia a proyectos vinculados a la defensa y promoción de los derechos sexuales y reproductivos de las juventudes, así como proyectos que buscan visibilizar las necesidades de las diversidades sexuales y asegurar espacios seguros para una vida digna y de calidad.
“También existen iniciativas que buscan fortalecer las capacidades de liderazgos juveniles a lo largo del país y, sobre todo, dentro de la USAC (Universidad de San Carlos de Guatemala), donde se están recuperando y democratizando los espacios de participación estudiantil”, dijo Flores.
“En general, los proyectos en otros países donde se implementa la Escuela de Incidencia están enfocados en reducir la violencia económica de las mujeres en espacios rurales, así como asegurar una participación política paritaria. También, existen proyectos vinculados a la promoción de mecanismos de participación ciudadana y al fortalecimiento de modelos de transparencia desde el Estado, para abordar la desafección política y reducir la desconfianza de nuestras sociedades en las agencias gubernamentales”, agregó.
Desde inicios de febrero las 10 personas seleccionadas para esta edición fueron notificadas. A finales de marzo el personal de Ciudadano Inteligente estuvo en la Ciudad de Guatemala para hacer una formación presencial de tres días, donde las y los participantes de la Escuela recibieron herramientas para la facilitación de procesos de incidencia colaborativa y tuvieron la oportunidad de conocerse para comenzar a trabajar en conjunto.
Para la edición guatemaltece los perfiles seleccionados incluyen organizaciones que luchan por los derechos LGBTI+, juventud y participación ciudadana, democracia, género y gobierno abierto, entre otras. En este enlace se puede ver el perfil de las personas participantes.
“Ahora están preparando sus Laboratorios Cívicos para atender problemas sociales relevantes en sus comunidades y espacios de acción. Esperamos que para junio se estén implementando 10 proyectos cívicos en tres departamentos de Guatemala”, dijo Flores.
Expectativas
El proceso de la Escuela de Incidencia tiene una duración de 10 meses. Según explicó Flores, después de la formación presencial, realizan un acompañamiento virtual de cada participante durante el desarrollo de sus laboratorios cívicos y sus proyectos. Posterior a la implementación de los proyectos cívicos, quienes participan de la Escuela de Incidencia en Guatemala, Ecuador, Colombia, Chile, México y Brasil, se reunirán para compartir experiencias y lecciones aprendidas en el Encuentro Regional de Juventudes a inicios de 2019.
“Esperamos que se realicen 10 proyectos cívicos, en tres departamentos del país, vinculados a temáticas de seguridad pública, transparencia y acceso a la información e inclusión social. Estos procesos estarían involucrando a más de 200 personas en procesos de incidencia colaborativa, gestando nuevas formas de hacer política y de ejercer ciudadanía. También, esperamos que emerjan nuevas colaboraciones entre las y los participantes, quienes no se conocían previamente y comparten objetivos e ideales de transformación social”, dijo Flores sobre las expectativas para la edición guatemalteca.
La expecativa de Ciudadano Inteligente es que cada uno de los proyectos desarrollados en el marco de la Escuela de Incidencia generen un impacto positivo en la comunidad en que fue implementado, pues atienden directamente una necesidad.
“De la primera edición de la Escuela destacamos proyectos como el Semillero Cívico, articulado por Bibiana Quintero, un manual de formación cívica para reflexionar sobre construcción de paz, memoria histórica y derechos humanos. Se han transferido los más de 26 dispositivos pedagógicos del manual a docentes en escuelas periféricas de Cúcuta (Colombia) para formar a más de 1.300 estudiantes. Actualmente, existe interés de otras provincias en Colombia por implementar los dispositivos del Semillero Cívico”, dijo Flores.
“También ha tenido gran impacto Jóvenes contra la corrupción, una programa impulsado por Carlos Arroyo (Proética) que promueve el diálogo y la acción contra la corrupción desde los espacios juveniles cuyos contenidos han sido generados colaborativamente por personas representando diversos sectores, a través de un LabCívico. Este programa ya ha formado a más de 15 jóvenes en Lima, está por ser publicado digitalmente en febrero de 2018 y es posible que se implemente en nuevas provincias del Perú, donde más jóvenes piden formarse para luchar contra la corrupción en su país”, agregó.
¿Qué se puede mejorar?
De acuerdo con Catalina Balla, coordinadora de prensa y comunidad de Ciudadano Inteligente, cada edición de la Escuela de Incidencia presenta sus desafíos, y por lo tanto implica aprendizajes de lo que salió bien y lo que salió mal.
“Uno de los aprendizajes que podíamos destacar es el de proponer actividades colaborativas previas a las formaciones presenciales”, dijo Balla.
Bibiana Quintero, quien participó de la Escuela en Colombia e impulsó el proyecto Semillero Cívico considera que uno de los puntos que podrían mejorarse en esta iniciativa, a partir de su experiencia, es una mayor participación de personas que vivan lejos de la ciudad capital. Sin embargo, rescata que la oportunidad le permitió encadenarse con otras iniciativas similares de América Latina.
“El LabCívico es una metodología de construcción colaborativa que se convierte en el insumo más importante para nosotros como miembros de la Escuela, pues nos permite desarrollar nuevos proyectos a partir de la unión de criterios”, dijo Quintero a Distintas Latitudes.
Durante 2017 la Escuela de Incidencia fue un proyecto que contó con el apoyo de NED (National Endowment for Democracy) para su implementación en Colombia, Ecuador, Bolivia y Perú. Para 2018 NED volvió a apoyar a la Escuela para su implementación en Ecuador, Colombia y Guatemala. Además, se incluyó el financiamiento de IDRC (International Developmente Research Centre) para la Escuela en México, Brasil y Chile.
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