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En un país donde el 40% de los egresados de universidades está desempleado, o le cuesta mucho encontrar trabajo, Laboratoria, un grupo de emprendedoras ha logrado dar educación de calidad a jóvenes mujeres para que se integren al mercado laboral, con un 85% de efectividad.

  • Nombre: Laboratoria
  • País: México, Perú y Chile
  • Twitter: @LaboratoriaLA
  • Facebook: Laboratoria 
  • Una frase: “Usamos el código para transformar el futuro de miles de jóvenes mujeres en América Latina”
  • Se definen como: una empresa social de tecnología que empodera a jóvenes mujeres que no han tenido acceso a educación superiores de calidad, dándoles la oportunidad de formarse y comenzar una carrera en el sector digital.

“Cambio, crecimiento, magia”, así describe Ana Barbosa a Laboratoria. Ella es estudiante de la segunda generación de la Code Academy de Laboratoria México, una empresa social cuyo modelo nació en Perú en 2014, y ha sido replicado en Chile y la República Mexicana.

Hoy el sueño de Ana es ser “la diosa del código”. Antes de entrar a Laboratoria estudió diseño gráfico, y le interesaba aprender diseño web pero los cursos estaban fuera de su alcance. Ana estaba muy cerca de integrarse a ese segmento –mayoritario entre los jóvenes mexicanos de 15 a 29 años– que gana entre uno y dos salarios mínimos, no más de cuatro mil 380 pesos al mes (250 USD).

Un día, Barbosa vio en Facebook una imagen promocional de Laboratoria en la que aparecían dos compañeras suyas de la preparatoria, y decidió aplicar a la convocatoria.

El proyecto funciona así: es una escuela de programación para jóvenes mujeres sin educación superior de calidad, que posteriormente las emplea o les ayuda a insertarse en el mundo laboral del sector digital, el cual crece exponencialmente y permite triplicar sus ingresos a las egresadas.

Para 2025 se requerirán los servicios de 1.2 millones de programadores en América Latina, dice para Distintas Latitudes Macha Bertrand, cofundadora de Laboratoria, originaria de Bélgica, y quien descubrió en México el mundo del emprendimiento social.

Una vez que las egresadas consiguen un empleo estable, retribuyen a Laboratoria con una cantidad económica que les permite continuar becando a jóvenes mujeres que viven en zonas urbanas marginales, a quienes está dirigido el proyecto, de acuerdo con Bertrand.

Adoración Cid es una de las graduadas que fue empleada por la propia empresa social. Sin saber algo sobre desarrollo web, tomó el curso intensivo de cinco meses y ahora es asistente de una de las profesoras.

“Sentía que tenía que hacer algo nuevo, estaba muy acostumbrada a una rutina”, cuenta Adoración, quien pausó su carrera de psicología (que probablemente la habría llevado a engrosar ese 40% de egresados universitarios sin empleo) para darle un cambio drástico a su vida.

Ana, Adoración y otras alumnas de Laboratoria coinciden en que si algo les llamó la atención del proyecto, fue que iba dirigido específicamente a mujeres. El sector del desarrollo web está dominado por hombres, pero la mitad de los usuarios de servicios digitales está conformada por mujeres. “Si esos productos digitales sólo los desarrollan hombres, lo más probable es que no estén pensados para la mitad de la población”, asegura Macha Bertrand.

A decir de la cofundadora de la empresa social el principal obstáculo fue el económico, pero lo sortearon gracias a Fondeadora, una plataforma de crowdfunding mexicana. Una vez que pudieron financiar el piloto de Laboratoria y quedó registrado su éxito, empresas más grandes e inversores privados se decidieron a apoyarlas.

Parte fundamental del modelo es el proceso de selección, en el que se aplican pruebas de lógica general, lógica de programación y psicométricas a las postulantes, además de una entrevista. En esos exámenes se identifica las capacidades de razonamiento, de comunicación, de trabajar en equipo y de superar retos. “Queremos identificar a las mejores mujeres”, dice Bertrand.

“Ahora me levanto y sé por qué me estoy levantando”, agrega la cofundadora del proyecto sobre cómo ha cambiado su vida luego de Laboratoria. “Viendo atrás las chicas que capacitamos el año pasado y viendo lo que están haciendo ahora, es enorme, han cambiado de vida, hasta físicamente han cambiado totalmente. Son mujeres empoderadas, están aportando mucho valor a la comunidad digital de México y eso nos hace muy felices”, cuenta.

Actualmente Laboratoria está buscando a sus futuras alumnas, puedes postular en su sitio web.

mm

México, 1991. Periodista con particular interés en temas de derechos humanos y movimientos sociales. @a_ilizaliturri.

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