Por Soledad Dominguez desde Rio de Janeiro
“Las rosas de la resistencia nacen del asfalto”, le dijo Marielle Franco a un colega hombre que se le acercó al estrado mientras daba un discurso en la Cámara de Concejales de Rio de Janeiro a inicios de este mes de marzo. Él le extendió la flor y ella la tomó, le agradeció con aquella frase y el puño cerrado en alto en señal de lucha. Con la rosa en la mano siguió hablándole a los presentes, decidida, con los ojos y el mentón en alto. Marielle ejercitaba y ejercía su feminismo y activismo por los derechos humanos y de las mujeres negras a diario, en actitud de su día a día que la tenía incorporada hasta en los más mínimos detalles.
Tenía 38 años, el cargo de concejal por el PSOL (Partido Socialismo y Liberdad), la confianza de más de 46.000 cariocas que en 2016 la votaron y la convirtieron en la primera candidata de la favela Maré que llegó al Parlamento local. Tenía muchas cosas más: el título de socióloga al que accedió después de estudiar en la Pontificio Universidad Católica y un ingreso universitario que preparó en un curso social dentro de su comunidad; y en el interin de la carrera, una hija que ahora está en sus 19 años.
Llevaba los cabellos rizos afro descendientes que le lucían con aros de colores variados, grandes, labios pintados y turbantes que se ponía al estilo Black Power. En el último carnaval de febrero 2018 salió a las calles y distribuyó al público de 21 blocos de rua, 250 mil abanicos que decían “Não é Não” (“No es no”), una campanha contra el asedio sexual a las mujeres. Los índices estadísticos habían alertado sobre el 90% de aumento de denuncias de violencia sexual en el festejo carnavalesco durante el año pasado.
Su vida fue una secuencia de historias y situaciones similares a las de tantas mujeres brasileñas negras nacidas en favelas, discriminadas con la más cruel naturalidad que los esfuerzos del gobierno del PT trató de desmantelar. Pero la herida es tan profunda que aun hoy no se llega a sanar. Esa porción de mujeres de la población brasileña es la que más padece todos los tipos de violencias posibles: de acuerdo al Atlas da Violência del IPEA (Instituto de Pesquisa Econômica Aplicada), aproximadamente 3 millones de ellas murieron en 2015. Eso significa que fueron más del 65% del total de muertas en todo el país. Su suerte está echada en relación a sus pares blancas: el índice de Vulnerabilidad Juvenil a la Violencia (2017) asegura que tienen doble chance de morir. Así andan, cargando con el peso de hacer todo para obtener lo que otras ciudadanas reciben como naturales derechos y la medida justa del esfuerzo.
Este miércoles pasado, el auto que la llevaba a su casa salió del barrio central de Lapa de la ciudad de Rio, luego de un encuentro llamado “Jóvenes negras moviendo las estructuras”. Otro auto los siguió a ella, el conductor y su asesora a lo largo de cuatro kilómetros. Llegando al barrio de la zona norte Estácio, el auto se colocó al lado, y le dispararon. Días antes, Marielle había hablado sobre la acción violenta de policías en la favela de Acari y con esto, la muerte de dos chicos jóvenes que colocan al batallón de esa región en el más violento de la ciudad postal de mar y belleza natural. Es un cuadro que se repite en Brasil hasta el hartazgo: según la relatoría del Atlas de la Violencia (2017), el ciudadano negro tiene 23.5% más posibilidades de sufrir un asesinato en relación a los de otro color y raza. Y de una forma más general, según estadísticas oficiales, entre enero y noviembre del año pasado, policías en servicio mataron a 1.035 personas en todo el estado.
En el actual contexto de intervención militar de Rio de Janeiro, el 28 de febrero pasado, Marielle había asumido la relatoría de una comisión de la Cámara de Concejales para supervisar y acompañar de cerca las acciones de la intervención federal militar en el estado. Marielle denunció las aquellas muertes y cuestionó esta decisión. La rosa del asfalto seguía brotando.
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Asesinaron a Marielle Franco, activista LGBT, negra, concejala y la respuesta se hizo sentir en las calles de Río
Fotos: Alex Ribeiro pic.twitter.com/y7MJrXKS6I— Margarita Salas (@maggiewill) 16 de marzo de 2018
Hija de Marielle Franco, concejal asesinada en Brasil: No han matado solo a mi madre, han matado a 46.000 personas: https://t.co/KusvOzTE2B
— CNN en Español (@CNNEE) 16 de marzo de 2018
El dolor toma las calles tras el asesinato de Marielle Franco https://t.co/0HTGbHeO2E pic.twitter.com/MnuzWaOn3q
— RT en Español (@ActualidadRT) 16 de marzo de 2018
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