Texto: Alejandro López
¿Cómo definir economía circular? Sencillo: se trata del aprovechamiento de materiales y recursos, de forma tal que estos conserven su valor durante el mayor tiempo posible. En esto están de acuerdo Petar Ostojic y Derek Stephenson.
El primero es un chileno precursor del concepto de economía circular y CEO de Neptuno Pumps, empresa dedicada al diseño de bombas energéticamente eficientes para la industria minera. Derek un canadiense, presidente de Reclay StewardEdge Inc. compañía dedicada al reciclaje y reducción de desperdicios desde 1974.
Sin embargo, aunque en la definición suene sencillo, poner en práctica una economía circular que le haga frente al consumo lineal al que estamos acostumbrados casi 7 billones de habitantes no resulta tan asequible. Esto debido a la cadena de consumo lineal a la que estamos acostumbrados. La discusión sobre el tema se llevó a cabo en el taller “Desafíos y oportunidades para el reciclaje inclusivo el marco de la economía circular” en el marco de Latinoamérica Recicla, la Cumbre Regional para el Reciclaje Inclusivo en América Latina realizada el 13 y 14 de marzo en Bogotá, Colombia.
Según Ostojic, apenas el 2% del reciclaje en el mundo entra a la cadena de la economía circular; es decir, que es aprovechado y reutilizado. El 98% restante se incinera o pasa a vertederos, lo cual está en sintonía con los desenfrenados hábitos de consumo consistentes en que algo se produce para ser consumido y posteriormente desechado.
Para mitigar unas prácticas de consumo voraces, Stephenson sugiere la implementación de tres aspectos puntuales que de a poco nos encaminen hacia la economía circular. La primera es la prohibición de productos y materiales, la segunda es que los países encaucen sus políticas públicas en torno a incentivos y castigos que regulen el reciclaje y la tercera es promover la responsabilidad extendida del productor, que consiste en que cuando una empresa produce un bien de consumo se hace cargo del mismo desde su etapa de diseño hasta el fin de su ciclo de vida.
La responsabilidad corporativa
No solo las políticas públicas, los recicladores y las iniciativas de emprendimiento deben estar alineados en torno a la implementación de una economía circular. También el sector privado tiene una gran responsabilidad en el tema.
Según Thais Vojvodic, gerente de Valor Compartido y Sustentabilidad de Coca-Cola Company en Brasil, la empresa está comprometida en la producción de empaques y botellas que sean amigables tanto con el medio ambiente como con el bolsillo de los consumidores.
También se refirió a los hábitos de consumo de la región. Alrededor del 35% de los consumidores de Coca-Cola en la Latinoamérica consumen productos en envases reutilizables. El porcentaje de quienes consumen envases reutilizables de Coca-Cola en el resto del mundo es muy bajo: apenas alcanza el 7%. Esto habla acerca de cómo Latinoamérica está tomando conciencia en torno a unas mejores prácticas de consumo que mejoren la vida de la gente en términos generales.
En cuanto a la articulación del trabajo entre empresa privada y recicladores, en el taller sobre desafíos y oportunidades para el reciclaje inclusivo en el marco de la economía circular se refirieron varias iniciativas al respecto. Por ejemplo, empresas como Coca-Cola y Danone se hacen cargo de sus residuos empleando a la par a recicladores de base de Latinoamérica.
Respecto a esto último, Roberto Laureano, brasileño representante de la Red Lacre, fue enfático en lo siguiente: “los recicladores no queremos ser más los pobrecitos ni partícipes del asistencialismo, queremos hacer parte de la economía circular. Somos los responsables del 90% de toda la cadena de la operación logística del reciclaje, por eso queremos ser dueños o socios del gran negocio del reciclaje”.
Distintas Latitudes realiza la cobertura de los paneles y conferencias de Latinoamérica Recicla 2018.
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