Autor: Tania Chacón
El relleno sanitario de la zona 3 de Guatemala sufre constantes deslaves a causa de la lluvia, lo cual ocasiona avalanchas de basura que sepultan y matan a los recicladores que trabajan en el vertedero. Este fue el caso de Francisco Abraham, un joven de 17 años que fue acreditado como reciclador a pesar de que el trabajo en el basurero está prohibido para los menores de edad, y murió sepultado por toneladas de basura.
En el relleno sanitario de Guatemala trabajan aproximadamente 10 mil recicladores, 500 camiones llegan diario a botar más de tres mil toneladas diarias de basura. Debajo del relleno existen drenajes de lluvia y donde los recicladores se exponen a sustancias tóxicas. Según relató Christian Aponte, director del Centro de Atención de la Familia y al Niño Maltratado, las maras y otras pandillas obligan a los basureros de Guatemala a venderles exclusivamente a ellos los materiales, sin posibilidad de venderlos por fuera. De sus ganancias, un reciclador de este vertedero gana solo siete dólares al día.
Escenarios como este, además de explotación laboral, problemas de salud y vivienda, redes de comercialización y corrupción, y problemas ambientales se repiten en vertederos a cielo abierto de toda América Latina. Por ello, en Latinoamérica Recicla, una Cumbre Regional sobre Sistemas de Reciclaje Inclusivo en América Latina y el Caribe, se llevó a cabo el taller de discusión “Estrategias de inclusión de recicladores ante cierre de botaderos a cielo abierto”, en el cual participó Christian Aponte. El objetivo fue compartir experiencias y herramientas para acompañar procesos de cierre de vertederos.
Los recicladores del Cantón Montúfar en Ecuador se levantan a las cuatro de la mañana, salen a las calles a barrer, luego a reciclar papel y botellas para vender, recolectan desechos en horarios establecidos, los llevan al relleno sanitario para clasificarlos y reciclarlos. Los recicladores ecuatorianos consiguieron un plan para su inclusión en la gestión de residuos hasta 2016, a través de un programa llamado Ecuador Recicla.
Belén Torres, gerente del Programa Nacional de la Gestión Integral de Desechos Sólidos del Ministerio de Ambiente de Ecuador expuso en el taller el plan que sigue su país para cerrar vertederos a cielo abierto. Primero identifican los botaderos en cada municipio, elaboran un estudio que pasa por el programa que dirige Belén Torres para obtener permisos, con ayuda de instituciones financieras los municipios ejecutan el cierre técnico del vertedero, lo transforman en relleno sanitario, el cual implica que los desechos recibirán tratamiento, y se solicita la creación de un plan para la inclusión de los recicladores de base. Los retos que el Cantón Montúfar tiene por delante es fortalecer las asociaciones de recicladores de base, lograr que la ciudadanía sea consciente de sus formas de consumo, y separen la basura en sus hogares.
En el basurero de Mendoza, en Argentina, los recicladores trabajan durante todo el día, muchas veces hacen jornadas dobles, y muchos de ellos viven con sus familias en el vertedero. De acuerdo con Juan Manuel Correa Nasif, miembro de la cooperativa de recicladores El Álamo de Mendoza, el plan de cierre en la ciudad realiza como primer paso un censo para obtener datos del terreno y los recicladores. Ellos ven en el cierre de vertederos a cielo abierto una oportunidad para mejorar las condiciones laborales de los recicladores, pero para que sea un plan sostenible debe contar con la participación del gobierno. Los recicladores de Mendoza reciben un salario de 500 dólares al mes, y para poder recibir ese ingreso como salario mínimo se deben reciclar 65 toneladas de basura al mes. Dos de los siete basurales de Mendoza ya están en proceso de cierre, ya tienen centros de acopio o convenios para su creación.
También en Guatemala, Carolt Henriquez apoya a un vertedero a cielo abierto ubicado a 22 kilómetros de la capital guatemalteca, donde los recicladores buscan reconocimiento legal para su asociación Autoridad del Lago de Amatitlán. También buscan cerrar el vertedero en 2019 y convertirlo en relleno sanitario. Los 180 recicladores que trabajan en el basurero, también llamados cuajeros, pretenden continuar su trabajo en el lugar, ya convertido en relleno, pues como le han dicho a Henriquez: “yo quiero morir en la basura”.
Leonardo Navarro, asesor del viceministro de Agua y Saneamiento Básico de Colombia, platicó que en 2009 se decidió cerrar el Botadero de Navarro en la ciudad de Cali, pero no se tomó en cuenta a los recicladores que trabajaban ahí, quienes salieron a las calles para protestar al respecto. El cierre de este vertedero a cielo abierto provocó que los recicladores fueran desplazados y el Tribunal Superior de Cali emitiera una dura sentencia contra el gobierno. A partir de esa experiencia, el botadero de Cordobas en Buenaventura, y del de Marmolejo en Quibdo, están en proceso de cierre con inclusión de recicladores. Se realizó un diagnóstico para estudiar las necesidades de los recicladores y se busca definir un esquema de prestaciones para ellos.
En República Dominicana existen más de 365 vertederos a cielo abierto y ninguno se ha cerrado, pero de acuerdo con el relato de Robinson García, vicepresidente del Movimiento Nacional de Recicladores de República Dominicana, el vertedero a cielo abierto de Santiago de los Caballeros fue concesionado a una empresa privada, la cual le cerró el paso a los recicladores a su única fuente de ingresos y un policía agredió a uno de ellos. Intentaron negociar sin éxito, demandaron a la empresa, al policía que agredió al reciclador, y salen a marchar a las calles para exigir la entrada a su botadero.
Después de exponer sus experiencias, todos los participantes discutieron cuál era la mejor manera de fomentar el diálogo entre recicladores, sociedad civil, empresas, y gobiernos al momento de cerrar un vertedero a cielo abierto. Al respecto concluyeron que era necesaria la voluntad política en primer lugar, empoderar a los recicladores, escuchar y tener empatía, pedir ayuda a organizaciones internacionales, y prepararse para un proceso complejo pero necesario.
Para finalizar, se abrió espacio para la participación del público asistente al taller de discusión, momento que contó con la intervención de recicladores de Nicaragua, Argentina, y Panamá. Después de escucharlos, panelistas y audiencia coincidieron en que existe una diferencia muy marcada en cuanto a cierre de vertederos a cielo abierto entre Centroamérica y América del Sur, pues los primeros siempre se ven más afectados y rara vez son tomados en cuenta en los planes de cierre. Ese es un reto que como comunidad latinoamericana de recicladores se comprometieron a trabajar.
Distintas Latitudes realiza la cobertura de los paneles y conferencias de Latinoamérica Recicla 2018.
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