Ante la crisis económica provocada por la pandemia de covid-19, el comedor y cocina comunitaria LGBTIQ+ Jackeline Sánchez, nombrado como homenaje póstumo a la lideresa trans guatemalteca, es un proyecto de la organización Red Multicultural de Mujeres Trans de Guatemala que busca mitigar una de las necesidades básicas de esta población, históricamente desprotegida por el Estado.
Allí, Bárbara Herrarte da la bienvenida y aplica un protocolo de higiene a 25 o 30 personas de la comunidad LGBTIQ+, desempleadas o en condición de calle, que diariamente reciben almuerzo gratuito. “Noto su agradecimiento y felicidad. Es reconfortante poder ayudarles”, afirma.
Mientras habla solo interrumpe el constante movimiento de sus manos para colocarse el cabello detrás de los hombros. Combina el color de sus uñas con el del maquillaje y su ropa deja ver la figura atlética que le dio la práctica del básquetbol profesional.
Su vocación por la atención al público la descubrió desde los años 80, cuando trabajaba en cadenas de restaurantes. Con 55 años, Bárbara supera por dos décadas la esperanza de vida de las mujeres trans latinoamericanas. Aunque ha vivido experiencias negativas por expresar su identidad de género, es una mujer risueña que transmite orgullo y plenitud.