“Me reía tanto que me castigaban” dice la abuela Carmen. Su nombre es Rosa del Carmen Núñez. Nació en Managua en 1928 y aunque ha caminado entre una guerra mundial, revoluciones y desastres naturales, nada supera su agitada vida.
Apenas cumplió 15 años sus padres “arreglaron” su matrimonio con un joven de 19. Lo conoció antes de besarlo en el altar, como se acostumbra aún en algunos lugares del trópico. El matrimonio- según sus familiares- fue para “protegerla” de un posible padrastro abusador. Sin embargo, su pareja resultó mujeriego y parrandero. Tuvieron seis mujeres y un varón.
En 1972 un terremoto destruyó Managua. El movimiento trastocó a su familia; Cambió a su marido por una máquina de coser para alimentar a sus hijos hasta que estos formaron sus propias vidas. Siempre fue mujer Alfa, de temperamento fuerte y decidida a superarlo todo. Ganó-en buena parte- gracias a la carcajada que suelta ante cada situación que el tiempo le presenta.
La abuela Carmen no para de caminar. Conversa con flores y reacomoda adornos del hogar. A sus 90 lava su ropa y arregla sus blusas. Ayudarla es un insulto a la independencia con la que enfrentó la vida.