Fotografía de Paula Rivera

Cuando conocí a Jed, su imagen contrastaba con la de cualquier maestro que había tenido en aquella universidad católica en la que estudié. En ese entonces, él usaba unas trenzas color aqua, largas hasta la cintura, un estilo punk/chic desenfadado y piercings en la cara.

“Estoy en todo y nada”, me dice. Más que nada está en todo: investigador semiótico, diseñador, comunicador, catedrático, creativo, precursor de Creative Mornings, experto en pop cultureconsumos y diseñador de modas. Jed Sánchez es el rey del multitasking.

Entre carcajadas recuerda cuando cosió por primera vez. Fue a un caballo. Obligado por su papá, un ranchero mexicano y con instrucciones de su mamá, una veterinaria, remendó con un hilo grueso y de la seda más fina la cabeza del animal. Años más tarde intentó usar esa técnica para estilizar su pantalón del colegio.

Jed renace en el diseño de modas. Hace cinco meses, su sueño más ambicioso cobró vida: Siete clothing. Una línea de ropa gender fluid que con telas y accesorios utilizados en mujeres se fusionan en piezas de corte masculino. El resultado: un choque visualmente placentero basado en la reinvención y la ruptura de cánones. El reflejo del mismo Jed.