Manuel Cárdenas tiene cuatro inventos ya desarrollados y dos en proceso. Tiene una empresa exitosa de 37 años de historia. Es también el primero que venderá motos eléctricas de fabricación peruana. Y cuando le pides que elija algo de lo que estar orgulloso en su vida, te dice que ser un buen padre.
Estuvo meses en la Amazonia armando y probando lo que fue el primer “peque – peque” eléctrico peruano, un navío impulsado por paneles solares. Su versión tradicional sirve de vehículo vital en zonas profundas de la selva. Con él podrá ayudar a 700 mil nativos que sufren a diario para conseguir combustible. Y en un mes sacará a la venta el primer mototaxi eléctrico peruano luego de más de seis años de desarrollo.
“Cuando no tienes algo, tratas de buscarlo, de conseguirlo o de fabricarlo” dice, mientras toca su Banco de pruebas de 1994, una máquina necesaria para su taller, que tuvo que fabricar porque no tenía 50 mil dólares para comprar uno de afuera.
Ahora piensa en las decenas de máquinas que se pueden hacer con sus motores eléctricos y dice que su más grande esperanza es tener un nieto mecánico a quién dejarle todo.