María Andrea Vignau nació en Resistencia en mayo de 1973. Hija de ingenieros, su madre programaba con ella en el útero. A los once años usaba una Home computer TI 99 de 16 Kb de memoria alojada en un instituto que enseñaba a programar a jóvenes.

La primera computadora que tuvieron en su casa fue una Commodore 128 con la que, ya entrada en la adolescencia, decidió encerrarse en el que bautizaron como su ‘Planeta’. Allí aprendía a resolver los problemas que su padre mostraba con orgullo a sus colegas.

Además de Ingeniera en Sistemas es perito para el Poder Judicial. Por sus ojos pasa la información más sensible que una persona puede soportar pero es un trabajo que “alguien tiene que hacer”, afirma.

Cuando planificó tener dos hijas decidió dedicarles gran parte de su tiempo y relegar el trabajo intenso, pero nunca la programación. Cuando no hace peritajes, se dedica a incentivar a otras mujeres a aprender código porque “el mundo se rige por la programación y es un terreno donde somos menos mujeres. Eso tiene que cambiar», dice.

Este año Marian cofundó @chicasticnea, una red de programadoras que disputa el terreno de la informática desde el Nordeste Argentino.