Tito Argüello es el verdulero de mi barrio (Hipódromo, La Plata, Buenos Aires). A media mañana, puede estar leyendo a Foucault, novelas del siglo XIX (Moby Dick, de Melville; y Guerra y paz, de Tolstoi) o directamente El Plata, la versión reducida del diario El día. Tiene pinta de mendigo, renguea y a mi novia (o a otras chicas jóvenes) les dice «señoras». A la tarde siempre está con otros hombres que se quedan a discutir sobre fútbol o carreras de caballos. Tito les hace mate.
También recibe a dos mendigos del barrio y a los nenes que le piden alguna banana que le sobre. Los mendigos y los nenes a veces también se quedan adentro de la verdulería. Tito, por las tardes, pone música: Charly García y León Gieco. Y a la mañana, bien temprano, cuando todavía nadie se levantó, dice que hace su negocio. Nunca nos aclara qué es lo que vende.