Yobaín tiene un tatuaje de él en el brazo. Se lo hizo con el mismo amor propio con el que se dedicó su tesis de licenciatura en antropología. “¿Tú eres el famoso Yobaín?”, le grita un tianguista al joven flaco, moreno, de lentes. Él solo responde con una sonrisa colmilluda y un soplido que es casi una risa.
Yobaín Vázquez Bailón es famoso en Mérida, Yucatán por muchas razones: por ser el tianguista de los letreros “Blusas de señito”, “Para los que llevan pantalones en casa” y “Orita vengo, salí a chismear”. Pero también por ser un lector que devora 33 veces más libros al año que el promedio en México; y el “escritor valiente” (como lo describieron la prensa) que en la ceremonia de un premio nacional de cuento sacó un cartel que decía: “El Estado que me premia es homofóbico, misógino y represor” frente autoridades y reporteros.
Dice Yobaín que nunca sacrificaría el tiempo que dedica en leer y escribir para trabajar y comprar una casa o un carro. En su último cumpleaños hizo el inventario de su patrimonio: “503 libros, 1 mesita de escribir, 1 carrito de súper. No quiero más”, escribió en Facebook.