Sentada en una silla que cubre su cintura, trabajando como cajera en el restaurante, La Nación del Maíz, está “Yul”. Así la llaman sus amigos. Yulia Hernández Gutiérrez tiene 21 años y es bailarina profesional. A diario, le dedica 8 horas a sus ensayos y 8 horas al trabajo. Además, se presenta en ocasiones como bailarina en conciertos del rapero mexicano Erick Alemán.
A los 15 años, decidida a entrar a la academia de danza y asumiendo el rol de mamá con su hermana menor tras la partida de su madre, se hizo una caparazón para seguir adelante y bailar. Tomar esa decisión en aquella época le dio más vida, pero le dejó una cicatriz.
Yul jamás pensó que aceptar tomar un helado con un maestro que recién conocía, le quitaría algo muy preciado. Tras sufrir un abuso y culparse a ella misma por aceptar la invitación decidió callar durante 6 años.
Ella es Yul, de tez blanca y cabello rojo, recargada por toda la energía que le da bailar. Sonríe todo el día bailando y trabajando, portando su collar de cuarzos y con la palabra AMOR tatuada en la espalda que es lo que significa el baile para ella.