Cuando surgió la idea de crear una revista electrónica que tratara fundamentalmente de temas políticos, económicos y sociales en América Latina parecía que para lograr nuestro objetivo era sólo cuestión de desearlo. Obviamente no fue así. El proyecto colectivo que tienen ante sí necesitó de imaginación, esfuerzo, dedicación, paciencia y empeño de todos los participantes. He aquí una pequeña historia.
Comienza un nuevo proyecto editorial
“El hombre se comunica” es una verdad evidente que no necesita mayor comprobación. Sin embargo, las formas que tiene el ser humano para llevar a cabo su comunicación son muy diversas. En Distintas Latitudes, decidimos que la publicación trisemanal de una revista de reflexión latinoamericana sería nuestra forma de comunicarnos con el mundo. Por afinidad e instrucción escogimos la palabra escrita como el medio fundamental para expresar nuestras opiniones y reflexiones sobre las condiciones políticas, económicas y sociales imperantes en nuestro entorno. Sin embargo, muy pronto surgió la duda: ¿cómo escribir? Decidimos que no sería una revista con pretensiones académicas, no a los textos largos, pesados y difíciles de seguir; pero tampoco queríamos caer en el juego de las opiniones fáciles y sin sustento, y mucho menos en una labor de mera descripción informativa, sin análisis ni razonamiento de los hechos o circunstancias presentes en nuestros países. Así pues, concluimos que los textos que presentaríamos serían básicamente ensayos de opinión, bien informados y documentados, que acercaran a nuestros lectores a los distintos problemas, aspectos y eventos existentes en América Latina, tanto en sus partes como en su conjunto. Luego vino una segunda disyuntiva: ¿revista impresa o electrónica? Esta fue más fácil de resolver: en el afán de llegar a un público lo más numeroso y amplio posible decidimos echar mano de las herramientas tecnológicas a nuestro alcance y crear una publicación electrónica en la que pudieran participar –leyendo, escribiendo y debatiendo, desde distintas latitudes y con diversos enfoques- jóvenes latinoamericanos interesados en las áreas de ciencias sociales y humanidades.
“Estamos inmersos en la era de la información” escuchamos a menudo, como si de un axioma se tratara, debido a que cada vez mayores cantidades de datos y noticias se mueven de un modo increíblemente veloz de manera virtual y ya no únicamente en forma física. Pero aún cuando la información está –aparentemente- al alcance de nuestras manos y a tan sólo unos cuantos clicks de nuestras mentes, no siempre es tan obvio qué hacer con ella. Las posibilidades son enormes. En nuestro caso, bajo la pregunta “¿qué está sucediendo en América Latina?”, hemos decidido buscarla y compartirla. Es evidente que la información es un recurso valioso y estratégico que puede marcar la diferencia a la hora de tomar decisiones fundamentales, sobre todo en estos tiempos de crisis globalizada. Así pues, este proyecto nació con varios objetivos inmediatos y una esperanza futura: informar y conocer cuáles son los principales problemas que padecen cada uno de nuestros países, en particular, y entender los desafíos que enfrenta la región, en general; estar al tanto de cómo lucha cada país contra la pobreza, la desigualdad, la corrupción, la inseguridad, etcétera, e identificar qué sí ha funcionado y qué no; promover un debate respetuoso y bien documentado sobre los distintos movimientos políticos y sociales que se viven actualmente en diversas partes del continente; identificar nuestras principales diferencias, así como recordar aquello que nos une y nos identifica como latinoamericanos; todo con la intención final de que, al conocernos y aceptarnos, escucharnos y entendernos, comunicarnos e identificarnos, podamos lograr una integración latinoamericana más sólida, clara y permanente. Ojala así sea.
Sobre el primer número
En noviembre del año pasado tuve la oportunidad de asistir a una conferencia impartida por Alicia Bárcena, directora del Centro de Estudios Para el Desarrollo en América Latina (CEPAL), que trató sobre el origen de la crisis financiera internacional y sus posibles impactos en América Latina. Casi al finalizar su participación, Bárcena lanzó un exhorto a los ahí presentes: “atrévanse a conocer jóvenes, sepan qué es lo que está ocurriendo en otros países e infórmense sobre lo que están haciendo otros gobiernos para enfrentar esta crisis de dimensiones nunca antes vistas.” Fue en ese momento, en pleno clímax informativo sobre la crisis financiera internacional, que nació la idea de juntar jóvenes de varios países de América Latina para conocer y analizar cómo un mismo evento -la crisis- afectaba a diferentes sectores, de distintas maneras y en diversos niveles, a cada país de nuestra región. El proyecto comenzó y tomó vuelo por sí solo hasta desembocar en la revista electrónica que tienen ante sí. Aunque hemos decidido ir mucho más allá de un solo tema, en este primer número –haciendo eco de las palabras de Alicia Bárcena- presentamos un texto sobre el origen de la crisis financiera internacional, así como un panorama sobre lo que está sucediendo en algunas economías latinoamericanas (Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Haití, México y Venezuela), además de ensayos sobre lo que ocurre con este mismo problema en otras partes del mundo (Alemania, España, Japón y Rusia). Encontrarán también un ensayo sobre el impacto de la crisis económica en la producción cultural, y otro más sobre la pérdida de confianza en aquel mundo que suponíamos dirigido por seres altamente inteligentes: el sistema financiero. Tenemos además el honor de contar con un texto de Gerardo Esquivel, doctor en economía por la Universidad de Harvard, quien escribe sobre el impacto de la crisis económica en la región. Para aquellos que gustan de la imagen como forma de expresión, hay también un pequeño foto-reportaje sobre los escenarios de la crisis que tienen los mexicanos en su día a día. Y finalmente, con la intención de no dejar de lado un aspecto tan importante para nuestra cultura como es la literatura, encontrarán también dos reseñas de autores iberoamericanos que sería interesante leer. Llegado a este punto, no me queda sino reconocer su interés, lector, lectora, y espero que más allá de distancias y contrastes, este proyecto sea de su agrado y conveniencia. Desde la Ciudad de México, muchas gracias.