Grettel Montes de Oca, bailarina cubana, conversó sobre su iniciativa de proteger animales callejeros en La Habana.
Hay una imagen que para Grettel Montes de Oca se ha vuelto común: al salir de casa, en el Nuevo Vedado, La Habana, Cuba, se encuentra a algún animalito abandonado en el umbral de su vivienda o en la esquina siguiente. En ese momento inicia un proceso que puede durar días o meses: lo atiende, lo coloca en un hogar temporal, lo esteriliza y le busca una adopción responsable. Pero mientras ella hace la primera intervención, su móvil no para de sonar, mensajes, llamadas, avisos sobre otros animales abandonados, maltratados, que necesitan ayuda. Así arrancan y terminan sus días.
Grettel es bailarina profesional de Danza Contemporánea y se convirtió en protectora de animales desde hace 10 años. Desde 2012 inició su activismo, cuando participó en la fundación de PAC (Protecciones de Animales de la Ciudad), grupo del que formó parte hasta 2016. Cuando salió de PAC, junto con otros voluntarios, fundó CeDA (Cubanos en Defensa de los Animales), un proyecto sociocultural y humanitario que trabaja para disminuir las poblaciones callejeras de perros y gatos en La Habana; además de crear campañas educativas y de concientización para erradicar la violencia contra los animales.
Para conocer la historia y retos a los que se enfrenta este proyecto, conversamos con Grettel Montes de Oca (La Habana, Cuba, 1972), una bailarina que quiere eliminar la crueldad animal en Cuba.
¿Cómo surge CeDA?
CeDA —acrónimo de Cubanos en Defensa de los Animales— es una iniciativa de la sociedad civil que surge por la necesidad de protección hacia los animales, porque en Cuba no hay una ley que los ampare. Dirigimos el trabajo hacia la disminución de las poblaciones callejeras de perros y gatos, de adopción responsable, e iniciativas educativas para contribuir para disminuir la violencia hacia los animales.
¿Cuáles son las principales labores que realiza esta red y en qué partes de Cuba operan, cómo se sustentan?
La labor principal de CeDA es el rescate de animales abandonados, perros y gatos callejeros, buscarles un hogar de tránsito o temporal, que siempre son hogares voluntarios; la adopción responsable; las campañas de esterilización, las cuales hacemos dos, tres o hasta cuatro mensuales, donde se esterilizan entre 20 y 35 animales aproximadamente, perros y gatos, hembras y machos, y el trabajo educativo en el que ponemos un énfasis muy grande.
El trabajo educativo está dirigido fundamentalmente hacia niños y adolescentes porque en Cuba hay mucha violencia contra los animales, hay mucho maltrato a nivel general. Hemos tenido muchos casos de niños y adolescentes que maltratan animalitos en las calles, y como no hay una ley de protección pues no pasa nada. Hacemos ferias de adopciones mensuales, campañas de concientización, repartimos mensajes positivos en las calles en diferentes zonas de La Habana, aunque se han hecho cosas en diferentes provincias del país.
Para realizar estas acciones trabajamos con ciudadanos sensibles y/o protectores de animales los cuales colaboran ofreciéndose para su cuidado y alimentación hasta la recuperación y/o adopción.También trabajamos con veterinarios de distintas clínicas municipales para realizar la esterilización de los animales.
CeDA sobrevive y trabaja, por supuesto, gracias a las donaciones de cualquier tipo y cualquier persona dentro y fuera de Cuba. Donaciones voluntarias de alimento hasta dinero para poder trabajar, porque absolutamente necesitamos dinero para todo, desde una operación, ya sea ortopédica o una esterilización, un tratamiento médico, transportación, ayudar a las personas que mantienen a un animal por un tiempo.
Estamos abiertos a cualquier persona que quiera ayudar. El Estado cubano no nos apoya, no recibimos ayuda estatal. La información de los ingresos de CeDA así como el destino y uso de las donaciones está siempre accesible para el que muestre interés en la misma y puede ser auditada.
¿Cuántos animales han rescatado?
Es algo bien complicado. Los datos cambian constantemente. Hay muchos animalitos semanalmente en las calles. Pero puedo decir que entre junio y diciembre del 2016, en nuestros seis primeros meses de trabajo, logramos ayudar a 612 animales, de ellos 96 perros y gatos fueron rescatados, 234 fueron ubicados en una familia, se esterilizaron 48 animales, se realizaron 4 jornadas de desparasitación en las calles, 6 jornadas callejeras de concientización y 1 feria de adopción.
¿Por qué es importante crear en los cubanos una cultura sobre la protección animal?
En Cuba se está luchando por una ley desde hace más de 30 años. Es decir, que no somos los primeros que hacemos esto. Hay muchas personas que han luchado, que se han muerto y que desgraciadamente no han visto su sueño hecho realidad. El tema de la ley de protección es vital, es lo más urgente e indispensable, porque sin una ley no podemos parar las injusticias que se cometen a diario con los animales; no hay manera. No tenemos protección no sólo para los animales, sino para nosotros, los protectores, de ningún tipo. El movimiento animalista en Cuba se ha fortalecido en estos dos últimos años, ya hay gente creando equipos y grupos de trabajo por toda la isla y eso es muy importante porque es un movimiento que está adquiriendo fuerza y eso se nota.
Partimos de evidencias de que el maltrato de los animales es otra arista de la violencia social.
¿Por qué el maltrato animal se ha vuelto un problema en Cuba que requiere atención?
En Cuba no hay cultura de protección animal, no ha habido un interés real, nunca, por la protección de la naturaleza y de los animales; entonces, por supuesto, que es una labor bien fuerte, diaria, y de mucho tiempo, de trabajo educativo en los niños y en los jóvenes para crear conciencia y sensibilidad en cuanto al trato con los animales, en el respeto.
Una persona violenta hacia un animal también lo será con una mujer, un niño o un anciano. CeDA se incorpora a la lucha por una sociedad sin violencia no solo creando conciencia en las calles sobre problema del maltrato hacia los animales, sino que también nos unimos al reclamo general de la necesidad de que, dentro de la reorganización de nuestra sociedad, se redacte y apruebe finalmente una ley o decreto-ley que proteja a los animales de prácticas y conductas deshumanizadas y vergonzosas, dándole un marco legal a los ciudadanos para combatir estas acciones penosas y desmoralizantes, generadoras a su vez de más violencia.
Me gustaría decir una frase, que la repito muchas veces, porque creo que es la esencia de lo que estamos haciendo, de lo que es el respeto a los animales. Es una frase de Mahatma Gandhi. “Un país, una civilización, se mide por la manera en que son tratados sus animales”.
¿Qué momento te ha causado más impotencia, coraje o dolor?
Me causa mucha tristeza, sobre todo, y mucho dolor no poder hacer nada por un animalito. Hoy mismo vi dos casos de perras recién paridas en la calle; una de ellas con la piel mal, con un golpe en una pata, a los cachorros no los encontré, no sé si ella los escondió, si los mataron, si los vendieron, es algo bien fuerte, y la perrita por toda la calle buscando comida. Es bien duro. Eso pasa a diario.
¿Alguna memoria de tu primera mascota?
Mi primera mascota fue una gata negra que justo este año está cumpliendo 12 años. Vive conmigo. Se llama Lama, como el Dalai Lama, creo que por eso ha tenido tanto tiempo de vida. Fue mi primera gatita, la rescaté de una calle en la que creo que estaba en peligro, parecía que los vecinos del barrio la querían envenenar. Desde entonces, la mayoría de los animales que tengo en mi casa son rescatados. Tengo ahora mismo en mi casa 50 gatos rescatados y 5 perros, y no es porque me guste más uno que otro, sino porque el barrio está sobrepoblado.
¿Cómo conjugas la danza con tus labores en CeDA?
La que se ocupa de mis animales la mayor parte del tiempo es mi mamá. Vivimos juntas. También soy bailarina de danza contemporánea, me gusta el performance; soy profesora de la Universidad de las Artes, del tercer año de la Facultad de Danza, estoy haciendo un curso especial con el cual ya me gradúo este mes. Hago clases privadas de pilates, combinado con yoga. En 1991 fundé la Compañía Danzabierta. Pero el mayor tiempo de mi vida es dedicado a CeDA
Pienso que la danza y los animales sí tienen mucha relación, porque todos somos naturaleza. Nosotros como humanos somos solo una parte de ese planeta, no somos los únicos, estamos rodeados de seres maravillosos, seres vivos que merecen respeto también. Y creo que se estrecha el lazo porque los artistas también tenemos una sensibilidad mucho mayor para muchas cosas.
¿Hablas con los animales?
Sí hablo con los animales. Toco mucho a los animales, toco hasta los animales callejeros, lo cual también es un peligro, un poco arriesgado, pero realmente siento que con la energía con la que me acerco a ellos, ellos sienten eso; lo perciben de una manera muy positiva. Y sí los toco mucho y sí hablo mucho con ellos, les digo lindos, que los quiero. Me relaciono con ellos de una manera que va mucho más allá de lo físico, tiene que ver más con lo espiritual. Siento a veces que la misión en mi vida es ésta: rescatar animales y defenderlos.
Si pudieras ser un animal, ¿cuál serías?
Este mundo es muy rudo, muy crudo. La realidad que estamos viviendo en este planeta es un caos. No creo que hubiera querido ser algún animal, creo que ya con ser humano, supuestamente pensante, tengo demasiado. Aunque en un mundo ideal e imaginario me hubiera gustado ser un animal en total libertad. Hay amigos que me comparan con una ardilla porque soy muy activa, ando de un lado para otro y me gusta hacer cosas todo el tiempo. Pero a mí me gustan muchos animales: los elefantes, algunas aves, algunos insectos, los felinos.