¿Sobrevivirá la televisión a la llamada “revolución digital” ?, ¿cómo debe adaptarse el medio para sobrevivir y mantener audiencias ante el auge de los medios digitales? Esos fueron los ejes de discusión en la primera mesa del segundo día del sexto Foro Latinoamericano de Medios Digitales y Periodismo, titulada “La televisión en el tiempo digital”, mesa hecha en conjunto con Periodistas Latinos de California.
En la mesa participaron Sebastián Agudelo, presentador y periodista de Teleantioquia (Colombia), Marco González, de Televisión Estrella, el tercer canal hispano más visto en Estados Unidos, el periodista y politólogo Mario Campos (México), Mónica Molina, productora ejecutiva de Boomdog (México), y fue moderada por Wil Avila de NBC Los Ángeles Digital.
De acuerdo con Agudelo, Facebook y otras plataformas sirven como un medio importante para difundir información, en especial teniendo en cuenta que actualmente muchas personas toman el celular al despertar, al almorzar, y revisarlo es lo último antes de irse a dormir.
Desde su experiencia en Teleantioquia, el canal más visto de la TV pública en Colombia, Agudelo dijo que parte de lo que debe hacer la televisión para adaptarse es convertir lo viral en noticia, convertir ese video muy compartido en una historia.
Por su parte, González dijo que en Televisión Estrella muchos de los periodistas son jóvenes mucho más involucrados en las redes sociales. Dijo que mucho de lo que hacen en el uso de redes es adelantar las noticias para llamar a la sintonía, no transmiten el material completo.
El periodista Mario Campos puso sobre la mesa que para él lo fundamental es que hay que comprender que se cambió la manera en la que se consume, se produce y se distribuye la información.
“Ya no hay horarios ni plazos fijos. No hay que producir para el aparato, sino producir para dónde la gente lo quiera consumir (TV, computadora, teléfono). No hemos terminado de determinar cuáles son las reglas de juego. Hay que encontrar la forma de que lo digital sea un negocio tan grande cómo lo fue en su momento la información”, dijo Campos.
A su vez, Mónica Molina dijo que en su vivencia el lenguaje muy formal se está quedando atrás. Los medios tradicionales lo siguen usando, pero los nuevos medios ya no lo están haciendo. Y para ella eso es muy importante de tomar en cuenta.
“Antes hacía programas en los que no había feedback inmediato de la audiencia, ahora eso es alucinante. Los formatos cambian por los tiempos y la vigencia de los contenidos en la red”, dijo Molina.
Dentro de esta discusión Agudelo señaló que él no se puede hablar de una transición de la TV a los medios digitales.
“¿Pasamos de la TV al medio digital, o “compartimos la torta” con el medio digital? Lo que se hace es migrar o compartir unos espacios periodísticos o de información”, dijo Agudelo. Para él el peligro de las redes sociales es que la gente comparte todo lo que le llega sin verificar.
Monica Molina explicó el ejemplo del programa de Chumel Torres, con quien ella trabaja. La posibilidad de convertir la noticia en algo gracioso enriquece el contenido y permite llegar a más personas. Además, ella aseguró que no se dice nada que no sea cierto o que se pueda poner en duda en el programa.
“Lo formal de la información con idioma ligero es una gran fórmula. Migrar tele análoga a digital no es solo la parte técnica”, dijo Molina.
Sin embargo, Mario Campos expresó se preocupación por el exceso de interés en solo llegar a más audiencias. Para él, la preocupación no debe ser solo maximizar audiencias.
“Si nuestra única preocupación es eso nos aleja de contenidos de más calidad. Debemos agregar una variable: cómo hacemos periodistas más influyentes”, dijo Campos.
Molina no estuvo de acuerdo. Para ella, llegar a las audiencias no tiene que ver con los temas qué se tocan.
“Hicimos un programa sobre deuda pública que tuvo más de un millón de views, el tema de la homofobia lo convertimos en el costo económico. Tiene más que ver con el lenguaje”, dijo Molina.
En este sentido del lenguaje y cómo llegar a la audiencia joven, Mario Campos dijo que se construye una caricatura de los millennials.
“Con ellos se puede hablar de lo mismo que con cualquiera, lo que cambia es el lenguaje, como cualquier generación. Se pueden contar temas de peso de forma ligera. El rigor no tiene que ver si lo dices con corbata o sin corbata. El reto es no simplificar en exceso los temas”, concluyó.