La investigación de los Panama Papers dio de qué hablar en el mundo entero, y América Latina no fue la excepción. Sin embargo, más allá de los casos de posible elusión fiscal o lavado de dinero, la investigación y la filtración abrieron un debate sobre los dilemas éticos y periodísticos que el caso implicó.
Este fue el tema de la primera mesa del 5to Foro de Medios Digitales y Periodismo, que se inauguró esta mañana en la Ciudad de México.
Bajo la moderación de Ignacio Rodríguez, director de Emeequis (México), en la mesa se abrió una discusión en torno a las críticas que generó esta investigación: la sensación que dejaron de que no hubo un trabajo suficientemente diligente para distinguir si cualquiera que hubiera usado los servicios del bufete incurrió en un ilícito, y era necesario exhibirlo como si hubiera estado infringiendo la ley.
Carlos Eduardo Huertas, director de Connectas (Colombia) dijo que desde su medio, se establecieron tres criterios para decidir qué se publicaría de lo encontrado en la base de datos de la filtración: (1) los casos donde existía algún ilícito claro, (2) los casos relacionados con las conversaciones entre Panamá y Colombia por transparencia fiscal, pues había panameños que eran parte del diálogo y estaban involucrados en este esquema, (3) personas con alto perfil público, con los “disclaimer” de que el estar en la lista no significaba que se cometiera un ilícito.
Al respecto, Fabiola Torres, periodista y editora de Ojo Público (Perú), en su país los Panama Papers salieron en época electoral presidencial. En una de las primeras historias se sacaron a candidatos presidenciales y una de las críticas fue que se incluyeran algunos candidatos y no a otros, pues la gente sentía que se ocultaba información con algún propósito.
Torres señaló que una de las historias más leídas y controversiales en Ojo Público, fue sobre los chefs, teniendo en cuenta el “boom gastronómico” en Perú, y el grupo más importante de chefs del país estaba mencionado.
“Se estaba generando mucho dinero y los chefs estaban descontentos con las tasas impositivas del Perú y no querían pagar, y eso estaba claro en los correos. Para nosotros eso era de interés público. Buscamos a los chefs para que nos explicaran. Aunque era legal, se entendía que estaban buscando eludir impuestos. Hay un esquema que está permitiendo que se eluda impuestos. La historia abrió un debate interesante y nos parece que fue oportuno sacarla”, dijo Torres.
Por su parte, Salvador Camarena, de Mexicanos contra la corrupción, señala que hay que enmarcar los Panama Papers en un proceso de muchos años de sociedades desiguales, con élites que concentran riquezas. Y, dentro de esta concentración, está el ocultar riquezas, por lo cual la ciudadanía tiene derecho a saber.
Sobre la sensación de que la investigación no ha generado consecuencias, Camarena señala que esto no es el del todo cierto. En el caso Mexicano, se han recuperado unos USD$20 millones de lo que pasó en Panama Papers.
En el caso colombiano, Huertas dijo que las autoridades colombianas ha recaudado más de USD$100 millones y ha identificado grandes fortunas en Panamá.
“Sí quedamos satisfechos. Fue efectiva, porque demuestra casos de corrupción prolongada. Hay un esfuerzo que debe hacerse de fortalecer la investigación”, dijo al respecto Sebastián Barragán de Aristegui Noticias (México).
“Se ha vuelto más difícil para los amigos de Peña Nieto hacer lo que creemos que hacían. Se hará más difícil para los periodistas encontrar esa información”, agregó Camarena.
Desde la audiencia de la mesa, surgió la pregunta de por qué no se investigaron las motivaciones de la fuente que divulgó la información.
“Estábamos muy entretenidos con la información. No sabemos quién es la fuente. Se ha trabajado con el anonimato de la fuente. Ni el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación sabe quién es. Siempre hay que preguntarse por la intenciones de la fuente, pero sí la información es verdadera, debe pasar a trámite periodístico”, dijo Huertas.
A pesar de que, como menciona Fabiola Torres, hay limitaciones que impiden seguir los dineros ilícitos, y el gobierno peruano retiró apoyo a una ley contra el fraude fiscal, y que incluso los Panama Papers generaron un negocio para las consultoras que ahora trabajarán en ocultar mejor este tipo de casos, en general esta investigación abrió un nuevo panorama para las investigaciones periodísticas “glocales” (globales y locales).