Periodistas de toda Centroamérica y del resto del continente se concentran del 9 al 14 de mayo en San Salvador (El Salvador), en un evento que se ha convertido casi en obligatorio en las agendas anuales de quienes ejercen esta profesión.
El Foro Centroamericano de Periodismo (Foro CAP), organizado por el medio digital El Faro, arrancó la noche de este lunes 9 con una profunda discusión sobre la impunidad en Centroamérica, que a su vez está marcada por constantes e históricas violaciones a los derechos humanos.
En un auditorio repleto, y con el foco puesto en el caso guatemalteco, Iván Velásquez, integrante de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) y Claudia Paz y Paz, ex Fiscal General de ese país, moderados por el director de El Faro, José Luis Sanz, explicaron, desde su experiencia, las complejidades pero también los éxitos en la lucha contra la impunidad.
Velásquez fue parte del equipo que investigó el caso de “La Línea“, que llevó a la caída del presidente Otto Pérez Molina, mientras que Paz y Paz llevó adelante el juicio por genocidio contra el exdictador guatemalteco Efraín Ríos Montt.
Ambas figuras coinciden en que juzgar o sacar del poder a una determinada figura política no debe verse como el fin en sí mismo de la lucha contra la impunidad. Esta lucha debe hacerse en contra de las estructuras que han tenido cooptados a los estados.
Sacar del escenario político a un personaje no garantiza que el sistema cambie de verdad, dijo Iván Velásquez, integrante de la Cicig.
Por su parte, Paz y Paz considera que los casos La Línea y el juicio contra Ríos Montt -aunque después fue anulado- son pasos en la dirección correcta en la lucha contra la impunidad en el caso guatemalteco.
En Centroamérica, como en toda América Latina, esta lucha es una labor que tiene muchos pendientes. El concepto engloba el enjuiciar y acabar con las olas de asesinatos, frenar el avance del crimen organizado, detener la corrupción, y hacer justicia en crímenes del pasado. El periodismo, cuando está bien hecho, puede ser un aliado en estos frentes. De lo contrario, puede convertirse solo en ruido en el mar de información que inunda el mundo actualmente.
Finalmente, Iván Velásquez enfatizó un punto importante. El gobierno de Guatemala pudo haber expulsado a la Cicig si hubiera querido y así frenar parte de las investigaciones que terminaron con la renuncia y encarcelamiento de los cargos más altos del país. Sin embargo, la presión ciudadana hizo esa alternativa inviable. Decenas de marchas, plazas llenas y exigencias ciudadanas lograron que la Cicig continuara su labor. Por ello, es vital el papel de una ciudadanía informada e involucrada en los asuntos públicos.
Pero Paz y Paz, integrante además del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) que realizaron un informe sobre la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, hace un matiz relevante: la voluntad política y la presión ciudadana tienen que estar alineados. A pregunta expresa sobre si una mayor presión ciudadana en 2015 y 2016 hubiera obligado al gobierno mexicano encabezado por Enrique Peña Nieto a extender el trabajo del GIEI en México, Paz y Paz respondió categórica: “el gobierno no tenía la menor intención de que siguiéramos colaborando”.
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