Distintas Latitudes platicó con José Luis Chicoma sobre las estrategias que se utilizaron en México para vencer a la industria de los alimentos procesados y aprobar los etiquetados claros de alimentos. Lo presentamos a manera de manual para derrotar empresas contaminantes en otros lugares de América Latina.
En México se aprobó un dictamen para que todos los alimentos y bebidas lleven un etiquetado frontal para advertir si el producto tiene un alto contenido en azúcares, sodio, grasas, etcétera. El debate alrededor de la iniciativa se centró en materia de salud y los etiquetados claros han sido aplaudidos por organizaciones como Unicef. Sin embargo, la sociedad civil y organizaciones que trabajaron por llevar adelante el proyecto, agrupadas en la Alianza por la Salud Alimentaria, derrotaron a empresas contaminantes y poderosas.
¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? La industria de alimentos procesados fue la principal interesada en hacer cabildeo para que el dictamen no se aprobara. Esta industria, independientemente de sus impactos en la salud de las personas, también es altamente contaminante. Por ejemplo, para hacer un litro de soda o refresco, se utilizan 15 litros de agua. Esto ha ocasionado serios problemas cuando el agua utilizada para producir sodas y refrescos proviene de áreas propensas a la sequía, lo cual empeora los problemas de agua en regiones pobres. Algunas fábricas han sido cerradas por problemas de contaminación cuando descargan sustancias tóxicas en el ambiente. Además, empresas como Coca-Cola, Nestlé y PepsiCo han sido señaladas en estudios como las principales contaminadoras por plásticos en el mundo.
José Luis Chicoma es el director ejecutivo la think thank Ethos Laboratorio de Políticas Públicas. Desde ahí, siguió muy de cerca el trabajo que realizó la Alianza por la Salud Alimentaria con la propuesta de etiquetados claros. En la revista Emeequis, Chicoma escribió que la aprobación de la iniciativa en la Cámara de Diputados fue sorprendente debido a que la industria de alimentos procesados tiene muchos recursos para lograr sus metas. Cuentan con personal muy eficiente para hacer relaciones públicas con funcionarios, políticos y líderes de opinión. También destinan muchos recursos a instituciones académicas y científicas que producen documentos favorables a sus posiciones. Pese a todo este poder, esta vez la industria fue derrotada.
Distintas Latitudes platicó en entrevista con José Luis Chicoma sobre las estrategias que se utilizaron para vencer a la industria de los alimentos procesados y aprobar una iniciativa en beneficio de la salud de las personas. Lo presentamos a manera de manual para derrotar empresas contaminantes.
Primer paso. Forma una coalición de sociedad civil fuerte y organizada
a) Busca organizaciones de la sociedad civil que tengan experiencia en batallas legislativas y puedan enseñarte de su experiencia. La Alianza por la Salud Alimentaria está conformada por organizaciones de la sociedad civil como El Poder del Consumidor, ContraPESO, Salud Crítica, entre otras. Son organizaciones que han trabajado desde hace tiempo por diferentes temas de salud y alimentación. Han enfrentado derrotas, han aprendido de ellas, y han afinado sus estrategias.
b) Que a tu alianza se sume la academia. En la Alianza mexicana la representó, por ejemplo, el Instituto Nacional de Salud Pública y el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición. (Más información en el tercer paso).
c) Si es posible, también consigue el respaldo de organismos internacionales. Los etiquetados claros de alimentos en México también los respaldaron varios organismos internacionales como Unicef, la OPS y la FAO.
d) No olvides las alianzas con representantes del gobierno. Algunos organismos gubernamentales que se unieron en el caso mexicano fueron la Secretaría de Salud, La Secretaría de Economía, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios, y la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural. (Más información en el segundo paso).
Segundo paso. Busca alianzas con legisladores y servidores públicos
a) Un cambio de administración es un momento del cual puedes sacar ventaja. A partir de diciembre de 2019, con la nueva administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, hubo cambios en los organismos de gobierno y cambio en el congreso. Los miembros de la Alianza se acercaron a legisladores nuevos incluso antes de que asumieran sus cargos para hablarles de los etiquetados claros. Esto también permitió que los cabilderos de la industria no tuvieran tiempo para convencer a legisladores. También tenían mayor disposición a escuchar a todas las partes involucradas, no solo a la industria y sus cabilderos. El comité técnico de la NOM051, que está encargado de la parte más operativa, es un comité bastante plural. Lo conforman miembros de la industria, pero también de sociedad civil, la academia y servidores públicos independientes. José Luis Chicoma cree que al principio de cada administración hay una ventana de oportunidad para sacar mayores reformas adelante, las cuales pueden ser un poco más progresistas.
Tercer paso. Ármate con argumentos irrefutables
a) En este paso apóyate en tus alianzas con la academia. La participación del Instituto Nacional de Salud Pública, el Instituto de Ciencias Médicas y Nutrición, Unicef y la OPS, le dieron sustento académico y científico a la propuesta de etiquetados claros de alimentos en México. Por ejemplo, el Instituto Nacional de Salud Pública publicó un estudio en 2011 donde se establecía que estudiantes de nutrición tienen dificultades para entender los etiquetados actuales. Para entenderlos requerían de hacer cálculos y por lo menos seis minutos.
b) Prepárate para los “argumentos” de las industrias contaminantes. Un argumento que la industria de alimentos procesados utilizó en el caso mexicano fue que no existía evidencia de que los etiquetados claros tuvieran un impacto sobre la obesidad, diabetes o sobrepeso. Otros países de América Latina que han optado por etiquetados similares tienen poco tiempo de haberlos implementado. Por esta razón no se puede medir aún su impacto. Sin embargo, México tiene una emergencia de diabetes, sobrepeso y obesidad, lo cual amerita que se tomen decisiones urgentes. Otro argumento de la industria era que no era posible adoptar una estrategia extranjera sin considerar las características particulares y culturales en México. Pero la misma industria se comporta de manera muy similar en todo el mundo y por lo tanto se necesitan estrategias similares para regularla.
c) Acota la propuesta lo más posible. Esto hará la batalla más fácil de ganar. La propuesta legislativa en México estuvo muy acotada. Se pudo haber propuesto una ley mucho más amplia de alimentación saludable. Sin embargo se acotó únicamente al tema de etiquetados claros.
Etiquetado de alimentos en el resto de América Latina
Perú es un país que también ha implementado etiquetados claros de alimentos. José Luis Chicoma es peruano y contó su experiencia a Distintas Latitudes. “Ir a un supermercado y ver todos los productos con etiquetados que uno creía que era saludables o se vendían así, y realmente no lo son. Eso cambia las decisiones de consumo y lo hace de manera inmediata. Es muy rápido, casi instantáneo. […] Realmente es muy temprano pero hay encuestas que dicen que la mayor parte de los consumidores lo está tomando en cuenta para sus decisiones de consumo”.
José Luis Chicoma cree que el diseño de etiquetado que se aprobó en México va a ser el más sólido a nivel global. Además, está convencido de que “si en México se implementa a partir del próximo año, va a caer como fichas de dominó en todo el mundo”.
Haz click en los puntos del mapa para ver los países de América Latina que también tienen etiquetado claro de alimentos.
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Diseño e ilustraciones: Alma Ríos