Amanda Dias lanzó Grana Preta para promocionar un cambio económico en la vida de las personas negras y mestizas de Brasil. Ahora, con un lenguaje atractivo y sencillo, las capacita para que aprendan a planear una jubilación segura, a hacer reservas de emergencia, a ahorrar, a trabajar con aplicaciones de bancos y hasta a invertir en la bolsa de valores, conocimientos históricamente negados a la población negra brasileña.
En el portugués brasileño, grana significa dinero y preta es el color negro. La mezcla de estas dos palabras dio vida, en 2019, al proyecto Grana Preta, gestionada por Amanda Dias, una de esas mujeres admirables que, cuando habla, deja inmóviles y atentos a quienes le escuchan.
Amanda tiene 28 años de edad, vive en la ciudad de Salvador, en el estado de Bahía (Capital con mayor índice de población negra fuera de África) y tiene formación en educación financiera. Después de revisar datos y hechos históricos, se dio cuenta de que aunque la población negra y mestiza, que es más de la mitad de la de Brasil, inyecta mucho dinero en la economía circular, al final vive por generaciones cerca de la línea de pobreza. Por eso decidió empezar Grana Preta, un proyecto dedicado a promocionar un cambio económico en la vida de estas personas.
Ahora, con lenguaje atractivo y sencillo, Amanda capacita a personas negras de todo Brasil a través de las redes sociales para que aprendan a planear una jubilación segura, a hacer reservas de emergencia, a ahorrar, a trabajar con aplicaciones de bancos y hasta a invertir en la bolsa de valores, conocimientos históricamente negados a la población negra de Brasil.
Hicimos una entrevista con Amanda para hablar sobre todo esto. Además de rescatar cifras, nos explica la realidad financiera de los brasileños de acuerdo con sus condiciones de raza, sexo y clase social.
¿Por qué la población negra brasileña necesita aprender sobre finanzas?
Creo que la población negra brasileña necesita y debe aprender más sobre finanzas. La capacidad de gestionar el dinero forma parte de un conjunto de valores fundamentales de algunas poblaciones africanas tradicionales, como los Yorubá, uno de los pueblos que llegaron esclavizados a Brasil. Es de ahí de donde los negros brasileños heredan muchas de sus formas de hacer las cosas. Necesitamos aprender sobre la buena gestión financiera como un principio importante para la longevidad de las personas.
La mayoría de los micros y pequeños empresarios son negros, en su mayoría mujeres negras. Estas personas compran, consumen y venden también a diario. Ya existen estudios que demuestran que somos la población que más inyecta dinero a la economía, porque consumimos 1.7 billones de reales (casi 322 millones de dólares estadounidenses) de nuestros propios ingresos, pero al mismo tiempo somos la población que más vive en condiciones de vulnerabilidad.
Por lo tanto, saber educarnos en relación a este consumo y al manejo del dinero es fundamental para que estas personas puedan revertir todo ese racismo estructural que las coloca en la parte menos favorecida de la pirámide económica de Brasil. También, para que puedan sobrevivir o vivir con mayor calidad de vida.
¿Puedes ejemplificar las principales diferencias económicas entre negros y blancos en Brasil?
Estas diferencias se explican a partir de la historia. Primero, tenemos una población que trabajó durante siglos sin recibir nada por este trabajo. Luego, cuando fue “liberada”, tampoco tuvo acceso a derechos fundamentales para su propio desarrollo.
En Brasil existieron durante mucho tiempo leyes y normas que impedían el acceso de la población negra al dinero. Estaba la prohibición de comprar tierras, de recibir cualquier herencia, de tener dinero o reserva financiera a su nombre. El Estado se permitía tomar cuantías cuando un negro iba al banco con algo de dinero acumulado o una herencia.
También está el ejemplo de Caixa Econômica Federal, un banco con una propuesta más popular, para que los pequeños burgueses y comerciantes pudieran acumular dinero en ahorros. Algunos esclavos libertos pudieron crear cuentas en estas sucursales, hasta que quebró todo el sistema bancario brasileño, incluyendo la Caixa.
El dinero de estos pequeños comerciantes y empresarios blancos les fue devuelto, pero no así el de los titulares negros de cuentas. Los registros se quemaron para que no pudieran recuperar esta deuda que Caixa contrajo con estas poblaciones. La eliminación financiera de estas personas comienza a partir de ahí.
También existió una ley que prohibía que los niños negros accedieran a la educación básica. Por eso esta población, que ha estado privada de actividades educativas y, posteriormente, de ingresar al mercado laboral, tiene hasta ahora tanta dificultad para lograr un sueldo regular y la emancipación financiera.
Amanda Dias es el cerebro detrás de Grana Preta, un proyecto dedicado a cambiar la vida económica de población negra y mestiza de Brasil.
Eres mujer, negra y joven. ¿Cómo lograste tu emancipación financiera? ¿Te consideras autodidacta?
Yo soy la primera de mi familia que ha podido apenas estudiar en la juventud. Creo que esa oportunidad, que no tuvieron mi abuela, mi padre y mi madre, porque tenían que trabajar desde temprano, me ha proporcionado muchas más oportunidades. Y sí, yo también me considero autodidacta. Además de todo el estudio formal, como mujer negra hago también un rescate completamente autodidacta de mi historia y de los aportes que hicieron mis ancestros para la construcción histórica de la sociedad brasileña.
Todo el contenido producido por mí en Preta Grana es parte de esta experiencia. No presento solo lo que estudié en cursos y certificaciones sobre mercado financiero, sino también otras vivencias e investigaciones que pasan por el filtro de mi lugar de discurso. Así busco mezclar el conocimiento formal con el conocimiento popular.
¿Tiene la obra de Grana Preta un poco de ideología meritocrática?
Preta Grana trabaja con la ideología del afrocentrismo, busca referencias, aportes y conocimiento ancestrales de los negros en el área de las finanzas. Nosotras compartimos este contenido para que las personas se sientan más identificadas y entiendan que hablar de economía también es para ellas. El conocimiento tradicional les pertenece, aunque en algún momento se les quitó.
Sabemos que no fuimos educados para poder ver estas contribuciones de la población negra en la sociedad. Miramos y pensamos que la población negra tiene un aporte en la música, en la cocina, en la danza, pero nunca en el área empresarial, en el área financiera. Y nuestro trabajo busca precisamente [revertir] eso.
Por eso también creo que sería antagónico decir que Grana Preta es meritocrático, ya que hablamos todo el tiempo de cómo es injusta esta excusa de la meritocracia. Estamos hablando de un país donde las personas negras tardan 19 generaciones en tener la movilidad social y económica de una familia [blanca de la misma clase social], en alcanzar los ingresos medios para el resto de la población del país.
Nuestro trabajo no es necesariamente asociar a la población negra con la pobreza, sino entender que es posible revertir eso.
¿Podemos considerar que el mercado financiero es racista o sexista?
El mercado financiero es el resultado del entorno y el entorno es estructuralmente racista. Y luego estamos hablando de reglas y leyes y cosas que han existido desde la fundación de la sociedad. Por eso de nada sirve pensar que vamos a poder cambiar esto solo con una mayor presencia de negros en el mercado. Esto está ligado fundamentalmente a esos problemas.
Debemos resaltar, además, que no es obligación de la población pobre solucionar el problema económico del país. Brasil es un país donde no se cobra impuestos proporcionales a las grandes fortunas. Eso significa que el precio que yo pago en impuestos es el mismo que pagará una persona que factura miles de reales. Estamos pagando las mismas tasas impositivas y esto hay que revisarlo, porque el resultado pesa más en el bolsillo de la familia de bajos ingresos.
Es esta familia la que dejará de comer para seguir sobreviviendo, la que dejará de comprar frutas, verduras y todo lo que es importante para la salud, porque es demasiado caro. La política no ataca estas desigualdades; al contrario, favorece la pobreza, el hambre, la violencia, la falta de acceso a la salud de la población. En fin, creo que son temas estructurales importantes para abordarlos cuando hablemos de educación financiera.
Cuéntanos algunos ejemplos de cómo trabaja Grana Preta en el proceso de educación financiera.
Para apoyar la formación o emancipación financiera de nuestro público, hoy en día trabajamos con contenido gratuito de formación en redes sociales, en YouTube, en Instagram, en LinkedIn, y con artículos vía correo electrónico. También hay algunas marcas que apoyan nuestro trabajo, por eso podemos seguir poniendo contenido gratuito a disposición de las personas.
También ofrecemos cursos, charlas y orientaciones individuales. El año pasado ofrecimos un curso con la plataforma de Monique Evelle (1). Costaba 27 reales, un precio simbólico para las personas que querían acceder y empezar a educarse económicamente.
¿Cómo evalúa el progreso social y económico de la población negra brasileña en los últimos cinco años?
Creo que logramos una mayor inclusión con los gobiernos del Partido dos Trabalhadores (PT), debido principalmente a que hubo una mejora considerable en la economía del país. Brasil se tornó la séptima potencia [del mundo] y Lula [da Silva] firmó leyes importantes que llevan mucho tiempo en marcha. También logramos que la población más pobre tuviera mayor acceso a cursos de educación superior y a la universidad.
Por eso hoy tenemos algunos lugares donde la población negra ya es mayoría en las universidades. Sin embargo, cuando vamos al mercado laboral esta población sigue sin gran aceptación, no pueden acceder a las vacantes. Ahí hay todavía un poco de racismo estructural y también de nuestro tema económico.
¿Podrías explicar brevemente cómo afectó la pandemia la economía de esta población?
La pandemia en Brasil demuestra las desigualdades y los problemas económicos que ya existían. Ella avivó estos problemas, pero eso no significa que todo apareció de la noche a la mañana, ¿cierto? Tuvimos un proceso de reformas políticas, la retirada de derechos de los trabajadores, los procesos para acceder a empleo se volvieron mucho más volátiles. Cuando llega una crisis, pierdes tu trabajo en un abrir y cerrar de ojos.
Los emprendedores están viendo que el resultado no es bueno, que [muchas empresas] no seguirán empleando personas. Otro dato a resaltar es que la mayoría de los parados son mujeres, y esto no es en vano, ¿verdad? El machismo que hemos visto en el mundo empresarial desde hace mucho tiempo se ha abierto, la pandemia llegó a reforzarlo.
Y luego está la inseguridad en relación al empleo, a los ingresos, porque la mayoría de la población brasileña no tiene reservas. Si alguien pierde su trabajo no puede seguir manteniendo su estándar ni apoyando a la familia. El número de personas que ya estaban desempleadas o trabajando de manera autónoma es muy significativo.
Especialmente aquí en Bahía, en Salvador, estas personas ya no podían moverse libremente debido a las restricciones para frenar la contaminación por el virus, entonces tampoco podían continuar su actividad monetaria. Los bajos ingresos de muchas familias han agravado la inseguridad alimentaria. Hoy [Brasil] tiene alrededor de 10,3 millones de personas que han vuelto a la línea del hambre y la pobreza. Estas personas sufren mucho por la inflación.
Pero si la pandemia ha agravado estas cuestiones ha sido también por la mala gestión del gobierno federal, que es el principal responsable de todo. La inestabilidad política, el tren desbocado que es Brasil, ha propiciado el retiro de inversionistas extranjeros, así como toda esta lentitud en el proceso de vacunación, que es algo que tardará en cambiar la situación económica del país.
¿Cuándo crees que la educación financiera debería empezar a formar parte de la vida de las personas?
Creo que la educación financiera debería entrar en la vida de las personas desde una edad muy temprana. La libertad financiera es parte de algo que incluye tener suficiente dinero invertido para no tener que trabajar [en la vejez], y eso agrava aún más el tema de la desigualdad con el que he estado lidiando desde el comienzo de nuestra conversación.
¿Cuántas personas no necesitarán trabajar hasta que mueran para que otra que tiene tal excedente de capital pueda jubilarse a los 25 años, en el apogeo de su edad productiva? Esto es algo en lo que tenemos que pensar.
El sentido de emancipación financiera viene como un conjunto de valores que se transmite de padres a hijos, dentro de la familia, y luego también cuando le hablo de educación financiera a una mayoría de mujeres. Esto es algo sobre lo que les advierto: que las personas necesitan organizarse y pasar de ser solo un agente consumidor a ser un agente. De hecho, ellos deciden el rumbo económico de su propia vida y de la sociedad en su conjunto, porque el fruto de esta experiencia se reflejará en el futuro, sí, en los hijos, en los nietos. Por eso creo que cuanto antes se aborde este tema, mejor. Nunca es demasiado tarde para empezar.
¿Crees que la “emancipación económica” puede ser una solución a la lucha contra el racismo en Brasil?
No sé si la educación financiera sin motivación es una solución, pero es una forma de empoderar económicamente a estas personas. Yo estoy hablando con personas que hacen girar la economía, pero a quienes las políticas económicas no tienen en cuenta. Debemos comprender cuál es el poder real de nuestro dinero y usar ese poder en nuestro beneficio, tomar decisiones que hagan que se dirija a nuestro favor.
¿Tienes el secreto para convertirnos en millonarios para que podamos pasar vacaciones en la playa todos los veranos de nuestras vidas? (Risas)
¡Ah, esto es fácil! Para que te conviertas en millonario debes invertir mil reales cada mes. Cuando tengas 60 años serás millonario con gran seguridad, sin correr el riesgo de perder dinero. Pero sé que esta no es la realidad de la mayoría de la gente, porque el sueldo mínimo es de mil cien reales (180 dólares) y no alcanza para comprar todo lo que necesitamos para sobrevivir.
Entonces, el consejo para tener un envejecimiento con más calidad de vida es: busca la educación financiera, piensa en el futuro y trata de ahorrar, aunque sean 30 o 50 reales, lo que consigas, pero es importante que empieces a organizarte y pensar en esta reserva para no endeudarte.
Es importante tener los pies en la tierra y comprender que es importante tener esta educación para asegurar un envejecimiento saludable, con calidad de vida, y también para garantizar la continuidad, para que tus hijos no hereden deudas sino inversiones.
Notas.
(1). Fundadora del proyecto Desabafo Social, un laboratorio de tecnologías sociales aplicadas a la educación, comunicación, generación de ingresos e incentivos.
Ilustración de portada: Alma Ríos