Sandra González es una joven peruana sorda que en 2017 emprendió un viaje por varios países de América Latina. Por medio de su fotografía busca inspirar y motivar a otras personas sordas a viajar.
Sandra González (Lima, Perú, 1989) nació oyente pero a los cinco años, luego de una fiebre alta y varicela complicada, su audición aminoró por los medicamentos recetados por un médico. Para mejorar su escucha Sandra utiliza audífonos y en ocasiones se apoya con el bloc de notas que hay en su celular. Cuando Sandra cumplió 28 años se regaló un viaje. Tomó su mochila y emprendió el camino, uno que le brindó sensaciones “irreales”, confianza en ella misma y autoconocimiento.
En 2014 la OMS estimó que en América Latina y el Caribe había 32 millones de personas sordas. Según la primera Encuesta Nacional Sobre Discapacidad de Perú, en 2012 había 531 mil personas sordas.
En 2017 se estableció un reglamento a la ley de reconocimiento oficial de la lengua de señas de Perú. La resolución Nº 006-2017-MIMP establece: se deben proveer intérpretes en los servicios públicos [cómo solicitar intérprete]; el acceso, permanencia y promoción de la educación pública o privada a personas sordas en todas sus etapas; que las escuelas básicas regulares y alternativas otorgarán enseñanza de lengua de señas a infancias sordas; y la promoción y formación de intérpretes de lengua de señas.
Pese a estos estatutos, la comunidad sorda de Perú se enfrenta a distintas limitaciones y brechas de comunicación y acceso a información en su lengua en servicios públicos como salud, educación y justicia.
Cuando Sandra era niña y cursaba la escuela se enfrentó a barreras comunicativas para comprender las clases y tuvo poco apoyo por parte de sus compañeros y maestros. Durante la secundaria fue más complicado, cursaba las clases en aulas de 45 alumnos y ahí fue discriminada por su audición. Sandra era de pocos amigos y callada. Pero en 2006 conoció a su primera amiga sorda, ella le enseñó el Lenguaje de Señas Peruana (LSP) el cual decidió aprender, se involucró con la comunidad sorda, hizo más amigos, ganó confianza en sí misma y logró aceptarse.
Además de viajar, a Sandra le apasiona la fotografía. Sueña con conocer la India y Tailandia tomar fotos, escribir un diario y así inspirar y motivar a otras personas sordas a viajar.
Contactamos a Sandra para que nos contara cómo fue su aventura de mochilera, la relación que tiene con los oyentes a propósito del Día Internacional de la Lengua de Señas, cuyo lema este 2019 es “con lenguaje de señas, ¡todo el mundo está incluido!”.
¿Cuándo y por qué decidiste tomar tu mochila y emprender el camino?
Por el día de mi cumpleaños del 2017 decidí viajar sola porque quería desafiarme, quería romper el miedo y demostrar que siendo mujer sorda sí se puede viajar y el miedo son excusas para no lograr los objetivos.
¿Cuál fue la mayor barrera que enfrentaste al momento de viajar, cómo lo manejaste?
Fue en el pueblo de Machu Picchu cuando tenía que entrar a dos túneles del tren que no estaban iluminados y estaba completamente sola. Tenía que “oír” el sonido del tren para ingresar a ese túnel, pero no lo captaba. La solución fue confiar en mi instinto y no perder la confianza en mí. Logré pasar los dos túneles sin problemas en plena noche.
Al día siguiente pasé otra vez por esa ruta y me topé con un puente que quería atravesar caminando por los rieles del tren —muchos de los mochileros han caminado por esos rieles del tren— pero mi instinto me decía que no. Igual no podía captar el sonido del tren si estaba cerca o no porque hace una hora que no pasaba. Acepté confiar en mi instinto y no cruzar. A los dos minutos… el tren pasó.
¿Qué consejo le darías a una persona sorda o con dificultades auditivas que quiere viajar sola?
Que no pierda la confianza en sí mismo y que no estará solo o sola porque en el camino encontrará personas que le ayudaran en lo que necesite. El camino es parte del aprendizaje. Si yo puedo, tú también puedes. ¡Que no se ponga límites! La vida es una sola.
En tu entorno, ¿cómo perciben la sordera?
Hacen sentir inferior, como una “pobrecita” o como si fuéramos inadaptados. Cuando me comunico con la gente oyente hablando normal uso mis audífonos que son un gran apoyo para mis oídos. Hay ocasiones que no puedo captar lo que me están diciendo, cuando les pido que vuelvan a repetirme, me hablan modulando con un tono más alto y a veces les llego a entender y otras veces no. Cuando les pido que vuelvan a repetir, a veces ya van perdiendo la paciencia, cogen su celular y lo “textean” ahí para yo leerlo.
¿Qué consejo le darías a una niña o niño que ha perdido su capacidad auditiva?
Que no se preocupe. La sordera no es una incapacidad más bien ¡es un gran valor!
¿Cómo es tu relación con los oyentes?
Buena, dependiendo la persona. Algunos no tienen paciencia y otros sí.
¿Qué significado tiene el silencio?
Al principio no aceptaba mi sordera. Quería tener las mismas oportunidades que la gente normal. Es muy frustrante pero a la vez es una paz porque nos desconectamos de los ruidos que nos perturban.
¿Cómo vives la música, el baile?
Los audífonos me ayudan mucho con eso. A pesar que las letras de las canciones no lo puedo entender, disfruto del ritmo y la vibración.
¿Estás involucrada con la comunidad sorda de Perú? ¿Cómo es y qué es lo que más te gusta?
Sí. La mayoría de sordos son muy abiertos, muy amables y muy graciosos. Lo que más me gusta es que tienen las ganas de salir adelante, las ganas de aprender, algunos son dependientes de sus padres y otros no, pero luchamos por nuestra independencia.
¿Qué destinos recomendarías visitar de Perú y América Latina?
En Perú hay mucho para conocer. Vayan a visitar Cusco, Amazonas, Piura y en América Latina Cancún en Quintana Roo, México y Uyuni en Bolivia. ¡Hay muchos lugares por conocer!
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Ilustración de portada: Alma Ríos